Esto es lo que pasa en tus riñones si comes un yogur en España todos los días: el aviso de los expertos

Pero si no dice absolutamente nada de que le pase nada malo a los riñones. Es un publirreportaje para que consumas yogures. Menudo clickbait más cutre. Estas cosas no son serias, señores juntaletras.
 
Ojo, este usuario va abriendo artículos sobre temas de alimentación que son clickbait sin contenido más allá del humo. Conviene ignorarlo:

 
Última edición:
Uno de los platos más emblemáticos de la gastronomía madrileña es el de los callos a la madrileña, una receta tradicional de casquería, muy apreciada en la ciudad de Madrid y el resto de municipios de dicha Comunidad.

Se trata de un plato de cuchara, tenedor y servilleta que además pide pan para deleitarse con la potente y sabrosa salsa que acompaña este manjar. En la preparación madrileña, no se añaden garbanzos cocidos como en la versión gallega ni se utiliza el pimiento choricero como en la versión vizcaina. Acompañadme a la cocina y vamos a preparar una buena cazuela de callos, siempre con su buen sofrito.

No están solos, evidentemente, pues las opciones de callos a la andaluza o de callos a la asturiana también son muy famosas. Es lo mismo que le pasa a cualquier receta de tripas, que es un ingrediente realmente internacional.

Ingredientes
Para 6 personas
  • Callos de ternera1 kg
  • Chorizo asturiano
  • Morcilla de cebolla
  • Panceta150 g
  • Laurel
  • Mezcla especias para callos al gusto al gusto
  • Dientes de ajo2
  • Guindilla al gusto
  • Salsa de tomate50 ml
Cómo hacer callos a la madrileña
Dificultad: Media
  • Tiempo total1 h
  • Elaboración15 m
  • Cocción45 m
Los callos a la madrileña se hacen normalmente utilizando varios tipos de carne de la casquería. Así entre sus ingredientes encontramos callos de ternera, pata y morro. En la casquería podemos pedir un kilo de callos indicando que queremos ese peso repartido entre los tres ingredientes. Limpiamos bien los callos y los cortamos en trozos cuadrados de 2x2 cm aproximadamente, para que después de su cocción puedan ser tamaño bocado.
Una vez limpios, los ponemos a cocer con una hoja de laurel y un buen puñado de sal, agregando también la panceta o carne de jamón o lacón y las especias para callos. Dejamos que los callos se hagan durante 4 horas en cacerola tradicional o 45 minutos si usáis olla rápida. Una vez estén cocinados, los escurrimos y reservamos el agua de la cocción que será espesa y cargada de gelatina..
Cuando falte una hora para terminar la cocción tradicional, agregamos el chorizo y la morcilla, que habremos semicocido aparte. Al integrarlos ahora, dejando que se terminen de hacer con los demás ingredientes evitaremos que se reviente la morcilla o que la receta nos quedase demasiado cargada de la grasa del chorizo.
Preparamos una salsa pochando dos dientes de ajo con la cebolla muy picada y una guindilla para que los callos tengan un puntito picante. Entonces agregamos una cucharada de salsa de tomate, los callos cocidos, los chorizos y morcillas troceados. También vamos incorporando poco a poco, el caldo de la cocción. Terminamos dejando hervir el conjunto durante 20 minutos hasta que adquiera cremosidad y llegue a una textura deseada.

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Con qué acompañar la receta de callos a la madrileña
Los callos a la madrileña es junto a la oreja a la plancha y las gallinejas y entresijos, la gran receta de casquería madrileña. El plato pide sobre todo pan, un buen pan para disfrutar de la salsa. Os recomendamos cualquiera de nuestras 17 recetas de pan casero para esa misión. Por otra parte, os aconsejamos que preparéis los callos a la madrileña un día para comerlos al día siguiente, cuando los sabores se habrán asentado e intensificado.

 

10 TRUCOS PARA LAS REPARACIONES DEL HOGAR

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10 trucos para las reparaciones del hogar es un pequeño manual con el que desde El Manitas queremos ayudarte a hacer frente a cualquier pequeño problema o una sencilla avería que pueda aparecer en tu hogar. Se trata de tareas sencillas que, con un poco de orientación, podremos realizar en poco tiempo y ahorrando dinero.

