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Quitáis las ganas de vivir
Huge change is coming for the British royal family
Londres (CNN) -De un vistazo a los medios británicos de los últimos días, se te podría perdonar por pensar que todo el Reino Unido está en un estado de depresión colectivo, angustiado por el fallecimiento del Príncipe Felipe y en un estado de luto nacional.
La realidad es un poco más matizada.
El fin de semana, la BBC informó que había recibido un número significativo de quejas por su sombría cobertura de pared a pared de la fin del duque de Edimburgo en no uno, sino dos canales de televisión y varias estaciones de radio, posponiendo programas populares como la final. del programa de cocina MasterChef y el jabón EastEnders mejor calificado en el proceso.
En situaciones como esta, la emisora nacional a menudo se encuentra atrapada entre la espada y la pared. Tiene el deber no solo de cubrir los eventos nacionales, sino de centrar la atención de la nación en ellos. Simultáneamente, se trata de un público que consume medios de forma cada vez más fragmentada. Simplemente posponer los programas en lugar de ejecutarlos en una plataforma diferente parece una respuesta obvia, especialmente para los espectadores más jóvenes.
Es un buen ejemplo de cómo ha cambiado el mundo en torno a la reina Isabel II a lo largo de sus casi 70 años de gobierno, y su relación con el público es mucho menos clara que en el momento de la coronación en 1953.
Vale la pena señalar que a Felipe se le atribuyó la comprensión del poder y la importancia de los medios de comunicación y cómo podrían usarse para mantener la relevancia de la Reina. Quizás lo más famoso es que estuvo detrás del impulso para que se televisara su coronación, lo que permitió que toda la nación compartiera el momento.
Un homenaje a Philip se proyecta en una gran pantalla en Piccadilly Circus en Londres el viernes.
El monarca todavía goza de una enorme popularidad personal. Sin embargo, a pesar de sus esfuerzos por ser más accesible, es posible que el público en estos días quiera aún más. Sus parientes más jóvenes han mostrado durante décadas signos de que comprenden la demanda de una familia real aún más abierta y accesible.
"Cada vez que se le pregunta al público quiénes son sus miembros favoritos de la familia, excluyendo a la reina, muy a menudo son William y Kate quienes salen a la cabeza, en general, y Harry y Meghan siguen demostrando ser populares entre los más jóvenes", dijo Joe Twyman, director. de la consultora de opinión pública Deltapoll.
Estos cuatro, por supuesto, han sido activistas activos para desestigmatizar las enfermedades mentales, combatir el cambio climático y han hecho todo lo posible para parecer personas normales.
Antes de los recientes problemas con Harry y Meghan, esta monarquía de múltiples velocidades había cumplido un propósito útil. Los miembros de la realeza más jóvenes y accesibles que hicieron que la institución fuera menos estirada desempeñaron un papel para la reina enormemente popular, en la que el público confiaba para desempeñar sus deberes constitucionales con integridad. Los años dorados de este equipo intergeneracional fueron sin lugar a dudas a principios de la década de 2010, cuando el matrimonio de William y Kate se celebró con fiestas callejeras nacionales y el Jubileo de Diamante de la Reina en 2012.
Este éxito, sin embargo, podría ser el catalizador de una serie de complicadas cuestiones constitucionales que se plantearán cuando la Reina ya no esté con nosotros.
"La fin de Felipe realmente es el comienzo del fin de una era. Es una historia que nos recuerda que la Reina es una persona, no solo una institución", dijo Catherine Haddon, experta constitucional del Instituto de Gobierno. "La ironía es que sus parientes más jóvenes hasta la fecha han sido poco más que personalidades, y no está claro qué tan bien eso se traducirá en convertirse en jefes de la monarquía".
Harry rinde homenaje al 'descarado' abuelo Príncipe Felipe cuando llega al Reino Unido para el funeral
La persona para quien esto es más problemático de inmediato es el príncipe Carlos, el primero en la línea de sucesión al trono.
