MAESE PELMA
me gusta depilarme los huevones y tocármelos
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El dinero sirve para pagar servicios y comprar cosas reales, tangibles. Si esto es así, si le pusiéramos un geolocalizador a un billete, podríamos saber su trayectoria.
Ahora bien. En el momento en el que Remero paga impuestos y estos van a la saca. Ahí se rompe la trazabilidad del dinero (Remero a Cobrador) y desde ese mismo momento no podemos saber a ciencia cierta hacia donde va nuestro dinero real (el que paga servicios y compra cosas tangibles), fundiéndose en un "fondo común" en donde cambia de propietario.
Por lo tanto es imposible saber realmente a qué va destinado nuestro dinero como sujeto contribuyente ya que lo que se distribuye luego en forma de gasto estatal no es el dinero del contribuyente individualizado sino el dinero que se ha recaudado de todos. Lo recaudado de todos, llamémosle bolsa del estado con símbolo del Euro, ya no es dinero de alguien en concreto sino, al cambiar de propietario, pasa a nuevas manos (el dinero público no es de nadie, que decía una juguetona del PSOE).
Esta imposibilidad de trazar el destino de nuestro dinero, ya tras*formado en bolsa del estado con símbolo del Euro, crea cierto malestar entre la población y es cuando aparece la propaganda del estado que, mediante sus artimañas, consigue convencer a Remero de que sus impuestos son muy útiles e importantes (carreteras y hospitales) ya que no pueden permitir que Remero sepa que su dinero ha ido para condones para jovenlandeses, clips para su Ayuntamiento, o dietas para subsecretarios de políticos. Cosa que desincentivaría a Remero y le volvería un protestón.
¿Se entiende?
Ahora bien. En el momento en el que Remero paga impuestos y estos van a la saca. Ahí se rompe la trazabilidad del dinero (Remero a Cobrador) y desde ese mismo momento no podemos saber a ciencia cierta hacia donde va nuestro dinero real (el que paga servicios y compra cosas tangibles), fundiéndose en un "fondo común" en donde cambia de propietario.
Por lo tanto es imposible saber realmente a qué va destinado nuestro dinero como sujeto contribuyente ya que lo que se distribuye luego en forma de gasto estatal no es el dinero del contribuyente individualizado sino el dinero que se ha recaudado de todos. Lo recaudado de todos, llamémosle bolsa del estado con símbolo del Euro, ya no es dinero de alguien en concreto sino, al cambiar de propietario, pasa a nuevas manos (el dinero público no es de nadie, que decía una juguetona del PSOE).
Esta imposibilidad de trazar el destino de nuestro dinero, ya tras*formado en bolsa del estado con símbolo del Euro, crea cierto malestar entre la población y es cuando aparece la propaganda del estado que, mediante sus artimañas, consigue convencer a Remero de que sus impuestos son muy útiles e importantes (carreteras y hospitales) ya que no pueden permitir que Remero sepa que su dinero ha ido para condones para jovenlandeses, clips para su Ayuntamiento, o dietas para subsecretarios de políticos. Cosa que desincentivaría a Remero y le volvería un protestón.
¿Se entiende?
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