La banda sonora está pintada en rojo y amarillo barras, con risas, gritos y cancioncillas folclóricas o historiadas para celebrar algo que llaman la posibilidad de elegir. Pienso que yo no sé si tengo posibilidad de elegir, qué barbaridad, ni siquiera sé si tengo elección.
Entonces es cuando oigo al economista que hasta hace par de meses nada en pesimismo, le oigo asegurar que el año que viene subirán "por fin" las ventas de coches. ¿En qué se basa?, le pregunto. Responde con displicencia que a los empresarios, sobre todo a los que venden al exterior, les está yendo ya bien. "Incluso muy bien", dice y ni siquiera me mira.
Afuera la gente prepara camisetas amarillas para celebrar que todos quieren decidir algo, aunque no todos quieren decidir lo mismo, y creen poder hacerlo, no sé, creen tener reconocido ese derecho, o acaso ser merecedores.
Entonces, de golpe, yo lo entiendo todo: No va a pasar nada. Pero eso no es lo peor. Lo peor: Han comprobado hasta dónde pueden llegar sin que pase nada.
Nos han empobrecido, saqueado, humillado, se han reído mientras mentían sus robos delante de un micro ante los periodistas y ante todos toditos nosotros, sin que nadie, ni un solo ciudadano les queme los bigotes, ni lo intente. Es más, algunos desgraciados han saltado por la ventana, se han colgado de un árbol. Ese tipo de asuntos incomprensibles.
Han resquebrajado el sistema laboral, algunos acuerdos mínimos en lo laboral con décadas de raíces echadas, de luchas de otros, han pisoteado y embarrado lo que llamábamos derechos de los trabajadores sin que a ningún sindicato o sindicalista se le erice la bandera, se le destemplen un grito o una madera o hierro a tiempo.
Han puesto los cartuchos de su dinamita rosa chicle bajo los cimientos de lo que llamábamos Cultura y ellos llaman Titiritería y era el espejo en el que mirarnos, y ahora ya está roto y a punto de saltar por los aires para que ya no nos veamos ni el dolor. Con el silencio del coro de cantautores, del coro del escenario, del coro luces cámaras fuego.
Han miserizado a los que eran pobres, han empobrecido y en ocasiones han dejado en pelota picada a lo que llamaban clase media, y seguro riéndose entre dientes. Han encumbrado a tiburones, bancos, criminales, evasores. Les han forrado el riñón y no ha pasado nada, sentando precedente. Han robado a manos llenas y no ha pasado nada, sentando precedente.
Han comprobado, en fin, hasta dónde pueden llegar sin que nada suceda.
Pienso todo esto con los dientes destrozados mientras afuera los alegres muchachos de la autodeterminación estudian cómo tomarse de las manos, hacer sus fotos, besar los labios de un improbable futuro de dicha, no sembrado de trigo, sino de precedentes.
Y también pienso: qué bonita manera de perder otra oportunidad.
Han ganado ellos. Otra vez.
Han vuelto a ganar ellos | Ellas | Blogs | elmundo.es
PD: quería ponerlo en el general.::
Se me ocurre replicarlo en el foro burbuja y que el moderador lo borre de este.
Entonces es cuando oigo al economista que hasta hace par de meses nada en pesimismo, le oigo asegurar que el año que viene subirán "por fin" las ventas de coches. ¿En qué se basa?, le pregunto. Responde con displicencia que a los empresarios, sobre todo a los que venden al exterior, les está yendo ya bien. "Incluso muy bien", dice y ni siquiera me mira.
Afuera la gente prepara camisetas amarillas para celebrar que todos quieren decidir algo, aunque no todos quieren decidir lo mismo, y creen poder hacerlo, no sé, creen tener reconocido ese derecho, o acaso ser merecedores.
Entonces, de golpe, yo lo entiendo todo: No va a pasar nada. Pero eso no es lo peor. Lo peor: Han comprobado hasta dónde pueden llegar sin que pase nada.
Nos han empobrecido, saqueado, humillado, se han reído mientras mentían sus robos delante de un micro ante los periodistas y ante todos toditos nosotros, sin que nadie, ni un solo ciudadano les queme los bigotes, ni lo intente. Es más, algunos desgraciados han saltado por la ventana, se han colgado de un árbol. Ese tipo de asuntos incomprensibles.
Han resquebrajado el sistema laboral, algunos acuerdos mínimos en lo laboral con décadas de raíces echadas, de luchas de otros, han pisoteado y embarrado lo que llamábamos derechos de los trabajadores sin que a ningún sindicato o sindicalista se le erice la bandera, se le destemplen un grito o una madera o hierro a tiempo.
Han puesto los cartuchos de su dinamita rosa chicle bajo los cimientos de lo que llamábamos Cultura y ellos llaman Titiritería y era el espejo en el que mirarnos, y ahora ya está roto y a punto de saltar por los aires para que ya no nos veamos ni el dolor. Con el silencio del coro de cantautores, del coro del escenario, del coro luces cámaras fuego.
Han miserizado a los que eran pobres, han empobrecido y en ocasiones han dejado en pelota picada a lo que llamaban clase media, y seguro riéndose entre dientes. Han encumbrado a tiburones, bancos, criminales, evasores. Les han forrado el riñón y no ha pasado nada, sentando precedente. Han robado a manos llenas y no ha pasado nada, sentando precedente.
Han comprobado, en fin, hasta dónde pueden llegar sin que nada suceda.
Pienso todo esto con los dientes destrozados mientras afuera los alegres muchachos de la autodeterminación estudian cómo tomarse de las manos, hacer sus fotos, besar los labios de un improbable futuro de dicha, no sembrado de trigo, sino de precedentes.
Y también pienso: qué bonita manera de perder otra oportunidad.
Han ganado ellos. Otra vez.
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PD: quería ponerlo en el general.::
Se me ocurre replicarlo en el foro burbuja y que el moderador lo borre de este.
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