AAAAAAAAAAAAAAHHHHHHH!!!!
✟ Católico converso ✟
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Con esto de los Anillos de poder, me ha picado el gusanillo Tolkien de nuevo y he vuelto a ver las películas de Jackson con la mente abierta, sin juzgar sus desviaciones respecto a los libros. Me ha sorprendido ver que lo que menos me gusta de las películas no tiene que ver con las desviaciones en sí si no con elementos cinematográficos.
Vayamos por partes:
Antes de Amon Sul, tenemos una película enorme. La atmósfera de La comarca está muy conseguida, la música es excelente y ayuda mucho, pero la caracterización de los extras, los decorados y los diálogos, todo funciona en la misma dirección, mostrando Hobbiton como un lugar pastoral, inglés, cálido, seguro, y, por sobre todo lo demás, real. El humor cuadra en el conjunto de lo que se ofrece. La escena donde Gandalf regresa y echa el anillo al fuego es magistral por cómo cambia el tono incluyendo misterio, peligro y leyenda sin parecer fuera de lugar.
Cuando los cuatro hobbits se esconden del jinete neցro tras el árbol, a pesar de ser una escena no canónica por venir de la discusión anterior, está bien lograda. El primer fallo rellenito viene cuando huyen corriendo de los nazgul. De nuevo, no voy a criticar la escena por no ser canónica, si no porque en esa escena, como espectador, se consiguió que los jinetes neցros dejaran de aterrorizarme. Por desgracia, ése es el camino que Jackson y compañía eligieron, y a partir de aquí se repiten continuamente los momentos inexplicables donde un enemigo muy superior no es capaz de lograr su objetivo, haciendo que al final dejes de temerlo. Aún así, la escena de las camas es buena.
Paso por alto lo de una Arwen irreconocible sustituyendo a Glorfindel y Elrond, y la música de Rivendel es mágica. De todas formas, en Rivendel nos topamos con el primer gran problema cinematográfico de la película, una atmósfera que supera la irrealidad celestial y parece de serie B. El concilio de Elrond se nota rodado en una habitación con fondos verdes. Es algo que se hará todavía más patente cuando la luz persigue al Gandalf blanco. Pero bueno, es una película de hacer dos décadas, tampoco puede pedírsele excesivo realismo en cuanto a efectos visuales.
En Moria la cosa ya descarrila. Dejando de centrarnos en los efectos visuales y cómo los personajes parecen monigotes de videojuego corriendo, la huída es ridícula, por culpa de situaciones tan absurdas como la del equilibrio en el puente roto. Y ya empieza el acondroplásico (por alguna razón le llaman Gimli) a hacer de augusto en cada escena, algo que se tornará purgante en Las dos torres. Son este tipo de elecciones las que nos muestran la intención de Jackson y compañía de vender esta película también al público infantil. Ese tipo de escenas no tienen lugar en una película medianamente seria. De Moria en adelante, la película parece otra, la mística, la seriedad, la intriga, todo ha saltado por los aires y nos encontramos ante otra película de Indiana Jones. Eso sí, la música tras la caída de Gandalf es hermosa. Las escenas de Saruman El industrial son demasiado caricaturescas. Lothlorien a veces da el pego mejor que Rivendel, pero el daño hecho por Moria ya te hace difícil meterte en la película tanto como lo estabas antes de Rivendel.
Las dos torres es una extensión de los defectos vistos en la segunda. La batalla del Abismo de Helm reune lo peor que ofrece la trilogía.Las situaciones disparatadas se suceden una tras otra. Los orcos son convertirdos en extras con un único movimiento: caer, legolas hace surf, el acondroplásico no deja de decir paridas que atenúan la atmósfera de guerra y desesperación. El maravilloso trabajo de CGI para la época se ve empañado convirtiéndose en Indiana Jones de nuevo, en una parodia de Indiana Jones semejante al último film de esa saga. No recordaba que fuera tan patética esta batalla. A los niños les gustará, a los que van al cine a comer palomitas también, pero a los que quieren un producto con la atmósfera Tolkien, los echa a patadas de la sala. No recordaba al acondroplásico (supuestamente Gimli) ser tan augusto, pero cada vez que abre la boca suelta una parida, vemos a Legolas o Aragorn sonreír.
Las dos torres no posee apenas nada destacable. Ninguna de la magia que lograron capturar en las escenas de La comarca o Bree está presente. Las escenas con los ents te dejan frío. Todo parece un inmenso decorado. A Gandalf ahora lo asfixia un aura luminosa de serie B. Es difícil identificarse con los personas, siendo Aragorn la gran excepción. Deseas que sean todos despedazados por los orcos.
El retorno del rey es una mejora respecto al batacazo que supone la película anterior. Empieza realmente mal (quitando el prólogo de serie B de Smeagol) pero la batalla de los Campos del Pelennor no está tan plagada de elementos absurdos como la del Absimo de Helm. El final regresa a La comarca, y de nuevo, las mejores escenas de la película vuelven a estar en Hobbiton.
Por último, ciudades como Minas Tirith parecen maquetas. Lo eran, pero aún así...
Tras ver la trilogía de nuevo, y aunque sea crucificado por ello, los Anillos de poder me parece más para adultos que las películas de Jackson. Cinematográficamente también me parece mejor producto.
Por desgracia, la mayoría de sus personajes me disgustan y su filosofía pogre me espanta. De lo contrario estaría bien.
Sobre Jackson, más allá de sus patadas al canon (quéjate tú de una Galadriel desconocida cuando Gimli, por nombrar uno de los casos más flagrantes, es totalmente irreconocible) su ambición de llegar al público menor de edad arruinaron producciones que podrían haber sido buenas. Me imagino la trilogía sin persecuciones absurdas, sin paridas cada dos minutos, y sin tanto efecto especial cutre, y habría estado muy bien. Jackson eligió a Indiana Jones cuando donde habría tenido que mirar para crear personajes que comunicaran respecto y temor era Alien.
