M. Priede
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Hizo lo mismo que con Cuba: no respetar las exigencias del Imperio y continuó manteniendo relaciones diplomáticas y comerciales. Fidel lo dijo muchas veces: "Nosotros como cubanos no tenemos nada que reprochar a Franco; todo lo contrario". Por algo en Cuba “Pocas horas después de conocerse la fin del general Franco, el Gobierno revolucionario de Cuba decretó luto oficial por tres días. Desde el jueves las banderas ondean a media asta en todo el territorio cubano. El Presidente de la República, doctor Osvaldo Dorticós, ha enviado un mensaje de condolencia al presidente del Gobierno español, Carlos Arias Navarro (…)”
Franco y Fidel, enemigos cordiales >> Historia >> Blogs EL PAÍS
Entonces Espara era una dictadura, sí, pero un país con un alto grado de soberanía, infinitamente más que ahora. 1960. Madrid:
En Portugal la izquierda no tuvo esa grandeza.
Ved cómo Ford y Kissinger sugieren y no como ahora, que exigen. Y es que como decía Kissinger "el viejo no era ningún primo":
Soares también conoció la petición de Ford y Kissinger a Franco para que actuase como portaaviones de un ataque de marines.
Sorpresa: Franco, el coco de los demócratas europeos, respetó el peculiar proceso político portugués.
Por el contrario, el régimen izquierdista portugués se comportó con el español de una manera da repelúsnte: en septiembre de 1975 permitió el asalto a la embajada española de Lisboa por las turbas en protesta por el fusilamiento de cinco terroristas y no envió representantes a los funerales de Franco.
- Seguir leyendo: Pedro Fernández Barbadillo - Franco salvó la ‘revolución de los claveles’ - Libertad Digital - Cultura
Franco y Fidel, enemigos cordiales >> Historia
Entonces Espara era una dictadura, sí, pero un país con un alto grado de soberanía, infinitamente más que ahora. 1960. Madrid:
En Portugal la izquierda no tuvo esa grandeza.
Ved cómo Ford y Kissinger sugieren y no como ahora, que exigen. Y es que como decía Kissinger "el viejo no era ningún primo":
Soares también conoció la petición de Ford y Kissinger a Franco para que actuase como portaaviones de un ataque de marines.
Más tarde supe, por documentos americanos desclasificados, que Gerald Ford y Kissinger fueron a hablar con Franco, cuando él ya estaba enfermo, para pedirle que dejara entrar a los ‘marines’ en Portugal para actuar contra los comunistas
Sorpresa: Franco, el coco de los demócratas europeos, respetó el peculiar proceso político portugués.
Franco les respondió: «Yo soy gallego y no acepto que Portugal no sea lo que quiera ser», eso es lo que está escrito en los documentos, y a su vez fue lo que me había tras*mitido Fraga. «Yo no autorizo que los ‘marines’ pasen para actuar contra Portugal», fue lo que dijo Franco. Fue fabuloso.
Por el contrario, el régimen izquierdista portugués se comportó con el español de una manera da repelúsnte: en septiembre de 1975 permitió el asalto a la embajada española de Lisboa por las turbas en protesta por el fusilamiento de cinco terroristas y no envió representantes a los funerales de Franco.
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