Ahora va mi experiencia suiza.
Vamos a cruzar un puente peatonal colgante, de los más largos de Europa.
Tiene peaje (atraviesa, lo que llaman los francess, una randonnee) me pongo a leer lo que pone, para saber lo que cuesta, para preparar el pago.
Me pregunta la mujer que controla, que si estoy alojado en algún municipio por donde pase esa ruta, es gratis, le digo que no, que vamos en furgo, me pregunta de qué país soy, le digo que de España, y automáticamente me aplica un descuento del 50% porque si.
No se, si le dimos pena, porque nos tienen por pobres, o por agarrados que nos íbamos a dar media vuelta para no pagar (o que íbamos a pasar a otra hora, pues resulta que tenían puesto el horario donde estaba dicha mujer controlando, el resto del tiempo era meter el dinero voluntariamente en una caja, al estilo de algunos peajes de carreteras de montaña noruegos)
En todo caso se lo agradecí enormemente.
En otra ocasión, mientras pedía una raclette en un mercado navideño, la camarera al notar mi acento me preguntó de donde era, le dije que español, y a continuación puso Estopa, la tipa resulta que era fan. Y no era española, los había escuchado estando de Erasmus.
A mí me caen bien, son raritos eso sí, pero yo también lo soy.