the lord of the bricks
Madmaxista
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En mi opinión, Blade Runner es un peliculón...
Hay películas de ciencia-ficción que destacan notablemente sobre el conjunto por la profunda crítica social que contienen. La sociedad retratada impresiona porque es una sociedad posible o reconocible. Es decir, que lo que representa no es el puro resultado de una imaginación falta de cierta base racional, sino que es un trabajo de posible proyección, si el resultado es una casualidad o una clara intención del autor no tiene importancia, que nos aterroriza o conmueve. Esto es lo que pasa en Blade Runner, en ella están retratados algunos de los temores que alberga secretamente nuestra sociedad como el de la deshumanización, la alineación, el consumismo, la soledad, el sentido de la vida… La técnica se desarrolla a ritmos vertiginosos y la tendencia a la pérdida de los valores humanos clásicos es creciente. Hay ciertas corrientes que identifican el progreso técnico con la miseria espiritual. Porque es evidente que a medida que las condiciones de vida son mejores hay formas de "miseria" que van apareciendo. En especial las que se refieren a la alineación de todo tipo que se desarrolla a través del control que ejerce la sociedad de consumo y el mercado, así como los estados reguladores (democráticos o totalitarios) y las corporaciones tras*nacionales sobre el conjunto de los individuos.
El dominio de la técnica y la información: Un rasgo característico en Blade Runner es presentar un futuro en el que la "totalización" es extrema y efectiva, donde los que tienen acceso a la técnica gobiernan a los administrados. Ya no existe una sociedad en el que el conflicto se remite a patronos y empleados, sino a algo más sutil como el dominio de los que tienen el poder de gestión sobre los que son gestionados. Los cuerpos técnicos de las grandes multinacionales no necesitan ser dueños de los medios de producción para tener el poder, les basta y les sobra con ser propietarios de la información y la técnica para poder decidir el rumbo de la humanidad. En la película de Ridley Scott se dibuja una sociedad occidental en que sus contradicciones se han exacerbado, donde conviven en una misma urbe un mundo perversos en el que las razas y las culturas se han mezclado en un sincretismo total, con otro mundo desarrollado de tecnologías puntas que han conquistado otros planetas y en el que las grandes compañías controlan la ciudad y la policía. En Blade Runner la propaganda son los productos de consumo: películas fotográficas, marcas de refrescos y tabaco,... y está en todas partes. La sociedad representada en Blade Runner posee un criterio distinto al tradicional para determinar el estatus. Ya no tienen criterios como los de Tocqueville para quien el parámetro es la cantidad de dinero recibido o acumulado; más bien, lo que determina la posición social es la cantidad de información a la que se tiene acceso y se maneja. Mientras más información se posee, más poder y más alto rango social se tiene. El poder no es el medio, es el fin. Tyrrell controla la vida y crea la naturaleza. Tiene el control del saber. Hay que destacar que los cuerpos técnicos, identificables con los que encabezan la empresa y las grandes multinacionales que, como Tyrrell Corporation, tienen todo el poder de gestión. El "padre" de los replicantes, un hombre de ciencia, genial en su área, el que ha innovado hasta el punto de construir máquinas en nada diferentes a los hombres es quien determina y juega. Es quien tiene bajo sus órdenes a toda la estructura social, que ha devenido en funcional para los intereses de la empresa. La policía, bajo su control, tiene fichas de todos los miembros de la sociedad con sus características físicas y sus rasgos de personalidad, sus ocupaciones y sus intereses. Blade Runner inauguró en el cine, entre otras películas del género, lo que se ha llamado estética postmoderna -horrible palabra-. Esta afirmación se basa en algunas características, como la convivencia de diferentes etnias en el mismo radio urbano, la cualidad babélica del lenguaje, el hiperdesarrollo técnico de los escenarios, el ambiente sofocante y apocalíptico, la ausencia de luz natural y la vigencia permanente de la publicidad.
El sentido de la vida: Es conmovedor ver en esa ciudad con rostro de consumo como los personajes sufren el dilema de encontrar sentido a sus vidas. Los replicantes buscando a su creador, su "padre", para que conteste a las preguntas que torturan sus mentes. A pesar de ser hechos a imagen y semejanza del hombre no tienen derecho a tener sentimientos, los cuales, después de huir de su esclavización, buscan un sentido a su existencia, un porqué a su fin “...lo importante no es sobrevivir, sino seguir siendo humanos” se dice Roy Batty. A pesar de vivir en una ciudad superpoblada, se percibe la tristeza y la soledad en los personajes.
Vuelta a la naturaleza y al amor: Por último, la solución que presenta la película ante esta situación es una especie de vuelta a la naturaleza y al amor, quizás un retorno a un pasado en el que hombre estaba en armonía con el mundo natural. Deckard se va con Rachel, mujer replicante y también con un tiempo de vida limitado, hacia las montañas a hacer vida en común entre los bosques, al aire libre, lejos de la civilización, solos.
Inicialmente no fue entendida por el público y tuvo muy poco éxito en su estreno. Lo cierto es que esta película invita a una reflexión profunda de su contenido y a una permanente admiración por su continente, aunque sean ya 30 años los que han pasado desde que se realizó, sigue siendo un punto de referencia obligada y una película de culto en el género de ciencia-ficción, ¿qué tiene para que esto sea así? cada persona le puede encontrar una razón, o tal vez varias, pero para mí es: su maravillosa ambientación oscura y agobiante, esa lluvia incesante, su trasfondo existencial, la tristeza y soledad de los personajes, su argumento aún hoy imitado, esos diálogos que han trascendido mas allá de la película y se han convertido en clásicos. Blade Runner es muy rica en simbología y ofrece una extensa multitud de interpretaciones. Fué una película adelantada a su época.