10 trucos para las reparaciones del hogar

Aunque la lista de consejos sería infinita, en El Manitas hemos seleccionado estos 10 trucos para las reparaciones del hogar con los que podrás obtener algunas ideas:
Presta atención y toma nota:
  1. ¿Nueva mano de pintura? Si nuestra vivienda necesita un lavado de cara, nada mejor que darle una capa de pintura. Para ello lo mejor es emplear el rodillo, ya que la pintura queda mucho mejor aplicada sobre la superficie. Para hacerlo adecuadamente, debes tener en cuenta que hay que aplicarlo en vertical y siempre así. No cambies de dirección. Además, debes intentar que las franjas se solapen para que no queden zonas sin pintar.
  2. Revisar y poner a punto calefacción y aire acondicionado. El mal funcionamiento de los electrodomésticos que nos procuran una temperatura agradable en el interior de nuestra vivienda, hacen que gastemos más dinero de la cuenta. Si los sometes a controles periódicos, te adelantarás a las averías e incluso lograrás prevenirlas.
  3. Evitar agujerar la pared. Tienes que evitar taladrar la pared con elementos provisionales como pequeñas puntillas, tornillos de rosca o chinchetas. Dejan señales en las paredes y crean un efecto estético muy feo en el interior de nuestra vivienda. Emplea otras soluciones que hay en el mercado y asegúrate antes de que van a aguantar el peso de las piezas que quieres colgar.
  4. El parqué. Se trata de un tipo de suelo que requiere muchos cuidados para lucir bien. De ahí que con el uso aparezcan arañazos y rozaduras. Para que luzcan como el primer día, nada mejor que pulir la zona afectada y aplicar una nueva capa de barniz. Hay que lijar en paralelo a los tablones. Sólo en caso de que tenga dibujos, puliremos en diagonal.
  5. Limpia las bombillas de los focos o de los distintos puntos de luz que tengas en tu domicilio. Ganarás en luminosidad ya que el polvo acumulado en su superficie puede hacer que perdamos iluminación. Si quieres crear ambientes más interesantes en tu salón, nada mejor que optar por focos puntuales. Se instalan rápidamente y de manera cómoda.
  6. Desatascar en el cuarto de baño. Son frecuentes los atascos en el cuarto de baño ya que hay una curva en el sifón del desagüe de la ducha o bañera que impide que los olores suban y se expandan por tu hogar. Si notas que el agua desaparece con dificultad, nada mejor que desatascar con cuidado el sifón y, con ayuda de un destornillador, acceder al atasco para romperlo. De esta manera lograremos que el agua vuelva a circular.
  7. Puesta a punto de grifos. Si un grifo pierde agua, nada mejor que desmontar su boca exterior y mirar el estado en que se encuentra la goma denominada zapatilla. Es muy probable que esté pasada y necesite que la sustituyas por otra nueva. Una vez que lo hagas, ya no volverá a perder agua.
  8. Acabar con las humedades. Es una de las averías más frecuentes de los hogares. Aparecen por la condensación de la humedad en el interior del cuarto de baño o de la cocina, que son los lugares donde suelen producirse. Para acabar con ellas, nada mejor que limpiar las zonas afectadas, dejarlas secar y volver a pintarlas con productos aislantes.
  9. Pomos de las puertas que se aflojan. Basta con coger un destornillador y apretarlos. Si, además, han sufrido algún desperfecto por un golpe; lo mejor es quitarlo, modelarlo y volverlo a colocar.
  10. Arreglar una persiana que se atasca. Para ello hay que desmontar el sistema que permite su funcionamiento. Antes recuerda que la persiana tiene que estar bajada, de lo contrario pesará mucho y no podrás hacerlo.
En cualquier caso, si a pesar de estas indicaciones te resulta complicado realizar las reparaciones del hogar y hacer frente a cualquier contratiempo, no lo dudes y ponte en contacto con nosotros. En El Manitas Ideal resolveremos todos tus pequeños contratiempos en el tiempo muy corto.

