Uritorco
The White Revolution is the only solution.
Hay un hecho fundamental que llama especialmente la atención al observar detenidamente ambas noticias incluidas al final del hilo.
Esta asociación de "amigos" de la Unión Soviética fue refundada en 1977, tras la fin de Franco. El hecho objeto de consideración son precisamente algunos de los nombres que aparecen implicados en la promoción de dicha asociación, presentada nada menos que en el Club Internacional de Prensa, que se presta a acoger y apalabrar tan enternecedor evento.
Uno podría pensar que entre sus promotores figurarían militantes del PCE o de cualquier organización de extrema izquierda tan prolíficas y abundantes en esos años de "libertades". Pero no es exactamente así. Por el contrario, figuran personajes del mundo "burgués" y capitalista bien conocidos por entonces, muchos de los cuales habían desempeñado puestos de especial relevancia durante el régimen anterior. Casi todos ellos con conocidos vinculos personales y directos con el mundo judío y masónico.
Entre ellos destacan los financieros Garrigues, propietarios de la cadena SER y testaferros del capital rockefeliano en nuestro país. Tan estrechos fueron estos vínculos que José Miguel Garrigues Walker estuvo casado con Francis G. Aldrich, sobrina del mismísimo Nelson Rockefeller.
En el plantel de "amigos" figura también el sionista Camilo José Cela Trulock, que presidió algo mas tarde otras dos relevantes asociaciones por sus contactos de alto copete, la Amistad España-Israel y la Fundación Marc Rich (una tapadera del Mossad). Por allí estaba también el loado "humanista" y jurista Joaquín Ruiz-Giménez, criptojudío y masonazo encubierto (emparendo con los Garrigues), ministro de Franco, presidente del Banco Continental, miembro del Club de Roma, amigo de etarras y defensor de masones represaliados, etc. Tras un viaje de peregrinación a la URSS, donde quedó encantadísimo, fue el encargado de justificar y legitimar ante el público español que el comunismo y los "derechos humanos" van de la mano.
No obstante, el último nombre que no me esperaría encontrar en un conciliábulo de semejantes características es el de Félix Rodríguez de la Fuente...
No hay que ser demasiado inteligente para establecer que dicha asociación procomunista era una de las múltiples tapaderas y una de las puertas habituales por donde se iba "colando" en nuestro país el espionaje soviético y los centenares de agentes y colaboradores del KGB, y que los Garrigues tuvieron a bien abrirles las puertas de la alta sociedad española.
De hecho, las acusaciones de ser agentes soviéticos recayeron en su momento en industriales y empresarios como Ramón Mendoza, Juan Luis Cebrián y Juan Garrigues Walker, un adinerado marxista de postín "muy entregado" a los soviéticos, quien se suicidó (o lo suicidaron) en 1986. Todos ellos conocidos por sus relaciones comerciales con la URSS. Ramón Mendoza llegó a reconocer que conversó en múltiples ocasiones con el mítico Víctor Luis, apodado el "Henry Kissinger soviético", quien bajo la de derechasda de periodista fue durante varias décadas la principal "antena" del KGB en Occidente.
Este personaje, hijo de judíos franceses y cuyo standard de vida sobrepasaba al de algunos de los miembros más importantes de la jerarquía soviética, se paseaba por la España franquista con suma facilidad, hospedándose en lujosos hoteles pagados por la oficina de Prodag, empresa de gran envergadura de la que Ramón Mendoza era presidente y a la que se hallaban vinculados personajes como Nemesio Fernández-Cuesta, Carlos Ybarra, Esteban de la Hoz Tejedor, José Ramón "Hippie" Bustelo (emparentado con el presidente alopécico-Sotelo), Pablo Azcárate o Jorge Carrillo, hijo de Santiago Carrillo.
Tanto Prodag, como Ciex de Juan Garrigues, como Waimar, de Cristobal Martínez Bordiú, Ibáñez Freire y Gregorio Marañón, fueron señaladas como las empresas que asumían con mayor volumen el desarrollo comercial con la URSS y que una buena parte de las comisiones cobradas por la primera, iban a parar directamente a las cajas del PCE.
En cuanto al legendario Víctor Luis, fallecido en 1992, el oscuro emisario de la tenebrosa Unión Soviética, un último apunte. Este personaje, conectado en nuestro país con relevantes personalidades como Sánchez Bella, Fernandez Sordó, José Mario Armero, alopécico Serer, Antonio Fontán, Antonio Herrero, etc, recoge la periodista María Eugenia Yagüe en la página 95 de su libro "El padrino. La irresistible ascensión de Ramón Mendoza" (Temas de Hoy, 1991), un testimonio sumamente revelador: "cada vez que Víctor visitaba España o Irlanda, las acciones terroristas de ETA y el IRA se recrudecían automáticamente".
