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Madmaxista
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La población española descenderá en 14 millones de habitantes en lo que queda de siglo
La población mundial registra un crecimiento imparable, aunque desigual. Según las proyecciones presentadas esta semana por Naciones Unidas, el número de habitantes del planeta pasará de los 7.700 millones que habrá a cierre de este ejercicio a 9.700 millones en 2050. Una cifra que seguirá en aumento hasta los 11.000 millones de 2100, según el análisis de las tendencias y perspectivas demográficas mundiales realizado por la ONU que ofrece, según detalla, resultados posibles o plausibles, apunta el organismo internacional, aunque obviamente cualquier previsión a un plazo de 80 años está sujeta a un gran margen de error.
Este incremento poblacional tras*formará el actual statu quo entre los países y convertirá a India en el más poblado del mundo a partir de 2027, por delante de China. Las políticas de natalidad impulsadas durante las últimas décadas en el gigante asiático provocarán que el país pierda hasta 2100 un 25,7% de su población y se sitúe en la segunda posición del ranking mundial, mientras que en India los habitantes crecerán un 6% hasta entonces.
En tercera posición se situará Nigeria, que avanza cuatro posiciones y supera a Estados Unidos, cuarto, aunque este país seguirá siendo demográficamente pujante.
El continente africano, y en especial África Subsahariana, concentra los mayores aumentos de población en las próximas ocho décadas, con países como Níger, Angola, Tanzania, Somalia, Zambia, Burundi, República Democrática del Congo, Burkina Faso, Mali y Mozambique, registrando incrementos de más del 300%. Por contra, Europa perderá población, con Polonia y Rumanía a la cabeza, que registrarán caídas del 39,2% y del 38,7%, respectivamente.
De los 100 países más poblados del mundo, España pasará de ocupar la posición número 30 actual a la 63 en el arranque del próximo siglo. Los 46,7 millones de residentes con los que el país finalizó el año pasado no llegarán, según las estimaciones de la ONU, a superar el récord histórico de los 46,8 millones que se registró en el primer semestre de 2012, momento tras el que el país empezó a perder residentes por la salida de extranjeros y nacionales debido a la crisis económica. Así, las proyecciones apuntan que la población seguirá un aumento paulatino hasta 2020, ejercicio en el que se alcanzarían los 46,75 millones de habitantes, y empezaría una lenta, pero continua, trayectoria descendente. Uno de los momentos clave llegará, previsiblemente, en 2064, cuando la cifra baje de los 40 millones, algo no visto desde 1996.
La estadística de la ONU implica una caída de la población española en edad de trabajar, desde los más de 31 millones actuales a los 22 millones de dentro de 30 años, que bajan hasta los 17 en 2100. Una opinión que choca con la que manifestó hace un año la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef). El organismo presidido por José Luis Escrivá aseguró entonces, en contra del criterio mantenido por el INE y Eurostat, que la población española en edad de trabajar se mantendría en los próximos 30 años.
Detrás del criterio de unos y otros subyace un problema, la posible 'japonización' de la población española. Desde Airef vislumbraban hace un año en base a distintas variables como la fecundidad, la llegada de pagapensiones y la esperanza de vida, que el panorama no era tan desalentador. En concreto, aludían en su informe que se elevaría el número de extranjeros residentes en España.
Naciones Unidas, por su parte, advierte de que el envejecimiento penaliza los sistemas de protección social y recuerda que en la actualidad la tasa de reemplazo, entendida como el número de personas en edad de trabajar frente a los ya jubilados, está en 1,8 en Japón, mientras que en otros 29 países, principalmente de Europa y el Caribe la ratio es inferior a tres. Un número de estados que dentro de 30 años se elevará ya hasta los 48. "Estos valores bajos señalan el impacto potencial del envejecimiento demográfico sobre el mercado laboral y el desempeño económico, así como las presiones fiscales que muchos países enfrentarán en las próximas décadas buscando desarrollar y mantener sistemas públicos de atención médica, de pensiones y protección social para las personas mayores", alerta.
