aguatico de pescaico
ji jí ja já
El primer contacto que tuvo Taiwan con Occidente ocurrió a mitad del siglo XVI cuando los navegadores portugueses, impulsados por la belleza prístina de la isla, la llamaron "Ilha Formosa", que significa isla hermosa. El nombre pegó, y todavía hoy en día en Occidente a menudo se refiere a la isla como Formosa. En 1622, la Compañía Holandesa de las Indias Orientales (Vereenigde Oostindische Compagnie) estableció un puesto de comercio en las Pescadores (Penghu), y luego otro en Taiwan propiamente dicho en 1624, cerca de lo que ahora es Tainan.
Los holandeses limitaron sus actividades sobre todo a la parte sur de la isla; mientras que en 1626, los españoles construyeron su propio puesto en el norte de la misma, desarrollando a Keelung y Danshuei como bases para el comercio y la labor misionera.
Si hoy viéramos en el cine una película en la que españoles y holandeses se enfrentaran en encarnizada batalla por el dominio de la isla de Taiwán, pensaríamos que al director se le habría disparado en exceso la imaginación. Pero no, en realidad algo muy parecido sucedió allá por los comienzos del
siglo XVII, cuando los españoles pisaban fuerte en el norte de Taiwán mientras que los holandeses hacían lo propio en el sur de la isla.
Como prueba de ese dominio hispano sobre la isla de Taiwán resiste hoy, abierta al público, una fortaleza construida en 1626 en una colina frente a la
desembocadura del río Tamsui, a escasa distancia de la actual ciudad de Taipei. Los españoles eligieron esta colina como asentamiento para la construcción del fuerte aprovechando los restos de una antigua fortaleza construida con anterioridad por los pueblos aborígenes de la isla.
Lo llamaron Fuerte de Santo Domingo, tomando elnombre del fundador de la Orden de los Dominicos.España, nunca mejor dicho, se hacía fuerte en Taiwán.
Ya desde sus primeros años, la historia del Fuerte de Santo Domingo ha sido de lo más agitada, llegando a estar gobernado a través de los siglos por siete naciones diferentes.
Desde su asentamiento en el norte, los españoles comenzaron a extender su dominio, y pronto toda la región de Taipei estuvo bajo su control, lo cual empezó a preocupar a los holandeses, que estaban asentados en la zona sur de la isla. Éstos últimos iniciaron una rápida expansión hacia el norte produciéndose así el enfrentamiento con los españoles, con quienes rivalizaban por hacerse con los recursos naturales de la isla. La rivalidad
entre ambos pueblos se agravaría aún más debido a las diferencias religiosas, siendo como eran los españoles católicos y los holandeses
protestantes.
Favorecidos por la marcha de las tropas españolas a Filipinas para apaciguar a los rebeldes nativos, finalmente los holandeses se hicieron con el control de los dominios españoles y, por supuesto, de la fortaleza.
Debido a la apariencia de sus nuevos dueños, a los que los habitantes locales conocía como “hung mao” (pelirrojos), el fuerte pasó a
denominarse Hung Mao Cheng, el “Fuerte de los Pelirrojos”, y fue reconstruido a base de duras jornadas de trabajo que no finalizaron hasta
1646. Permaneció en manos de los Ching hasta 1867, cuando se convirtió en la sede del Consulado Británico. Los ingleses volvieron a renovar el edificio
construyendo el actual pórtico de ladrillo y pintando la estructura principal de tonalidad rojo, dándole así la curiosa y llamativa apariencia que todavía hoy conserva.
El edificio permaneció cerrado durante los cincuenta años de ocupación japonesa de la isla (1895-1945), y volvió a manos del Reino Unido después de la derrota de Japón en la Segunda Guerra Mundial. Pero no estaba escrito
que ni el fuerte ni la isla que lo alberga dejaran por fin de sufrir cambios y convulsiones.
Tras la ruptura de relaciones diplomáticas con el Reino Unido en 1972, el fuerte quedó bajo control de Australia y de Estados Unidos, para ser devuelto finalmente a la República de China en 1980 después de que estas dos
últimas naciones rompieran también relaciones con Taiwán.
Hoy, y después de haber sido sometido a una plan de restauración que finalizó en 1984, el fuerte disfruta de un tranquilo y merecido descanso frente a la desembocadura del Tamsui, irguiéndose con orgullo y majestuosidad en lo alto de la colina, sabedor de que sus paredes encierran los secretos de toda la convulsa y agitada historia de Taiwán.
Fuerte de Santo Domingo, en Tamsui.
España consideraba de interés vital a Formosa, ya que desde acá podía defender sus rutas comerciales y tener un punto de avanzada para la labor misionera en China y Japón.
En cuanto al paso de los españoles en Taiwan, hasta hoy en día se conserva un rico compendio de documentos que son un verdadero tesoro a la hora de revelar los más íntimos detalles de la vida en Taiwan cuatro siglo atrás. Los investigadores han hallado una rica documentación relativa a las cuestiones políticas, comerciales y religiosas de las relaciones entre España, sus colonias en las Filipinas, y Formosa. Buena parte de ésta se conserva en el Archivo General de Indias en Sevilla.