Esta asociación de "amigos" de la Unión Soviética fue refundada en 1977, tras la fin de Franco. El hecho objeto de consideración son precisamente algunos de los nombres que aparecen implicados en la promoción de dicha asociación, presentada nada menos que en el Club Internacional de Prensa, que se presta a acoger y apalabrar tan enternecedor evento.
Uno podría pensar que entre sus promotores figurarían militantes del PCE o de cualquier organización de extrema izquierda tan prolíficas y abundantes en esos años de "libertades". Pero no es exactamente así. Por el contrario, figuran personajes del mundo "burgués" y capitalista bien conocidos por entonces, muchos de los cuales habían desempeñado puestos de especial relevancia durante el régimen anterior. Casi todos ellos con conocidos vinculos personales y directos con el mundo judío y masónico.
Entre ellos destacan los financieros Garrigues, propietarios de la cadena SER y testaferros del capital rockefeliano en nuestro país. Tan estrechos fueron estos vínculos que José Miguel Garrigues Walker estuvo casado con Francis G. Aldrich, sobrina del mismísimo Nelson Rockefeller.
En el plantel de "amigos" figura también el sionista Camilo José Cela Trulock, que presidió algo mas tarde otras dos relevantes asociaciones por sus contactos de alto copete, la Amistad España-Israel y la Fundación Marc Rich (una tapadera del Mossad). Por allí estaba también el loado "humanista" y jurista Joaquín Ruiz-Giménez, criptojudío y masonazo encubierto (emparendo con los Garrigues), ministro de Franco, presidente del Banco Continental, miembro del Club de Roma, amigo de etarras y defensor de masones represaliados, etc. Tras un viaje de peregrinación a la URSS, donde quedó encantadísimo, fue el encargado de justificar y legitimar ante el público español que el comunismo y los "derechos humanos" van de la mano.
No obstante, el último nombre que no me esperaría encontrar en un conciliábulo de semejantes características es el de Félix Rodríguez de la Fuente...
No hay que ser demasiado inteligente para establecer que dicha asociación procomunista era una de las múltiples tapaderas y una de las puertas habituales por donde se iba "colando" en nuestro país el espionaje soviético y los centenares de agentes y colaboradores del KGB, y que los Garrigues tuvieron a bien abrirles las puertas de la alta sociedad española.
De hecho, las acusaciones de ser agentes soviéticos recayeron en su momento en industriales y empresarios como Ramón Mendoza, Juan Luis Cebrián y Juan Garrigues Walker, un adinerado marxista de postín "muy entregado" a los soviéticos, quien se suicidó (o lo suicidaron) en 1986. Todos ellos conocidos por sus relaciones comerciales con la URSS. Ramón Mendoza llegó a reconocer que conversó en múltiples ocasiones con el mítico Víctor Luis, apodado el "Henry Kissinger soviético", quien bajo la de derechasda de periodista fue durante varias décadas la principal "antena" del KGB en Occidente.
Este personaje, hijo de judíos franceses y cuyo standard de vida sobrepasaba al de algunos de los miembros más importantes de la jerarquía soviética, se paseaba por la España franquista con suma facilidad, hospedándose en lujosos hoteles pagados por la oficina de Prodag, empresa de gran envergadura de la que Ramón Mendoza era presidente y a la que se hallaban vinculados personajes como Nemesio Fernández-Cuesta, Carlos Ybarra, Esteban de la Hoz Tejedor, José Ramón "Hippie" Bustelo (emparentado con el presidente alopécico-Sotelo), Pablo Azcárate o Jorge Carrillo, hijo de Santiago Carrillo.
Tanto Prodag, como Ciex de Juan Garrigues, como Waimar, de Cristobal Martínez Bordiú, Ibáñez Freire y Gregorio Marañón, fueron señaladas como las empresas que asumían con mayor volumen el desarrollo comercial con la URSS y que una buena parte de las comisiones cobradas por la primera, iban a parar directamente a las cajas del PCE.
En cuanto al legendario Víctor Luis, fallecido en 1992, el oscuro emisario de la tenebrosa Unión Soviética, un último apunte. Este personaje, conectado en nuestro país con relevantes personalidades como Sánchez Bella, Fernandez Sordó, José Mario Armero, alopécico Serer, Antonio Fontán, Antonio Herrero, etc, recoge la periodista María Eugenia Yagüe en la página 95 de su libro "El padrino. La irresistible ascensión de Ramón Mendoza" (Temas de Hoy, 1991), un testimonio sumamente revelador: "cada vez que Víctor visitaba España o Irlanda, las acciones terroristas de ETA y el IRA se recrudecían automáticamente".
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