 


No importa cuántas veces las veas, las auroras boreales (y su equivalente en el hemisferio sur, la aurora austral) son un espectáculo etéreo e impresionante. Danzan silenciosamente en la atmósfera superior de la Tierra, formando láminas iridiscentes de luz verde y roja (o a veces azul y púrpura).
Aunque son comunes en las regiones polares y subpolares, a veces pueden verse auroras en latitudes más bajas, como ha sucedido recientemente en lugares tan meridionales como Florida e Inglaterra. Si tienes la sensación de que últimamente has podido ver auroras con mucha más frecuencia de lo normal, estás en lo cierto. He aquí por qué.

¿Qué son las auroras boreales y australes?
El astrónomo italiano Galileo Galilei acuñó el término aurora en 1619 en honor a la diosa romana del amanecer, creyendo erróneamente que se trataba del reflejo de la luz solar en la atmósfera.
En realidad, tanto la aurora boreal como la austral se deben a la interacción de los gases de la atmósfera terrestre con el viento solar: una corriente de partículas cargadas eléctricamente, llamadas iones, que salen disparadas del sol en todas direcciones.
Cuando el viento solar llega a la Tierra, choca contra el campo magnético del planeta, produciendo corrientes de partículas cargadas que fluyen hacia los polos. Algunos de los iones quedan atrapados en una capa de la atmósfera llamada ionosfera, donde chocan con átomos de gas (principalmente oxígeno y nitrógeno) y los "excitan" con energía extra. Esta energía se libera en forma de partículas de luz o fotones.

¿Por qué las auroras son verdes, rojas y, a veces, azules o jovenlandesadas?
Los colores de las auroras indican en qué parte de la atmósfera y con qué gases ocurre todo esto.
Por ejemplo, un átomo de oxígeno excitado tarda casi dos minutos en emitir un fotón rojo, y si un átomo choca con otro durante ese tiempo, el proceso puede interrumpirse o terminar. Por eso, cuando vemos auroras rojas, lo más probable es que se encuentren en los niveles más altos de la ionosfera, aproximadamente a 240 kilómetros de altura, donde hay menos átomos de oxígeno que interfieran entre sí.

La aurora boreal ilumina el cielo nocturno detrás del emblemático volcán Kirkjufell de Islandia
La aurora boreal ilumina el cielo nocturno detrás del emblemático volcán Kirkjufell de Islandia. Las auroras se producen cuando las partículas cargadas del sol chocan con los gases de la atmósfera terrestre. El tonalidad indica la capa de la atmósfera terrestre en la que se producen estas interacciones.
FOTOGRAFÍA DE BABAK TAFRESHI, NAT GEO IMAGE COLLECTION

En cambio, los fotones verdes se descargan en menos de un segundo, por lo que son más comunes en las partes moderadamente densas de la atmósfera, de 100 a 240 kilómetros por encima de la superficie terrestre.
En la parte más densa de la atmósfera, a menos de 100 kilómetros sobre la superficie del planeta, vemos una mezcla violácea de luces rojas y azules, los colores característicos del nitrógeno molecular.


¿Dónde se pueden ver auroras?
Se han observado auroras en todos los planetas del sistema solar excepto Mercurio, incluso, como en Venus y Marte, donde el campo magnético es muy débil o inexistente. Incluso se han detectado en un enorme "planeta rebelde" situado a 20 años luz. Y los astronautas han tomado espectaculares fotografías y vídeos de las auroras terrestres desde la Estación Espacial Internacional.
Para los más terrestres, los mejores lugares para ver auroras se encuentran en la "zona auroral", entre 60 y 75 grados de latitud, tanto al norte como al sur. Es aún más probable ver una aurora si te encuentras en una franja más pequeña de la Tierra, entre 65 y 70 grados de latitud.
También necesitas un lugar donde los cielos estén oscuros y despejados y lejos de la contaminación lumínica. En el hemisferio sur, esto suele significar la Antártida, Tasmania (Australia) o el sur de Nueva Zelanda en otoño o invierno. Al norte del Ecuador, incluye lugares como los alrededores de Fairbanks (Alaska), Churchill (Manitoba), la zona de Laponia en el norte de Suecia y Finlandia, y Tromso (Noruega), entre muchos otros.


