ESTAMPAS DE ANNUAL-JULIO DE 1921

Hulagu

¿Como ye lo tuyo, gallu?
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Estampas de Annual:
En Julio de 2021 se cumplirán 100 años del llamado "Desastre de Annual", donde unos 9000 españoles ( y algunos miles de rifeños fieles) fueron masacrados, torturados, quemados, amputados...o murieron de sed, de agotamiento....
Hubo heroísmo...pero también cobardía...enfermos arrojados de las artolas de las mulas para huir con ellas, piezas de artillería que se dejaban atrás para huir con los caballos, oficiales que huyeron abandonando a sus hombres...y otros que murieron intentando contener la marea de miedo e histeria.
Fue sucio, cruel...y puso en solfa al Ejército de Africa..mal mandado, mal entrenado..lleno de pobres que no podían librar (había en los regimientos que estaban "dentro" del RIF un 70% de analfabetos). Corrupto en muchos aspectos, clasista y con una política respecto a las cábilas demencial, armándolas en señas de buena voluntad...para dejarlas a sus espaldas con armamento.

Sirva esta primera historia para comprender el estado de aquel Ejército....el "Batallón de los no esenciales", formado en Melilla con los rancheros, carteros, ordenanzas....Sin armas..o con armas que eran más peligrosas para ellos que para el enemigo...
Y sirva la historia del último grupo que salió de Melilla...mandado por el Capitán Agustín Lopez....cojo, rellenito, mayor ya.....de la escala de Reserva y destinado en el Archivo...pero que supo morir para intentar salvar a sus hombres...para que corrieran como conejos.
Solo dos lo conseguirán: Un sargento, que volvió desmayado por el calor en una mula antes del ataque...y el soldado Martínez, que corrió como el viento y tuvo suerte. Contará su historia a principios de los años 90, con sus 90 años, al historiador Santiago Dominguez Llosa, que tuvo a bien entrevistar a los largo de tres años a los últimos supervivientes de Annual antes de que se murieran.

1.-Las compañías Eventuales. (del libro "Historia Secreta de Annual de Juan Pando".

A estos esfuerzos van a unirse las «Compañías Eventuales», integradas por los soldados en
destinos no indispensables. Son unos trescientos hombres: el batallón de los no esenciales. Van
enfermos del susto y huérfanos en lo militar, pues no están entrenados para hacer decenas de
kilómetros campo a través. Algunos salen equipados con pistolas que se encasquillan al primer tiro
y hasta son peligrosas para quien las usa —la Campogíro, ese «malísimo cacharro» como lo
calificará Ramón Solano; otros se echan al hombro viejas carabinas con munición de diferente
calibre; y unos cuantos exhiben una ridícula bayoneta por toda defensa. Su objetivo defensivo son
unas posiciones-trampa: la línea del Kert, desmanteladas desde la guerra terminada en 1912. Allí
sólo hay grajos y pacos.
Melilla se despereza. La última unidad movilizada para el frente va a partir. Son cuarenta y
cinco: los rancheros, escribientes, carteros, músicos. Hasta los centinelas han salido,
dejando vacías
sus garitas. En el cuartel quedan «veinticinco hombres para su custodia» Se alinean con torpeza,
se miran de soslayo entre sí. El soldado de 2ª Andrés Martínez forma en la escuálida columna. El
jefe de todos es el capitán Agustín López, de la Escala de Reserva, jefe del Archivo.
El capitán archivero da la voz de adelante. Salen todos, los cuarenta y cinco no esenciales.
Llevan dos mulos, cargados con unos víveres, agua y unas pocas municiones. Es el 21 de julio de
1921 y de Melilla parten los últimos hombres para defender la España de Alfonso XIII en
jovenlandia. Las cuestas del Rif les ahogan, el calor les mata. Un sargento, «con un fuerte síncope»,
se desploma. Se le sube a un mulo y se le deja atrás. El capitán va el último, demorado por su
obesidad. Algunos piensan que por su ánimo. Se equivocan.
Al alcanzar la orilla derecha del Kert, sobreviene el drama: la compañía del capitán archivero se
topa con una desbandada de españoles acosados por los rifeños. (Los "no esenciales que habían salido antes) El contagio del miedo es instantáneo.
Todos corren hacia Melilla, menos su capitán. Agustín López sabe de su escasa movilidad y
escoge sitio y momento para morir. Revólver en mano se sacrifica para salvar a sus hombres. Que
no logran escapar: de los cuarenta y cinco sobrevivirán el sargento del síncope y el soldado
Martínez, quien relatará este drama a Domínguez Llosa, poco antes de morir en Melilla.
 
En el rift le volaron los bemoles a franco con artilleria,no?
 