Charles tiene un acto poco envidiable que seguir, no solo por la popularidad de la Reina, sino por la imagen pública de él que ha crecido durante sus décadas en la sala de espera real. Ha sido un activista del cambio climático desde antes de que fuera popular, interfirió directamente con la política del gobierno y, por supuesto, fue aborrecido por una gran parte del público después de su divorcio de la princesa Diana. La reina, por el contrario, tenía 25 años cuando fue nombrada al trono tras la fin de su padre.
"En cierto modo, Charles está atrapado entre dos mundos. No está claro que disfrutará de la deferencia que su progenitora hizo debido a sus intervenciones con los gobiernos a lo largo de los años, por lo que los monárquicos tradicionales podrían no confiar en que él hará el trabajo con el mismo nivel de integridad. . Por otro lado, su marca personal ha tenido un impacto suficiente como para que ser más personal y accesible podría no ser atractivo de la misma manera que William y Kate ", dijo Haddon.
Twyman dijo que "el público está acostumbrado a tener una opinión sobre Carlos y Camilla, para bien o para mal, de una manera que simplemente nunca ha tenido con la Reina. Por primera vez en siglos, el monarca tendrá una personalidad más allá de su papel público. . Es muy difícil predecir lo que querrán de él, pero parece poco probable que sea una repetición del liderazgo de su progenitora ".
El apoyo comparativo del público a William y Kate es absoluto. Innumerables encuestas de opinión muestran que el público preferiría saltarse una generación después de la fin de la reina, colocando a William en el trono en lugar de a su padre. Esto es muy poco probable fuera de una pregunta de encuesta. Pero el nivel de apoyo a la pareja más joven sugiere que el público se siente cómodo con que sus personalidades públicas sean llevadas a la cima de la institución.
El tradicional servicio religioso del día de Navidad de la familia real en Sandringham el 25 de diciembre de 2017.
El contraste en el afecto por Charles y William podría ser un problema en sí mismo. Carlos tiene 72 años. Si la reina vive hasta la misma edad que su progenitora, Carlos tomará el trono a los 79. Si Carlos vive tanto como su padre, William no se convertirá en rey hasta 2048.
En ese momento, el sentimiento público hacia la monarquía podría cambiar drásticamente nuevamente, especialmente si la popularidad de Charles no aumenta después de convertirse en rey.
"Nadie sabe todavía cómo será Charles como rey. Pero el trabajo se ha vuelto más difícil desde 1953 y sin duda seguirá haciéndolo", dijo Ben Page, director ejecutivo de la empresa de encuestas Ipsos MORI. "La monarquía tiene que atraer cada vez más a un país más diverso en todo, desde la etnia y la edad hasta la riqueza. Ningún producto en la tierra se anuncia a todas las personas de cero a 100 años, ni a los millonarios sin un centavo".
En un corto período de tiempo, una institución reacia al cambio radical se verá obligada a evaluar sus próximos pasos. La continuidad total de la reina Isabel ya es imposible, dados los roles públicos que tienen actualmente sus sucesores.
Y, como señala Twyman, estas conversaciones "tendrán lugar en el contexto de la primera coronación en la vida de la mayoría de las personas de un rey anciano sobre el que muchos ya tienen opiniones firmes".
Las quejas sobre la cobertura de la BBC, es importante señalar, probablemente no fueron por falta de respeto a la Reina o su difunto esposo, sino al desconcierto de una generación más joven por la cobertura que parecía pertenecer a una era diferente.
"La idea de que instituciones como la BBC y el gobierno pasen días de duelo y un papel de obediencia de cara al público confunde claramente a mucha gente", dijo Haddon. "Y el hecho de que hayamos estado escuchando recuerdos personales de miembros de la familia sugiere que probablemente lo sepan".
No es un esfuerzo de imaginación, dado lo mucho que ha cambiado el mundo, entender que la relación del público con la familia real no es la misma que hace siete décadas. Es lógico que el público británico quiera algo nuevo cuando llegue el momento de que Charles se convierta en rey.
La pregunta incontestable por ahora es si la monarquía, y las instituciones que la rodean, están lo suficientemente preparadas para modernizarse más allá de los pequeños pasos de los últimos años una vez que el jefe, cuyo liderazgo apenas ha cambiado desde su coronación hace tantos años, no es más alrededor.