A día de hoy, aún queda una minoría en el norte de la isla que conoce el idioma:
Idioma español en Taiwán - Wikipedia, la enciclopedia libre
Los holandeses limitaron sus actividades sobre todo a la parte sur de la isla; mientras que en 1626, los españoles construyeron su propio puesto en el norte de la misma, desarrollando a Keelung y Danshuei como bases para el comercio y la labor misionera.
Si hoy viéramos en el cine una película en la que españoles y holandeses se enfrentaran en encarnizada batalla por el dominio de la isla de Taiwán, pensaríamos que al director se le habría disparado en exceso la imaginación. Pero no, en realidad algo muy parecido sucedió allá por los comienzos del
siglo XVII, cuando los españoles pisaban fuerte en el norte de Taiwán mientras que los holandeses hacían lo propio en el sur de la isla.
Como prueba de ese dominio hispano sobre la isla de Taiwán resiste hoy, abierta al público, una fortaleza construida en 1626 en una colina frente a la
desembocadura del río Tamsui, a escasa distancia de la actual ciudad de Taipei. Los españoles eligieron esta colina como asentamiento para la construcción del fuerte aprovechando los restos de una antigua fortaleza construida con anterioridad por los pueblos aborígenes de la isla.
Lo llamaron Fuerte de Santo Domingo, tomando elnombre del fundador de la Orden de los Dominicos.España, nunca mejor dicho, se hacía fuerte en Taiwán.
Ya desde sus primeros años, la historia del Fuerte de Santo Domingo ha sido de lo más agitada, llegando a estar gobernado a través de los siglos por siete naciones diferentes.
Desde su asentamiento en el norte, los españoles comenzaron a extender su dominio, y pronto toda la región de Taipei estuvo bajo su control, lo cual empezó a preocupar a los holandeses, que estaban asentados en la zona sur de la isla. Éstos últimos iniciaron una rápida expansión hacia el norte produciéndose así el enfrentamiento con los españoles, con quienes rivalizaban por hacerse con los recursos naturales de la isla. La rivalidad
entre ambos pueblos se agravaría aún más debido a las diferencias religiosas, siendo como eran los españoles católicos y los holandeses
protestantes.
Favorecidos por la marcha de las tropas españolas a Filipinas para apaciguar a los rebeldes nativos, finalmente los holandeses se hicieron con el control de los dominios españoles y, por supuesto, de la fortaleza.
Debido a la apariencia de sus nuevos dueños, a los que los habitantes locales conocía como “hung mao” (pelirrojos), el fuerte pasó a
denominarse Hung Mao Cheng, el “Fuerte de los Pelirrojos”, y fue reconstruido a base de duras jornadas de trabajo que no finalizaron hasta
1646. Permaneció en manos de los Ching hasta 1867, cuando se convirtió en la sede del Consulado Británico. Los ingleses volvieron a renovar el edificio
construyendo el actual pórtico de ladrillo y pintando la estructura principal de tonalidad rojo, dándole así la curiosa y llamativa apariencia que todavía hoy conserva.
El edificio permaneció cerrado durante los cincuenta años de ocupación japonesa de la isla (1895-1945), y volvió a manos del Reino Unido después de la derrota de Japón en la Segunda Guerra Mundial. Pero no estaba escrito
que ni el fuerte ni la isla que lo alberga dejaran por fin de sufrir cambios y convulsiones.
Tras la ruptura de relaciones diplomáticas con el Reino Unido en 1972, el fuerte quedó bajo control de Australia y de Estados Unidos, para ser devuelto finalmente a la República de China en 1980 después de que estas dos
últimas naciones rompieran también relaciones con Taiwán.
Hoy, y después de haber sido sometido a una plan de restauración que finalizó en 1984, el fuerte disfruta de un tranquilo y merecido descanso frente a la desembocadura del Tamsui, irguiéndose con orgullo y majestuosidad en lo alto de la colina, sabedor de que sus paredes encierran los secretos de toda la convulsa y agitada historia de Taiwán.
Fuerte de Santo Domingo, en Tamsui.
España consideraba de interés vital a Formosa, ya que desde acá podía defender sus rutas comerciales y tener un punto de avanzada para la labor misionera en China y Japón.
En cuanto al paso de los españoles en Taiwan, hasta hoy en día se conserva un rico compendio de documentos que son un verdadero tesoro a la hora de revelar los más íntimos detalles de la vida en Taiwan cuatro siglo atrás. Los investigadores han hallado una rica documentación relativa a las cuestiones políticas, comerciales y religiosas de las relaciones entre España, sus colonias en las Filipinas, y Formosa. Buena parte de ésta se conserva en el Archivo General de Indias en Sevilla.
A día de hoy, aún queda una minoría en el norte de la isla que conoce el idioma:
Idioma español en Taiwán - Wikipedia, la enciclopedia libre
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