FUENTE
La población mundial registra un crecimiento imparable, aunque desigual. Según las proyecciones presentadas esta semana por Naciones Unidas, el número de habitantes del planeta pasará de los 7.700 millones que habrá a cierre de este ejercicio a 9.700 millones en 2050. Una cifra que seguirá en aumento hasta los 11.000 millones de 2100, según el análisis de las tendencias y perspectivas demográficas mundiales realizado por la ONU que ofrece, según detalla, resultados posibles o plausibles, apunta el organismo internacional, aunque obviamente cualquier previsión a un plazo de 80 años está sujeta a un gran margen de error.
Este incremento poblacional tras*formará el actual statu quo entre los países y convertirá a India en el más poblado del mundo a partir de 2027, por delante de China. Las políticas de natalidad impulsadas durante las últimas décadas en el gigante asiático provocarán que el país pierda hasta 2100 un 25,7% de su población y se sitúe en la segunda posición del ranking mundial, mientras que en India los habitantes crecerán un 6% hasta entonces.
En tercera posición se situará Nigeria, que avanza cuatro posiciones y supera a Estados Unidos, cuarto, aunque este país seguirá siendo demográficamente pujante.
El continente africano, y en especial África Subsahariana, concentra los mayores aumentos de población en las próximas ocho décadas, con países como Níger, Angola, Tanzania, Somalia, Zambia, Burundi, República Democrática del Congo, Burkina Faso, Mali y Mozambique, registrando incrementos de más del 300%. Por contra, Europa perderá población, con Polonia y Rumanía a la cabeza, que registrarán caídas del 39,2% y del 38,7%, respectivamente.
De los 100 países más poblados del mundo, España pasará de ocupar la posición número 30 actual a la 63 en el arranque del próximo siglo. Los 46,7 millones de residentes con los que el país finalizó el año pasado no llegarán, según las estimaciones de la ONU, a superar el récord histórico de los 46,8 millones que se registró en el primer semestre de 2012, momento tras el que el país empezó a perder residentes por la salida de extranjeros y nacionales debido a la crisis económica. Así, las proyecciones apuntan que la población seguirá un aumento paulatino hasta 2020, ejercicio en el que se alcanzarían los 46,75 millones de habitantes, y empezaría una lenta, pero continua, trayectoria descendente. Uno de los momentos clave llegará, previsiblemente, en 2064, cuando la cifra baje de los 40 millones, algo no visto desde 1996.
La estadística de la ONU implica una caída de la población española en edad de trabajar, desde los más de 31 millones actuales a los 22 millones de dentro de 30 años, que bajan hasta los 17 en 2100. Una opinión que choca con la que manifestó hace un año la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef). El organismo presidido por José Luis Escrivá aseguró entonces, en contra del criterio mantenido por el INE y Eurostat, que la población española en edad de trabajar se mantendría en los próximos 30 años.
Detrás del criterio de unos y otros subyace un problema, la posible 'japonización' de la población española. Desde Airef vislumbraban hace un año en base a distintas variables como la fecundidad, la llegada de pagapensiones y la esperanza de vida, que el panorama no era tan desalentador. En concreto, aludían en su informe que se elevaría el número de extranjeros residentes en España.
Naciones Unidas, por su parte, advierte de que el envejecimiento penaliza los sistemas de protección social y recuerda que en la actualidad la tasa de reemplazo, entendida como el número de personas en edad de trabajar frente a los ya jubilados, está en 1,8 en Japón, mientras que en otros 29 países, principalmente de Europa y el Caribe la ratio es inferior a tres. Un número de estados que dentro de 30 años se elevará ya hasta los 48. "Estos valores bajos señalan el impacto potencial del envejecimiento demográfico sobre el mercado laboral y el desempeño económico, así como las presiones fiscales que muchos países enfrentarán en las próximas décadas buscando desarrollar y mantener sistemas públicos de atención médica, de pensiones y protección social para las personas mayores", alerta.
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