Londres (CNN) -De un vistazo a los medios británicos de los últimos días, se te podría perdonar por pensar que todo el Reino Unido está en un estado de depresión colectivo, angustiado por el fallecimiento del Príncipe Felipe y en un estado de luto nacional.
La realidad es un poco más matizada.
El fin de semana, la BBC informó que había recibido un número significativo de quejas por su sombría cobertura de pared a pared de la fin del duque de Edimburgo en no uno, sino dos canales de televisión y varias estaciones de radio, posponiendo programas populares como la final. del programa de cocina MasterChef y el jabón EastEnders mejor calificado en el proceso.
En situaciones como esta, la emisora nacional a menudo se encuentra atrapada entre la espada y la pared. Tiene el deber no solo de cubrir los eventos nacionales, sino de centrar la atención de la nación en ellos. Simultáneamente, se trata de un público que consume medios de forma cada vez más fragmentada. Simplemente posponer los programas en lugar de ejecutarlos en una plataforma diferente parece una respuesta obvia, especialmente para los espectadores más jóvenes.
Es un buen ejemplo de cómo ha cambiado el mundo en torno a la reina Isabel II a lo largo de sus casi 70 años de gobierno, y su relación con el público es mucho menos clara que en el momento de la coronación en 1953.
Vale la pena señalar que a Felipe se le atribuyó la comprensión del poder y la importancia de los medios de comunicación y cómo podrían usarse para mantener la relevancia de la Reina. Quizás lo más famoso es que estuvo detrás del impulso para que se televisara su coronación, lo que permitió que toda la nación compartiera el momento.
Un homenaje a Philip se proyecta en una gran pantalla en Piccadilly Circus en Londres el viernes.
El monarca todavía goza de una enorme popularidad personal. Sin embargo, a pesar de sus esfuerzos por ser más accesible, es posible que el público en estos días quiera aún más. Sus parientes más jóvenes han mostrado durante décadas signos de que comprenden la demanda de una familia real aún más abierta y accesible.
"Cada vez que se le pregunta al público quiénes son sus miembros favoritos de la familia, excluyendo a la reina, muy a menudo son William y Kate quienes salen a la cabeza, en general, y Harry y Meghan siguen demostrando ser populares entre los más jóvenes", dijo Joe Twyman, director. de la consultora de opinión pública Deltapoll.
Estos cuatro, por supuesto, han sido activistas activos para desestigmatizar las enfermedades mentales, combatir el cambio climático y han hecho todo lo posible para parecer personas normales.
Antes de los recientes problemas con Harry y Meghan, esta monarquía de múltiples velocidades había cumplido un propósito útil. Los miembros de la realeza más jóvenes y accesibles que hicieron que la institución fuera menos estirada desempeñaron un papel para la reina enormemente popular, en la que el público confiaba para desempeñar sus deberes constitucionales con integridad. Los años dorados de este equipo intergeneracional fueron sin lugar a dudas a principios de la década de 2010, cuando el matrimonio de William y Kate se celebró con fiestas callejeras nacionales y el Jubileo de Diamante de la Reina en 2012.
Este éxito, sin embargo, podría ser el catalizador de una serie de complicadas cuestiones constitucionales que se plantearán cuando la Reina ya no esté con nosotros.
"La fin de Felipe realmente es el comienzo del fin de una era. Es una historia que nos recuerda que la Reina es una persona, no solo una institución", dijo Catherine Haddon, experta constitucional del Instituto de Gobierno. "La ironía es que sus parientes más jóvenes hasta la fecha han sido poco más que personalidades, y no está claro qué tan bien eso se traducirá en convertirse en jefes de la monarquía".
Harry rinde homenaje al 'descarado' abuelo Príncipe Felipe cuando llega al Reino Unido para el funeral
La persona para quien esto es más problemático de inmediato es el príncipe Carlos, el primero en la línea de sucesión al trono.