¿Cuándo se producen las auroras y con qué frecuencia?
Una buena manera de predecir una noche de auroras intensas es contar 27 días desde la última; las auroras están estrechamente relacionadas con la actividad de las manchas solares, y como el Sol tarda 27 días en girar sobre su eje, ése es el tiempo que tardará una mancha solar productora de auroras en volver a aparecer.
Algunos años hay más auroras que otros. La actividad de las manchas solares aumenta y disminuye en un ciclo de 11 años; la tendencia al alza más reciente comenzó en 2019 y alcanzará su punto máximo en 2024 o 2025

Una tienda de campaña bajo la aurora boreal en Gates of the Arctic, en Estados Unidos
Una tienda de campaña bajo la aurora boreal en Gates of the Arctic, el parque nacional más septentrional de Estados Unidos. Esta región de Alaska es uno de los mejores lugares del planeta para ver auroras.
FOTOGRAFÍA DE KATIE ORLINSKY, NAT GEO IMAGE COLLECTION

El aumento de la actividad de las manchas solares también explica que a veces se produzcan auroras en partes del mundo que, de otro modo, raramente las verían. Este aumento de la actividad crea una mayor probabilidad de grandes tormentas solares, que pueden disparar radiación electromagnética y partículas hacia la Tierra; cuando golpean nuestra atmósfera, la inundan con tantas partículas que la zona auroral se expande mucho más allá de sus límites habituales.

Este efecto se observó por última vez a principios de 2023, cuando las tormentas solares provocaron auroras visibles tan al sur como Arizona e Inglaterra. Además de causar deslumbrantes espectáculos, estas tormentas solares también pueden afectar a las redes eléctricas y a los sistemas GPS.

Sin embargo, incluso el más activo de los ciclos de manchas solares tendrá dificultades para igualar la mayor tormenta solar registrada. El 1 de septiembre de 1859, los astrónomos habían estado observando un creciente número de manchas solares en la superficie de nuestra estrella cuando una erupción solar se dirigió hacia la Tierra, creando vívidas auroras tan al sur como Cuba y tan al norte como Santiago de Chile. Al no haberlas visto nunca antes, algunos observadores creyeron que las brillantes luces presagiaban el fin del mundo, o que "parecía como si hubiera un fuego colosal en la Tierra que reflejaba sus llamas en los cielos".

 



¿Qué tipo de compresa o tampón se adapta mejor a ti?

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Hay muchos tipos de menstruaciones, tantas como mujeres. Con distintas necesidades, con distintos tipos de piel, con distintas rutinas y hábitos, con distintos momentos. Por encima de todas ellas, como un inmenso paraguas, hay un elemento que sirve de denominador común.

Hablamos de la higiene femenina elaborada con puro algodón ecológicocomo un elemento clave para dejar fuera de la ecuación a todos los males que muchas mujeres comparten en estos días: molestias y picores.

Esto es muy importante porque los productos de algodón certificado ecológico son hipoalergénicos, clínicamente testados y blanqueados sin cloro. Esto significa que respetan todo tipo de pieles, independientemente de su naturaleza, especialmente las más sensibles.

Desde Farmaconfort queremos llegar hasta todo tipo de mujeres como una alternativa natural y diversa para la higiene íntima femenina especialmente pensada para prevenir y reducir los riesgos de irritaciones, picores y alergias, tan molestos y tan habituales, derivados frecuentemente del uso de otro tipo de productos que no son de algodón pero que lo simulan.

Por eso hoy queremos compartir algunas de las soluciones más demandadas por nuestras consumidoras, pero con un elemento en común: todas están elaboradas con algodón ecológico certificado.