Vayamos por partes:
Antes de Amon Sul, tenemos una película enorme. La atmósfera de La comarca está muy conseguida, la música es excelente y ayuda mucho, pero la caracterización de los extras, los decorados y los diálogos, todo funciona en la misma dirección, mostrando Hobbiton como un lugar pastoral, inglés, cálido, seguro, y, por sobre todo lo demás, real. El humor cuadra en el conjunto de lo que se ofrece. La escena donde Gandalf regresa y echa el anillo al fuego es magistral por cómo cambia el tono incluyendo misterio, peligro y leyenda sin parecer fuera de lugar.
Cuando los cuatro hobbits se esconden del jinete neցro tras el árbol, a pesar de ser una escena no canónica por venir de la discusión anterior, está bien lograda. El primer fallo rellenito viene cuando huyen corriendo de los nazgul. De nuevo, no voy a criticar la escena por no ser canónica, si no porque en esa escena, como espectador, se consiguió que los jinetes neցros dejaran de aterrorizarme. Por desgracia, ése es el camino que Jackson y compañía eligieron, y a partir de aquí se repiten continuamente los momentos inexplicables donde un enemigo muy superior no es capaz de lograr su objetivo, haciendo que al final dejes de temerlo. Aún así, la escena de las camas es buena.
Paso por alto lo de una Arwen irreconocible sustituyendo a Glorfindel y Elrond, y la música de Rivendel es mágica. De todas formas, en Rivendel nos topamos con el primer gran problema cinematográfico de la película, una atmósfera que supera la irrealidad celestial y parece de serie B. El concilio de Elrond se nota rodado en una habitación con fondos verdes. Es algo que se hará todavía más patente cuando la luz persigue al Gandalf blanco. Pero bueno, es una película de hacer dos décadas, tampoco puede pedírsele excesivo realismo en cuanto a efectos visuales.
En Moria la cosa ya descarrila. Dejando de centrarnos en los efectos visuales y cómo los personajes parecen monigotes de videojuego corriendo, la huída es ridícula, por culpa de situaciones tan absurdas como la del equilibrio en el puente roto. Y ya empieza el acondroplásico (por alguna razón le llaman Gimli) a hacer de augusto en cada escena, algo que se tornará purgante en Las dos torres. Son este tipo de elecciones las que nos muestran la intención de Jackson y compañía de vender esta película también al público infantil. Ese tipo de escenas no tienen lugar en una película medianamente seria. De Moria en adelante, la película parece otra, la mística, la seriedad, la intriga, todo ha saltado por los aires y nos encontramos ante otra película de Indiana Jones. Eso sí, la música tras la caída de Gandalf es hermosa. Las escenas de Saruman El industrial son demasiado caricaturescas. Lothlorien a veces da el pego mejor que Rivendel, pero el daño hecho por Moria ya te hace difícil meterte en la película tanto como lo estabas antes de Rivendel.
Las dos torres es una extensión de los defectos vistos en la segunda. La batalla del Abismo de Helm reune lo peor que ofrece la trilogía.Las situaciones disparatadas se suceden una tras otra. Los orcos son convertirdos en extras con un único movimiento: caer, legolas hace surf, el acondroplásico no deja de decir paridas que atenúan la atmósfera de guerra y desesperación. El maravilloso trabajo de CGI para la época se ve empañado convirtiéndose en Indiana Jones de nuevo, en una parodia de Indiana Jones semejante al último film de esa saga. No recordaba que fuera tan patética esta batalla. A los niños les gustará, a los que van al cine a comer palomitas también, pero a los que quieren un producto con la atmósfera Tolkien, los echa a patadas de la sala. No recordaba al acondroplásico (supuestamente Gimli) ser tan augusto, pero cada vez que abre la boca suelta una parida, vemos a Legolas o Aragorn sonreír.
Las dos torres no posee apenas nada destacable. Ninguna de la magia que lograron capturar en las escenas de La comarca o Bree está presente. Las escenas con los ents te dejan frío. Todo parece un inmenso decorado. A Gandalf ahora lo asfixia un aura luminosa de serie B. Es difícil identificarse con los personas, siendo Aragorn la gran excepción. Deseas que sean todos despedazados por los orcos.
El retorno del rey es una mejora respecto al batacazo que supone la película anterior. Empieza realmente mal (quitando el prólogo de serie B de Smeagol) pero la batalla de los Campos del Pelennor no está tan plagada de elementos absurdos como la del Absimo de Helm. El final regresa a La comarca, y de nuevo, las mejores escenas de la película vuelven a estar en Hobbiton.
Por último, ciudades como Minas Tirith parecen maquetas. Lo eran, pero aún así...
Tras ver la trilogía de nuevo, y aunque sea crucificado por ello, los Anillos de poder me parece más para adultos que las películas de Jackson. Cinematográficamente también me parece mejor producto.
Por desgracia, la mayoría de sus personajes me disgustan y su filosofía pogre me espanta. De lo contrario estaría bien.
Sobre Jackson, más allá de sus patadas al canon (quéjate tú de una Galadriel desconocida cuando Gimli, por nombrar uno de los casos más flagrantes, es totalmente irreconocible) su ambición de llegar al público menor de edad arruinaron producciones que podrían haber sido buenas. Me imagino la trilogía sin persecuciones absurdas, sin paridas cada dos minutos, y sin tanto efecto especial cutre, y habría estado muy bien. Jackson eligió a Indiana Jones cuando donde habría tenido que mirar para crear personajes que comunicaran respecto y temor era Alien.
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