2-Coronel Gabriel jovenlandesales Vuelve el viejo coronel muerto. (Del libro "Historia Secreta de Annual de Juan Pando". )

El Jefe de Política..ese era su cargo. El encargado de tratar con las Cábilas Rifeñas. Un hombre respetado, que cuando hablaba en las reuniones de Jefes de Cábila en el Cherja local, todos le escuchaban. . Al hombre al que NO hicieron caso en Annual.
Historiador, educado, culto. Era el Jefe del Policía Indígena,

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hablaba y traducía el francés y el inglés—, dominador del árabe y del chelja (lengua beréber), idiomas en los que se expresaba con fluidez y amenidad, mantenía un ascendiente incuestionable sobre los jefes indígenas. . De los de mayor afecto hacia él, los Abd el Krim.
jovenlandesales presentía el peligro de introducir una columna que, sin ser un ejército, lo parecía, en la hoya de Annual. Ese golpear en un gran vacío, sin tener ninguna relación previa con quienes podrían convertirlo en una trampa mortal, le angustiaba. jovenlandesales pensaba en estas cosas mientras
Dávila y Silvestre le observaban aquella mañana de invierno en Annual. Parecía el militar más viejo de España. Y es que jovenlandesales llevaba encima todo el cansancio, toda la frustración del Ejército.

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jovenlandesales expuso todas su dudas...la poca fe que tenía en las cábilas "amigas" que se dejaba a su espalda y el alejamiento de las bases. Dávila -Jefe de Estado Mayor de Silvestre- (el Dávila luego de la guerra civil) tampoco estaba convencido de lo que estaban haciendo.
jovenlandesales mantenía correspondencia habitual con los Abd-el-Krim, padre e hijo.
Fue relevado por Silvestre en un primer término, harto de su "derrotismo". Silvestre quería gente que alabase sus acciones, pero fue (desgraciadamante para él) recuperado al final, cuando la cosa se empezaba a torcer.
En Annual hace reuniones con los Jefes de Cábilas, intentado pacificar inútilmente.

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Dirige una de las columnas para auxiliar Iriguiben y allí ve el desastre de tropa que lleva y presiente el peligro. Intenta convencer para abandonar aquello, pero Silvestre no le hace caso. Hasta que en la reunión final del 21-22 de Julio, cuando se plantea la retirada o la salida hacia el mar, es él el que se opone y es partidario de resistir en el terreno....aunque ofrece la variante de salir "ahora mismo, de noche, abandonando todo". Se optará por la retirada, pero al día siguiente y a media mañana, para empezar a subir las cuestas con el sol abrasando.
Saldrán de los últimos
Quedan jovenlandesales y Manella (coronel del Regimiento Alcántara). Con unos veinticinco soldados, forman emocionante círculo de resistencias. Juntos todos van a subir el Izzumar. Son casi los últimos en salir, pues otros siguen luchando

jovenlandesales y Manella siguen en cabeza. A su lado van Joaquín D'Harcourt y Got, capitán médico, y Emilio Sabaté, jefe de Estado Mayor. Se les unen el comandante Andrés Piña Rodríguez, de África, y el capitán Emilio jovenlandesales Travalina, de Ceriñola. Con otros pocos soldados —una veintena,
desplegados en guerrillas—, componen otro tenaz bloque de voluntades que sube, resuelto, hacia el Izzumar. Hernández, con su sección, sigue el mismo ritmo.
Los dos coroneles dan ejemplo y se baten pistola en mano. Llevan sus uniformes e insignias. No renuncian a nada y no están dispuestos
a rendirse. Junto a Manella va su ayudante, el capitán Ramón Arce Iradier, que va a caer, herido de fin, junto a su jefe.

Para entonces, Silvestre ya había muerto y el coronel jovenlandesales debía saber cómo, pues sus compañeros le oyen afirmar, rotundo: «Yo no pienso suicidarme por apurado que me vea.»Todos se juramentan para matarse entre sí al ser heridos, con el fin de evitar las torturas rifeñas.


Manella avanza en cabeza. Los rifeños le pondrán en sus puntos de mira. Va a caballo, y se lo dan el pasaporte. Entra en el fatal barranco, convertido en un cementerio, y sale de esa trampa. Y se defiende en una pequeña explanada, de pie, la pistola en la mano, decidido hasta el fin. Allí queda.
El grupo del coronel jovenlandesales sigue subiendo las cuestas ensangrentadas del Izzumar. La progresión se hace en medio del desconcierto y del fuego rifeño, pero «momentos antes de morir»,
jovenlandesales se vuelve hacia el capitán Sabaté y le dice a la vista del desastre: «Ya ve usted como yo
tenía razón.»130
El coronel ha guardado su pistola y se defiende con un fusil. No está muy claro si es poco antes de coronar el paso o al entrar en la vertiente sur cuando jovenlandesales recibe un primer disparo —en una pierna— y cae en tierra. De seguido, otro tiro le alcanza, en el tórax.
Según Navarro, jovenlandesales, «al verse herido mortalmente, animaba a los suyos para que siguieran defendiéndose y abandonaran su
cuerpo, que no les serviría más que de estorbo»131. Según D'Harcourt, «al pasar un barranco fue muerto el coronel jovenlandesales, que llevaban herido en un caballo»132. La versión más creíble, deducida de la decisión encausatoria de Picasso, puede resumirse así: jovenlandesales cae herido, sabe que lo ha sido de fin, y exige a los suyos, como jefe y como hombre, que cumplan lo pactado. Nadie se atreve
a tal cosa. El capitán D'Harcourt —que va herido testificará que el coronel había muerto cuando le
deja solo, afirmación no aceptada por Picasso, pues le encausará.133 jovenlandesales es rodeado por los
rifeños.
No reconocen al carismático coronel y antes de darle fin le torturan, produciéndole una desgarradora herida en el rostro.


