castguer
Madmaxista
Todas las brutalidades humanas han podido tener un origen económico, pero también han encontrado una motivación psicológica. Para abrir fuego contra otro ser humano decididamente hay que estar condicionado bien por una rígida disciplina de tipo jerárquico o bien por el repruebo inculcado hacia un grupo étnico, social o religioso concreto.
Hasta hace un tiempo, los hombres encontraban en la entelequia de Dios la artificiosa respuesta a todas sus dudas. Y eran capaces de apiolar por Dios a todo aquel que lo negara o se comportara de un modo distinto al exigido por el decálogo jovenlandesal de turno. Había una causa socio-económica de fondo, claro que sí, pero para quemar en las hogueras era necesario un fanatismo auténtico, una sed de sangre y de fin fundamentada en la iluminación, en la creencia de haber hallado la Verdad.
Demos
Hasta hace un tiempo, los hombres encontraban en la entelequia de Dios la artificiosa respuesta a todas sus dudas. Y eran capaces de apiolar por Dios a todo aquel que lo negara o se comportara de un modo distinto al exigido por el decálogo jovenlandesal de turno. Había una causa socio-económica de fondo, claro que sí, pero para quemar en las hogueras era necesario un fanatismo auténtico, una sed de sangre y de fin fundamentada en la iluminación, en la creencia de haber hallado la Verdad.
Demos