Compresas

Están desarrolladas, tanto dentro como fuera (capa superior y núcleo absorbente), con puro algodón 100% hipoalergénico, dermatológicamente testado. Las encontrarás disponibles en 3 formatos:

  • Ultrafinas: finas y discretas, con alas protectoras y envasadas individualmente. Disponibles en formato Día y Noche (más largas para mayor protección durante la noche).
  • Anatómicas Classic: ideal para aquellas mujeres que buscan una mayor protección y absorción en cualquier momento o situación.
  • Protegeslips: elaborados con puro algodón los encontrarás disponibles en los siguientes formatos: Ultra: ultrafino y discreto, envasado individualmente. Anatómico Classic: el protegeslips de siempre, con forma anatómica y sin envase individual, cuenta con núcleo absorbente que proporciona mayor absorción. Adaptable Flex: lo puedes utilizar tanto con las braguitas normales o adaptarlo al bombacha gracias a sus líneas especiales de pliegue. 2 en 1 Maxi Plus: utilízalo conforme tus necesidades como protegeslips Maxi Plus (más largo, más protección) o como Compresa Ultra sin alas.
Tampones

Los tampones Farmaconfort cuentan con un núcleo absorbente de puro algodón ecológico y están envueltos con un velo especial de seguridad que reduce el riesgo de que las fibras queden adheridas a la pared vaginal (notarás la diferencia en su extracción)

  • Con aplicador biodegradable de cartón:disponible en 4 absorciones (mini, regular, super y superplus) son muy fáciles de colocar gracias a su aplicador de cartón biodegradable, de punta suave y redondeada.
  • Tampones digitales: se llaman digitales por que no disponen de aplicador, se colocan directamente con el dedo (de ahí digitales = dígito). Disponibles en absorciones regular, super y superplus.
 

Asmat: el misterio de la tribu perdida que se comió vivo al hijo de Rockefeller.

Michael, de 23 años, desapareció en 1961 mientras investigaba los territorios de estos nativos; una de las teorías afirma que acabaron con él.


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En los años sesenta todavía existían en nuestro planeta tribus apartadas de la sociedad, y los asmat eran una de ellas. Afincados al sudoeste de Nueva Guinea, entre pantanos y selvas tropicales, sus miembros eran también conocidos por su canibalismo y su obsesión por rebanar molleras. Por eso sorprende que Michael, el que fuera hijo de Nelson Rockefeller, decidiera partir como una exhalación en su busca con apenas 23 primaveras. Pero así fue.

A finales de noviembre de 1961, el bueno de Michael desapareció mientras se hallaba de expedición en la costa sur de Nueva Guinea. Sus objetivos: estudiar a los asmat e intentar hacerse con algunas de sus piezas artísticas para el Museo de Arte Primitivo fundado una década atrás por su padre. A partir de entonces comenzó un misterio que se extiende hasta la actualidad: ¿Cómo falleció el hijo más joven de Rockefeller? La versión más extendida es que se ahogó, aunque ABC publicó en 1971 que había sido devorado por caníbales.

Naturalista convencido

Michael vino al mundo un 18 de mayo de 1938 en los Estados Unidos y, desde su infancia, ya destacaba por su alta capacidad de estudio. Poco después de su desaparición, ABC resumió de esta guisa su vida: «Miguel Rockefeller es uno de los cinco hijos de Nelson Rockefeller y gemelo de su hermana María, nacidos en 1938. Es soltero, se graduó en la Universidad de Harvard y prestó servicio en el Ejército». La fundación que mantiene su familia en la actualidad afirma que siempre demostró cierta atracción por el mundo salvaje. Era, en definitiva, un naturalista de libro: independiente de espíritu, entusiasta de lo desconocido y aventurero en extremo.

Su aspecto era inconfundible: gafillas de pasta de color a la moda de los sesenta, barbita de día y medio –pelusilla más bien, al menos cuando no andaba de expedición– y unas entradas incipientes de esas que se tratan de esconder con el flequillo de medio lado. Michael tenía la estampa de un niño bien. Lo lógico para el heredero de una de las familias más influyentes de los Estados Unidos. En lo que rompía con su estirpe era en su cuasi obsesión por lo desconocido.


