El rey debería ser el primero en entender que esto de hoy podría ser una oportunidad y NO lo contrario. Pero como es orate y pusilánime, no sé si más, menos o igual que los que le asesoran.... la perderá como siempre.
El rey es tan cómplice del sistema como cualquier político de cosa. Ha tenido en casa dos buenos maestros, aunque cada uno por su lado, el cliente del padre, y la compradora compulsiva de la progenitora. Cada uno a lo suyo, poniendo siempre buena cara para cumplir como floreros y vivir como chupópteros. Poco más. Borboneando, que es gerundio.
¿Qué espera usted de un individuo que sólo tenía una responsabilidad en su vida, casarse como corresponde a su rago, y nos ha encasquetado a esa reina, esa reina que fue rechazada de pleno por la familia de un mindundi como Jaime del Burgo, a quien su padre (de del Burgo) le dejó claro que a su casa familiar no la llevara y que se la amara (a la reina) cuanto quisiera, porque era mujer para amarse, pero no para casarse.
¿Qué espera usted de un pobre deficitario neuronal, criado en una de las familias más desestructuradas de España, donde vio -y aprendió- que hay que poner el ojo ciego a la izquierda siempre con complacencia y donde el lema es "dame pan y llámame orate", o Borbón en este caso?
La monarquía está tan corrupta y muerta como todo en este bendito país. Se ven las costuras deshilachadas en cada pequeña cosa que sucede. Aunque si, lo de la Gota Fría de este año (me niego a llamarle DANA) ha sido la gota que colma el vaso, valga la redundancia.
Mientras tanto sigue sin haber huevones a decirnos a los ciudadanos la que se nos viene encima. La cantidad de personas que aún esperan en el barro a ser encontradas para recibir un funeral, la cantidad de dinero que va a costar volver a hacer funcionar (a nivel tan sólo de infraestructuras) una región entera de España. No nos dirán cuantas familias se han quedado sin casa, cuantos niños sin escuelas, cuantos abuelos sin centro de salud al que ir a por su recetica de acenocumarol.
Nos tratarán como a niños y tragaremos. Porque estamos anestesiados, aturdidos y carecemos de cultura con la que alimentar nuestro espíritu crítico ante pandemias, Filomenas, volcanes, riadas... Y da igual, lo consiguieron hace tiempo, nos "reasnaron", a la mayoría. Somos el pais del "y tú más", de la búsqueda del rédito político ante la desgracia, de la bronca estéril... Volvemos a ser otra vez las dos Españas. Pero ahora no de gente de izquierdas una y de de derechass la otra. Ahora hay una España de analfabetos funcionales y otra de estultoes profundos. Las dos Españas votan. Y sus votos valen lo mismo que el de usted o el mío.
Dentro de una semana, cuando la ola de solidaridad -remachada por los medios- tape del todo la pequeña ola de indignación que algunos sentimos, volveremos a oír hablar de las cosas importantes. De si un político le miró el ojo ciego a su cuñada en la cena de Nochebuena y eso es agresión o no; de si los jovenlandeses tienen derecho legítimo a entrar en las Iglesias a escupirnos en el Agua Bendita, porque es su manera de expresar su desacuerdo por la injusticia cometida en Las Navas de Tolosa; de si cuatro humahuaqueños, con apellidos como Elizondo o Ruiz de Zárate, tienen derecho a ponerse en la Puerta del Sol a darnos de palos a los españoles, mientras hacenos fila para tal objeto, por lo que hicieron -supuestamente- nuestros antepasados; aunque serían los de ellos, digo yo, porque de los mios, y de la mayoria de los españoles, ninguno se fue por esos lares, por eso nosotros nacimos aquí, no como los hispanoamericanos actuales, que son quienes si tienen por sus venas la sangre de conquistadores.
Y mientras Perro sonríe, con su gesto torcido de orate podrido, de eyaculador precoz narcisista, de hambriente intelectual, de infrahumano. Y mientras Feijoo da las palmas, con perspicacia miope, con o sin gafas, con avaricia de quien no lleva ni una generación comiendo de caliente. Y el pueblo, los españoles, cada vez menos dignos de sus ancestros de pasado heroico, cada vez más pusilánimes y más liberalizados y anglofilizados, protestarán cinco minutos. Cinco como mucho. Porque al tercero ya están cansados y deseando ver la nueva serie de Netflix, el nuevo Twiteo de Broncano o la última foto del Instagram de la pilinguilla famoseta de turno, porque a lo mejor hay suerte y se le ve un pezón y el ojo ciego y les da para una manola, que las españolas, ya sabemos, que ya no se dejan amar, porque no empodera.