Redbull Vol. II
Madmaxista
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Esa es la sencilla estatua que Madrid dedica a Isabel II digna quizas de algun concejal pero indigna de una reina.
Eso si esta colocada en una ubicacion no del todo desacertada, frente al teatro Real, obra que ella promovio para dotar a Madrid de un teatro digno de la capital, y siendo ademas ella misma muy aficionada a la opera ademas de muy buena cantante ella misma, pero vayamos a la historia.
En 1858 estando en Ferrol de visita oficial la diputación provincial le pidió permiso para poner una estatua suya en la plaza, a lo que ella contesto.
"En vez de alzarme una estatua, mas os agradecería mi corazón que invirtáis su costo en una obra de utilidad para la provincia, que redunde en beneficio de la clase obrera y de todas en general, Dejad para la posteridad que juzgándome imparcialmente, me otorgue o niegue esos monumentos del aprecio de los pueblos, ¡Quiera Dios que mis acciones me hicieran digna de ellos, pues sería señal de que mi pueblo ha sido feliz en mi reinado”
Por desgracia Isabel II no ha sido ni es juzgada imparcialmente y no ha recibido el premio que se merece, lo de las estatuas se volvió a repetir en Sevilla en 1862, y nuevamente rechazo el honor diciendo que no deseaba que se le hiciesen estatuas en vida y propuso que mejor le hiciesen un monumento al rey San Fernando.
La estatua de Madrid de Isabel II que tuvo una ajetreada historia, fue obra de Jose Piquer, habiéndose acabado el teatro Real el conde de San Luis vio el proyecto en yeso de la obra encargado por el jefe político de Madrid Don Jose de Zaragoza , y San Luis creyendo congraciarse con la reina aprobó el proyecto pero el escultor pedía cinco mil duros, dinero del que no disponían ni el jefe político y el ministro, por suerte accedió a financiarla el Comisario General de la Cruzada, Manuel López Santaella, cuyo antecesor había financiado la estatua de Cervantes, y él no quería ser menos, la estatua se inauguro el 10 de Octubre de 1850 (cumpleaños de la reina) con la presencia de los financiadores y la corporacion municipal y la ausencia de la reina.
Al día siguiente el ocurrente pueblo madrileño había pegado un pasquín en la estatua que decía
“Santaella de Isabel
Costeo la estatua bella
Y del vulgo el eco fiel
Dice que no es santo el
Ni tampoco es santa ella”
A los nueve meses con la escusa de ponerle pedestal más digno, se desmonta la estatua y casi que a escondidas y de noche se coloca la estatua en el vestíbulo del teatro real, de donde salio bastantes años despues ya muerta la reina, en 1905, no es difícil pensar que la retirada de la estatua fue idea de la reina que no quería monumentos en vida.
Esa misma estatua al proclamarse la república del 31 fue arrancada del pedestal y arrastrada hasta en convento de las Arrepentidas, los juicios del vulgo rara vez son acertados
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