Le tiraría primero una pedrada al esclavo panaderia a una velocidad de 9,81 metros por segundo, o sea una cosa.
Luego lo haría tumbarse en el suelo y tiraría en vertical sobre su cabeza, la misma piedra hasta que alcanzará una altura de 10 metros, y luego cayera sobre su cabeza.
Luego espantaria a los perros cuando vengan a sacar brillo sus sesos esparcidos.