Imaginemos otro hecho hipotético. Supongamos que un ex-mena joven asfixia y mata a una anciana española al intentar robarle el bolso. Y una charo-periodista española escribe después un artículo en el que se centra en la figura y las circunstancias del ex-mena: sus orígenes en la miseria, su difícil adolescencia alejado de su familia, sus carencias educativas, el racismo de la sociedad española que le dificultaba encontrar empleo, etc, etc, etc... De la anciana muerta sólo dice que era rica, que sus vecinos la consideraban huraña y que probablemente, por la zona en que residía, era votante de la "ultraderecha".
¿Sería eso un análisis de los hechos? No. Los hechos estarían claros: un hombre adulto agarró brutalmente por el cuello a una anciana indefensa y la mató. El artículo de la charo-periodista sería una defensa del malo y un insulto a la mujer asesinada.
Eso es exactamente lo que has hecho tú. Has llamado al holandés asesinado "iluminao y manipulador". Vamos, que se lo buscó él solito. [Eso de que "se lo buscó el solito" no lo has escrito tú. Es "el espíritu de la letra", en tu expresión]
Lo que has propuesto dos veces en este hilo es que el juez debería haber tomado una decisión contraria a la ley, es decir, haber prevaricado, basándose en un supuesto "espíritu de la ley", que no aparece recogido en ningún sitio, pero que una musa le habría comunicado al oído (o a falta de musa togada, un forero de Burbuja).
Y el juez debería haber hecho eso, porque, en caso contrario, la familia de palurdos galegos no podría vivir con ese agravio dentro de sus primitivos cerebros y uno de ellos iría a buscar al holandés con una escopeta para cargárselo.
Si piensas eso de verdad, tú también eres un poco culto. Más educado que los de Santoalla y seguramente menos agresivo, pero un poco culto igualmente.
Los vecinos que abandonaron el pueblo y dejaron que sus casas se convirtieran en ruinas podrían haberse quedado en la aldea y pedir su parte del dinero de los montes comunales. O podrían haber vuelto y restaurado sus casas. No lo hicieron. No les compensaba.
Tú sugeriste que algún ex-lugareño podría haber empadronado allí a un familiar que viviese en otro lugar y "trincar" así parte de esos ingresos. Y esa conducta, un fraude, la igualaste a lo que hizo el holandés asesinado.
El holandés compró una casa en ruinas y unos terrenos en un pueblo semi-abandonado, restauró la casa con su dinero y esfuerzo, vivió durante años en una aldea perdida de la mano de Dios, se dedicó a la agricultura y reclamó parte de los ingresos que corresponden a los vecinos que residen allí y se dedican a la agricultura, porque tenía derecho a ellos.
Es decir, el holandés se tomó la ley en serio, en un país en que estamos acostumbrados a los chanchullos, los amiguismos y las actuaciones arbitrarias de la Administración (tus mensajes sobre "empadronamientos" ficticios y "espíritus de las leyes" lo prueban).
Y un poco culto galego lo mató.
Esos son los hechos. Sin justificación.