Charles tiene un acto poco envidiable que seguir, no solo por la popularidad de la Reina, sino por la imagen pública de él que ha crecido durante sus décadas en la sala de espera real. Ha sido un activista del cambio climático desde antes de que fuera popular, interfirió directamente con la política del gobierno y, por supuesto, fue aborrecido por una gran parte del público después de su divorcio de la princesa Diana. La reina, por el contrario, tenía 25 años cuando fue nombrada al trono tras la fin de su padre.
"En cierto modo, Charles está atrapado entre dos mundos. No está claro que disfrutará de la deferencia que su progenitora hizo debido a sus intervenciones con los gobiernos a lo largo de los años, por lo que los monárquicos tradicionales podrían no confiar en que él hará el trabajo con el mismo nivel de integridad. . Por otro lado, su marca personal ha tenido un impacto suficiente como para que ser más personal y accesible podría no ser atractivo de la misma manera que William y Kate ", dijo Haddon.
Twyman dijo que "el público está acostumbrado a tener una opinión sobre Carlos y Camilla, para bien o para mal, de una manera que simplemente nunca ha tenido con la Reina. Por primera vez en siglos, el monarca tendrá una personalidad más allá de su papel público. . Es muy difícil predecir lo que querrán de él, pero parece poco probable que sea una repetición del liderazgo de su progenitora ".
El apoyo comparativo del público a William y Kate es absoluto. Innumerables encuestas de opinión muestran que el público preferiría saltarse una generación después de la fin de la reina, colocando a William en el trono en lugar de a su padre. Esto es muy poco probable fuera de una pregunta de encuesta. Pero el nivel de apoyo a la pareja más joven sugiere que el público se siente cómodo con que sus personalidades públicas sean llevadas a la cima de la institución.
El tradicional servicio religioso del día de Navidad de la familia real en Sandringham el 25 de diciembre de 2017.
El contraste en el afecto por Charles y William podría ser un problema en sí mismo. Carlos tiene 72 años. Si la reina vive hasta la misma edad que su progenitora, Carlos tomará el trono a los 79. Si Carlos vive tanto como su padre, William no se convertirá en rey hasta 2048.
En ese momento, el sentimiento público hacia la monarquía podría cambiar drásticamente nuevamente, especialmente si la popularidad de Charles no aumenta después de convertirse en rey.
"Nadie sabe todavía cómo será Charles como rey. Pero el trabajo se ha vuelto más difícil desde 1953 y sin duda seguirá haciéndolo", dijo Ben Page, director ejecutivo de la empresa de encuestas Ipsos MORI. "La monarquía tiene que atraer cada vez más a un país más diverso en todo, desde la etnia y la edad hasta la riqueza. Ningún producto en la tierra se anuncia a todas las personas de cero a 100 años, ni a los millonarios sin un centavo".
En un corto período de tiempo, una institución reacia al cambio radical se verá obligada a evaluar sus próximos pasos. La continuidad total de la reina Isabel ya es imposible, dados los roles públicos que tienen actualmente sus sucesores.
Y, como señala Twyman, estas conversaciones "tendrán lugar en el contexto de la primera coronación en la vida de la mayoría de las personas de un rey anciano sobre el que muchos ya tienen opiniones firmes".
Las quejas sobre la cobertura de la BBC, es importante señalar, probablemente no fueron por falta de respeto a la Reina o su difunto esposo, sino al desconcierto de una generación más joven por la cobertura que parecía pertenecer a una era diferente.
"La idea de que instituciones como la BBC y el gobierno pasen días de duelo y un papel de obediencia de cara al público confunde claramente a mucha gente", dijo Haddon. "Y el hecho de que hayamos estado escuchando recuerdos personales de miembros de la familia sugiere que probablemente lo sepan".
No es un esfuerzo de imaginación, dado lo mucho que ha cambiado el mundo, entender que la relación del público con la familia real no es la misma que hace siete décadas. Es lógico que el público británico quiera algo nuevo cuando llegue el momento de que Charles se convierta en rey.
La pregunta incontestable por ahora es si la monarquía, y las instituciones que la rodean, están lo suficientemente preparadas para modernizarse más allá de los pequeños pasos de los últimos años una vez que el jefe, cuyo liderazgo apenas ha cambiado desde su coronación hace tantos años, no es más alrededor.
