Llevo muchos años estudiando las guerras de todas las épocas porque me parecían inexplicables y todavía no puedo entenderlas.
No puedo entender que los mismos que se preocupaban tanto por ancianitos decrépitos y moribundos, que hacían creer que tenían cobi19 y les metían en las UCIS con respiradores, ahora masacren a miles de personas inocentes, jóvenes y sanas que no tienen culpa de nada.
Suponer que con la palabra " guerra " está todo permitido, es satanismo, es terrorismo de estado a gran escala, es un grupo mafioso y criminal que se apodera del ejército de un país para sus propios intereses.
Esta patente de corso para asesinar a mansalva, justifica su " legalidad " por principios muy antiguos que cada cual interpreta a conveniencia.
Los héroes de un lado son los criminales del otro. La realidad la interpreta cada bando según sus intereses y circunstancias.
NO MATARÁS ! prevalece por encima de cualquier otra consideración. Hay múltiples formas de resolver conflictos sin necesidad de llegar a la devastación. Lo que pasa es que es la forma más rápida de saquear y enriquecerse las élites genocidas que diseñan y dirigen las guerras desde tiempo inmemorial.
En la actualidad además de grandes intereses geoestratégicos confrontados entre sí, está la industria armamentística que es el mayor negocio.
Si no hay enemigos a la vista, los países no necesitarían ejércitos en los que invierten inmensas fortunas extraídas del dinero público y que pasa a manos de esas organizaciones terroristas supranacionales que enfrentan a los países.
El otro mayor negocio de estas organizaciones que mandan en los políticos, es la industria farmacéutica . De ahí que detrás de la esa época en el 2020 de la que yo le hablo inventada se esconda el inmenso endeudamiento de los países occidentales por generaciones y que se hubiese aprovechado para comprar a precio de saldo empresas a las que llevaron a la quiebra. " un tipo de guerra encubierta "
Esta alucinante alianza entre España y jovenlandia, que han sido nuestros enemigos desde antes de la oleada turística de los jovenlandeses y hasta guerras muy recientes, choca con la confrontación entre judíos y palestinos. Millones de marroquíes son recibidos con los brazos abiertos en España y Europa .
¿ acaso los palestinos no se pueden integrar en el estado de Israel ? ¿ no necesitan que les paguen las pensiones ?
Al margen de los 70 millones de asesinatos en la llamada segunda guerra mundial ...
Recordar que durante la guerra de independencia de Argelia, después de una manifestación el 8 de mayo de 1945 que acabó en disturbios,
41 mechtas (nombre que se da a las aldeas en Argelia)
fueron totalmente arrasadas, durante la represión del 8 de mayo (que se extendió hasta el 26 de junio)
fueron asesinadas unas 40.000 personas.
Nueve años después, en noviembre de 1954,
Argelia daría comienzo a su propia guerra de independencia, una lucha que costaría la vida a un millón y medio de argelinos. El país acabaría obteniendo su independencia en 1962.
La masacre de Argelia
LA GUERRA JUSTA DE SAN AGUSTÍN y Santo Tomás de Aquino
San Agustín de Hipona nace en el año 354 en la actual Argelia . Fue un filósofo y teólogo, el máximo pensador del cristianismo del primer milenio
Consideraba que toda guerra es malvada y que atacar y saquear a otros estados es injusto, pero aceptaba que existe una "guerra justa"
librada por una causa justa, cómo defender el Estado de una agresión o restaurar la paz si bien hay que recurrir a ella con remordimientos y como último recurso.
Santo Tomás de Aquino nace en un castillo en la actual Italia en 1224, hijo de condes germanos, tuvo una amplia formación universitaria.
basándose en San Agustín, escribe al referirse a la guerra justa: "Para que la guerra sea justa, se requieren tres condiciones.
1- postula que la autoridad y la deliberación de aceptar la guerra pertenezca al príncipe ( el máximo dirigente )
2- Se requiere causa justa. Es decir, que quienes son atacados lo merezcan por alguna causa. Por eso escribe también San Agustín en el libro
Quaest: «Suelen llamarse guerras justas las que vengan las injurias; por ejemplo, si ha habido lugar para castigar al pueblo o a la ciudad que descuida castigar el atropello cometido por los suyos o restituir lo que ha sido injustamente robado»
3- Se requiere, finalmente, que sea recta la intención de los contendientes; es decir, una intención encaminada a promover el bien o a evitar el mal. Por eso escribe igualmente San Agustín en el libro
De verbis Dom.: "Entre los verdaderos adoradores de Dios, las mismas guerras son pacíficas, pues se promueven no por codicia o crueldad, sino por deseo de paz, para frenar a los malos y favorecer a los buenos".
