Hilo de comidas da repelúsntes de paletos y platanoviejos

Mi aguelo era PASTOR de cabras hasta que de joven vino a Madrid y empezó a hacer negocios, me lo imagino en su casa de pueblo de noche con sus padres y hermanos comiendo esa cosa que es la sopa de ajjjjoo, las lentejas o los guisos esos de puchero que son pura sopa con cuatro cosas flotando, tres guistantes y un trocito acondroplásico de lechón o ternera después de pasar el día a la intemperie, andando, corriendo por ahí, vigilando por si había lobos, pasando frío..., y van y le ponen esa cosa que te la comes y te quedas igual, claro me imagino que se pondría hasta el ojo ciego de PAN para soportar todos esos esfuerzos, y en cuanto pudieran de bollos o cosas con azúcar. Y luego cuando empezó en Madrid cargando camiones y cosas parecidas a mozo lo mismo, pan, barra y media al día o más para al menos no ir desnutrido por ahí.
 
Pues eso, tipicas pilinguis cosas que comen los TOREROS estultoes paletazos de cosa de la meseta del puñetero hambre, con las que parecen querer autocastigarse por alguna promesa hecha el domingo alas 8 en la misa al cura octogenario con la que necesitan autoputeo

Una de las cosas que siempre me dio mas jodida da repelúsNCIA son esos guisoteos con PEZUÑAS DE lechón. Una cosa repulsiva y pestilente que huele a cuero como si metieras a cocer en la olla un puñetero zapato, o como si le olieras el ojo del ojo ciego a un jovenlandésnegro de somalilandia

Una guarrada aberrante que encima de oler da repelúsnte y saber da repelúsnte, es SEBO PURO, y encima todo lleno de pellejos, tendones, cartilagos y cosas que no se comen ni LAS pilinguis HIENAS
No he probado eso pero si las manitas de cordero y cuando se guisan huele a amoniaco o pis reseco. Un ardor de estomago. Pero peor aún la carrillada de ternera. No se la aconsejo ni a mi peor enemigo.
 
peor aún la carrillada de ternera. No se la aconsejo ni a mi peor enemigo.
Eso es un pedazo de carne normal y corriente. No como la fruta lechonaDA de las pezuñas que no es mas que un puñetero cumulo de pellejos, cartilagos y tendones que no se comen ni los puñeteros buitres. Sin hablar ya del repulsivo PESTAZO
 
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