Su carácter le empujó a viajar hasta Nueva Guinea en 1961 en el marco de una expedición para el Museo Peabody de Arqueología y Etnología de Harvard. En ese ambiente se sentía útil. Sin embargo, ese mismo espíritu indomable le hizo abandonar al grupo durante algunos días para estudiar la forma de vida de los asmat. La tribu albergaba una riqueza cultural difícil de creer para la época y apenas había tenido contacto con el ser humano moderno, pero sus integrantes también contaban con unas tradiciones escalofriantes. «Eran cazadores de cabezas que devoraban los cerebros de sus enemigos mezclados con gusanos y dormían sobre cráneos», explica Manuel Morós Peña en 'Historia cultural del canibalismo'.

Rockefeller regresó a Estados Unidos, pero quedó prendado de aquella tribu por muchas causas. Entre ellas, las ricas piezas de arte que tenían en su poder. Así, por una mezcla de inquietud cultural y necesidad de hacerse con estos pequeños tesoros para el museo de su padre, decidió regresar en septiembre a Nueva Guinea. ABC lo explicó de forma educada: «Se enroló en una expedición arqueológica que realizaba estudios en el interior de la región». Él afirmó que pretendía rodar un documental junto al holandés M. S. Wassink. La realidad, sin embargo, era que navegaba entre el interés económico y el científico. Sea por la razón que fuese, la pareja recorrió durante dos meses la costa para visitar a las poblaciones locales.

Nace el misterio

Y de ahí, a la escena final de esta tragedia. La pesadilla para Michael empezó ese 18 de noviembre de 1961, mientras remontaba un río con su colega. Allí desapareció por culpa del oleaje, como bien explicó ABC tan solo dos jornadas después: «El multimillonario Nelson Rockefeller ha recibido la noticia, comunicada por la Embajada holandesa, de que su hijo ha sido dado por perdido». Según el periodista, el chico «cayó al agua cuando iba en una pequeña embarcación indígena». El lugar: una zona próxima la aldea de Agats, entre los puertos de Merauke y Kaimana, al norte de la isla de Frederick Hendrik. «Confirman que formaba parte de la expedición que estudiaba y filmaba la vida de los indígenas de Nueva Guinea», desvelaba el diario.

Poco después pudo saberse que la canoa quedó destruida. Ellos, por suerte, pudieron agarrarse a los restos. Después, Michael tomó una decisión nefasta: improvisó una balsa y se marchó en busca de ayuda. Su amigo fue salvado 48 horas después de que las autoridades les diesen por desaparecidos. «Wassink, etnólogo de la Universidad de Leyden, dijo a los que le recogieron que Rockefeller abandonó por la mañana el prao en el que ellos habían estado a la deriva en el mar, tras haber improvisado una balsa con bidones vacíos. Añadió que Rockefeller trataba de llegar a una aldea indígena situada en la desembocadura del río», desveló ABC. Jamás se volvió a saber de él.

Según este diario, Nelson Rockfeller se quedó pálido cuando, al bajar de un avión, le informaron de lo que había sucedido. «Dudo que yo pueda ayudar en algo en la búsqueda, pero confío en encontrar a mi hijo sano y salvo», afirmó apesadumbrado. Poco después partió hacia Nueva Guinea con una de sus hijas para colaborar en las tareas de salvamento, aunque sin éxito alguno. El destino del bueno de Michael estaba sellado, lo mismo que la causa de su fin. Algunos meses más tarde los periódicos publicaron la teoría que, en la actualidad, está más extendida: que el veinteañero se ahogó antes siquiera de tocar tierra. Quizá lo más lógico.

No fue hasta 1965 cuando se empezó a especular que el destino de Michael había sido mucho más trágico. Ese año, ABC hizo público que un periodista australiano había desvelado, al fin, el misterio: «Afirma que Rockefeller, entonces de 23 años de edad, fue capturado por unos salvajes en el valle de Ballem, ejecutado y devorado». En un libro que se acababa de publicar, el reportero insistía también en que el benjamín de una de las familias más poderosas de los Estados Unidos que todo ocurrió después de que consiguiera llegar hasta la costa: «Allí fue capturado por unos salvajes agates, los más primitivos de la región, que le dieron fin, le cocinaron y le devoraron». Escalofriante cuanto menos.

 
elespanol.com cada día dan más ardor de estomago. Entre la fruta publicidad y los puñeteros clickbaits se están cavando su propia tumba.
Hijos de p**a!
 
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