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Hay películas de ciencia-ficción que destacan notablemente sobre el conjunto por la profunda crítica social que contienen. La sociedad retratada impresiona porque es una sociedad posible o reconocible. Es decir, que lo que representa no es el puro resultado de una imaginación falta de cierta base racional, sino que es un trabajo de posible proyección, si el resultado es una casualidad o una clara intención del autor no tiene importancia, que nos aterroriza o conmueve. Esto es lo que pasa en Blade Runner, en ella están retratados algunos de los temores que alberga secretamente nuestra sociedad como el de la deshumanización, la alineación, el consumismo, la soledad, el sentido de la vida… La técnica se desarrolla a ritmos vertiginosos y la tendencia a la pérdida de los valores humanos clásicos es creciente. Hay ciertas corrientes que identifican el progreso técnico con la miseria espiritual. Porque es evidente que a medida que las condiciones de vida son mejores hay formas de "miseria" que van apareciendo. En especial las que se refieren a la alineación de todo tipo que se desarrolla a través del control que ejerce la sociedad de consumo y el mercado, así como los estados reguladores (democráticos o totalitarios) y las corporaciones tras*nacionales sobre el conjunto de los individuos.
El dominio de la técnica y la información: Un rasgo característico en Blade Runner es presentar un futuro en el que la "totalización" es extrema y efectiva, donde los que tienen acceso a la técnica gobiernan a los administrados. Ya no existe una sociedad en el que el conflicto se remite a patronos y empleados, sino a algo más sutil como el dominio de los que tienen el poder de gestión sobre los que son gestionados. Los cuerpos técnicos de las grandes multinacionales no necesitan ser dueños de los medios de producción para tener el poder, les basta y les sobra con ser propietarios de la información y la técnica para poder decidir el rumbo de la humanidad. En la película de Ridley Scott se dibuja una sociedad occidental en que sus contradicciones se han exacerbado, donde conviven en una misma urbe un mundo perversos en el que las razas y las culturas se han mezclado en un sincretismo total, con otro mundo desarrollado de tecnologías puntas que han conquistado otros planetas y en el que las grandes compañías controlan la ciudad y la policía. En Blade Runner la propaganda son los productos de consumo: películas fotográficas, marcas de refrescos y tabaco,... y está en todas partes. La sociedad representada en Blade Runner posee un criterio distinto al tradicional para determinar el estatus. Ya no tienen criterios como los de Tocqueville para quien el parámetro es la cantidad de dinero recibido o acumulado; más bien, lo que determina la posición social es la cantidad de información a la que se tiene acceso y se maneja. Mientras más información se posee, más poder y más alto rango social se tiene. El poder no es el medio, es el fin. Tyrrell controla la vida y crea la naturaleza. Tiene el control del saber. Hay que destacar que los cuerpos técnicos, identificables con los que encabezan la empresa y las grandes multinacionales que, como Tyrrell Corporation, tienen todo el poder de gestión. El "padre" de los replicantes, un hombre de ciencia, genial en su área, el que ha innovado hasta el punto de construir máquinas en nada diferentes a los hombres es quien determina y juega. Es quien tiene bajo sus órdenes a toda la estructura social, que ha devenido en funcional para los intereses de la empresa. La policía, bajo su control, tiene fichas de todos los miembros de la sociedad con sus características físicas y sus rasgos de personalidad, sus ocupaciones y sus intereses. Blade Runner inauguró en el cine, entre otras películas del género, lo que se ha llamado estética postmoderna -horrible palabra-. Esta afirmación se basa en algunas características, como la convivencia de diferentes etnias en el mismo radio urbano, la cualidad babélica del lenguaje, el hiperdesarrollo técnico de los escenarios, el ambiente sofocante y apocalíptico, la ausencia de luz natural y la vigencia permanente de la publicidad.
El sentido de la vida: Es conmovedor ver en esa ciudad con rostro de consumo como los personajes sufren el dilema de encontrar sentido a sus vidas. Los replicantes buscando a su creador, su "padre", para que conteste a las preguntas que torturan sus mentes. A pesar de ser hechos a imagen y semejanza del hombre no tienen derecho a tener sentimientos, los cuales, después de huir de su esclavización, buscan un sentido a su existencia, un porqué a su fin “...lo importante no es sobrevivir, sino seguir siendo humanos” se dice Roy Batty. A pesar de vivir en una ciudad superpoblada, se percibe la tristeza y la soledad en los personajes.
Vuelta a la naturaleza y al amor: Por último, la solución que presenta la película ante esta situación es una especie de vuelta a la naturaleza y al amor, quizás un retorno a un pasado en el que hombre estaba en armonía con el mundo natural. Deckard se va con Rachel, mujer replicante y también con un tiempo de vida limitado, hacia las montañas a hacer vida en común entre los bosques, al aire libre, lejos de la civilización, solos.
Inicialmente no fue entendida por el público y tuvo muy poco éxito en su estreno. Lo cierto es que esta película invita a una reflexión profunda de su contenido y a una permanente admiración por su continente, aunque sean ya 30 años los que han pasado desde que se realizó, sigue siendo un punto de referencia obligada y una película de culto en el género de ciencia-ficción, ¿qué tiene para que esto sea así? cada persona le puede encontrar una razón, o tal vez varias, pero para mí es: su maravillosa ambientación oscura y agobiante, esa lluvia incesante, su trasfondo existencial, la tristeza y soledad de los personajes, su argumento aún hoy imitado, esos diálogos que han trascendido mas allá de la película y se han convertido en clásicos. Blade Runner es muy rica en simbología y ofrece una extensa multitud de interpretaciones. Fué una película adelantada a su época.
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