Estando en Suiza (país del primer mundo) me he dado cuenta de que España es un país en vías de desarrollo

Suiza es como el valle perdido en el que se encontraron varios pueblos huyendo de los conflictos recurrentes en Europa y los países vecinos. Su concepto de nación es diferente y su concepto de protección también. Todo su vecindario ha invadido o ha sido invadido varias veces, en algunas ocasiones de carácter muy dramático, donde la construcción, destrucción y vuelta a empezar, es la tónica general a lo largo de siglos. Su circunstancia excepcional de valle perdido y la aceptación y asunción de esa realidad en sus residentes con independencia de su origen primario, tal vez constituya su carácter esencial, muy por encima de otras cuestiones más vivas e influyentes en los países de su entorno. Creo que todo gira alrededor de esa premisa, a la que se someten todas las demás como si fueran accidentes o circunstancias cambiantes en el tiempo.

Imaginen un país como España en el que sus partes saben que forman parte de un conjunto de partes unidas en un mismo objetivo: defender a toda costa su "excepción". El sentimiento de protección de su singularidad, que les proporciona estabilidad y seguridad, se convierte de facto en un sentimiento patriótico en el que no domina la etnia ni sus diversas particularidades culturales y religiosas, sino el saber que esa estabilidad y seguridad, luego progreso económico y social, es el eslabón principal que los mantiene a todos unidos en el mismo objetivo. Las ideas políticas o las particularidades de origen, se ponen por debajo de manera natural porque todo debe garantizar la unidad y la protección. Si enseñas esto en las escuelas, siendo lo mismo que se enseña antes y después en las familias y se "remata" con el servicio militar obligatorio distribuido en periodos a lo largo de la vida adulta, tienes un país que sabe lo que es, en el que todos sus miembros se reconocen y por el que todos están dispuestos a los mayores sacrificios. Si además consigues tras*ladar fuera esa imagen de solvencia y estabilidad, ganas muchos enteros para convertirte también en el valle perdido del oro...

Sin embargo países como el nuestro están inmersos en frecuentes periodos de tras*formación como si fueran adolescentes que no saben qué quieren ser de mayores. Las ideas de las ideologías están por encima de todo, incluso de la unidad y estabilidad, dando rienda suelta a todo tipo de planes o simples experimentos que mantienen a la población en una especie de estrés profundo... "qué será mañana, cómo viviremos".

El corazón suizo es conservador y se ha labrado a lo largo de siglos viendo lo que ocurría un poco más allá de sus fronteras. Es conservadurismo está en todas partes y en todas las ideologías porque en realidad, el conservadurismo real no es más miedoso que prudente y se toma su tiempo para discernir las ventajas de ciertas novedades. Fuera, las novedades son buenas en sí, son progresos garantizado que no piensa en más consecuencias que provocar cambios. Si son funestos para la sociedad por densidad o precipitación en el tiempo, la ideología nunca se hace responsable, y sus ideólogos y hombres de acción, van, vienen y desaparecen en medio de la desmemoria general ocupada al cien por cien en las ilusiones o amenazas de la siguiente tanda de progreso.

Las comparaciones en bruto sobre fotografía fijas de los mismos momentos históricos entre distintas realidades humanas, son siempre injustas porque dan a entender cierto determinismo petulante capaz de suscitar emociones extremas que no aportarán nada más que mal royo. Existen, es cierto, otros valles perdidos a lo largo y ancho de este mundo, pero son de muy distinta naturaleza. Allí hubo conquista y sometimiento por parte de una metrópoli de la que sigue dependiendo y su población carece de la autonomía que tienen los suizos. Mientras no sea posible encontrar fuera de la tierra un nuevo valle perdido, Suiza podrá seguir disfrutando de su singularidad y deberá darlo todo para protegerse porque el respeto ceremonial que se les tiene, entrará en vías de disolución...

AYN RANDiano2 dijo:

Un suizo me pidió que le explicase el tema ese de los Okupas en España, que había visto un reportaje por la tele y no lo entendía.

Se lo expliqué.

Aún no lo entendía.

Al final de intentarle explicarle el tema de los Okupas en expaña, descubrí que ahora era yo el que no lo entendía, ante las implacables preguntas del Suizo sobre cómo la ley iba a proteger al delincuente y perseguir al legítimo dueño.

Suiza es el espejo de todas nuestras vergüenzas.

Por cierto, los carteles en su parlamento en todas las lenguas del país, incluído el Romanche, algo así ahora causa estupor en expaña.

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Estoy harto de decir que España es un país de fieras, tanto los políticos como los que les votan.