Vuelve el viejo coronel del ejército muerto
El mismo 22 de julio o muy poco después, Abd el-Krim encuentra, en las rampas del Izzumar,un cuerpo cuyo rostro le es familiar a pesar de las heridas que muestra. Y lo reconoce: es el coronel jovenlandesales. Muy impresionado, toma una decisión emocionante y excepcional: avisar a Melilla con el
propósito de concertar una cita en la que se entregarían, a sus deudos, los restos del que fuera jefe de la Policía Indígena.
El aviso de Abd el-Krim deja pasmadas a las autoridades españolas que, no obstante, acceden a facilitar el encuentro.
El cañonero Laya es encargado de cumplir la misión En Melilla esperan al Laya los familiares de jovenlandesales y los jefes de la guarnición.
Al atracar el Laya, una sección de marineros deposita el féretro, envuelto en la bandera nacional, en el piso del muelle. Entonces sucede lo inesperado: el impresionante silencio es roto por el capitán de navío Bartolomé de jovenlandesales, que quiere comprobar si los despojos que allí vienen son
los de su hermano. Hay un momento de confusión, pero el solicitante está en su derecho y la petición es atendida. «Se destapó el féretro» apareciendo el rostro del coronel, desfigurado por «extensa herida». Pese a la brutal lesión, Bartolomé reconoce a Gabriel. Su emoción es tal que no
puede ni llorar. El ataúd vuelve a cerrarse y el cortejo parte hacia el cementerio. En el Panteón de los Héroes, el gentío aguarda, expectante y respetuoso al único jefe que devolvía el enemigo. El viejo coronel del ejército muerto.

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3-Zoco el Telatza- La huida.

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Posición en el sur, que protegía el avance de las fuerzas hacia anual. Alejada /120 km de Melilla y 80 de Annual) , seca, sin agua...miseria tras miseria...repartida a su vez en varias posiciones, como la de Sidi Alí, a 14 km del zoco.
La posición de Sidi Alí estaba situada a unos 14 km del Zoco, en lo alto de un monte pelado; primero fue hostigada y luego atacada; contaba con 116 soldados a las órdenes del capitán Pedro Prats García. También tenía tres mulos y el caballo del capitán. Uno de esos soldados era Pedro Campo Solano, natural de Costean (Huesca) que tenía 24 años, con más de dos años de mili en El Rif.

Monte de Sidi Alí y camino de acceso a Zoco el Telatza. (Gentileza de:asensi68desastrezocotelatza.blogspot.com)
Monte de Sidi Alí y camino de acceso a Zoco el Telazta.
Sidi Alí, como todas las posiciones del Rif, llevaba varios meses con escasez de víveres en especial de agua, harina y trabajo manual, y el rancho diario se había reducido de tres platos a uno. El agua provenía de una fuente situada a 38 Km, traída por dos camiones cuba hasta el cercano campamento de Zoco el Telazta; desde allí era repartida con camellos…

Como ellos, otras posiciones alrededor del zoco, en las mismas circunstancia de miseria, sed, suciedad y hambre. Cuando empiezan los combates, se repliegan sobre el zoco.Allí había 771 soldados más los supervivientes del resto de posiciones cercanas que también habían descendido: en total 1.566 hombres con escasez de víveres y municiones para resistir ningún asedio.
Se determina pasar a territorio Francés, ya que es imposible llegar a ningún otro lado.

A las tres y media de la noche (sin haber pegado ojo y arrastrando muchas semanas con racionamiento de agua y comida) más de 1.500 hombres, en absoluto silencio emprendieron la retirada; previamente se había degollado a los perros para garantizar el silencio. Durante las primeras horas de la noche apenas fueron hostigados; luego, una espesa niebla amparó a la formación, en columna de a cuatro.


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Por este valle huía la columna, al fondo el objetivo de territorio francés.


Los primeros tiradores no fallan, disparando sobre una masa de soldados. Empieza el pánico...se abandona a los heridos, se producen peleas a machetazos por los mulos..
Se parte las columnas...algunos intentan atajar...
Los grupos que llevaban algunas ametralladoras dudan entre ir por el camino, que se estrecha en desfiladero, o buscar el llano. Y deciden lo último,
yéndose hacia el Guerruao, «sin que a pesar de las voces que se les dieron se lograra su incorporación a la columna»137. Ni uno se salvará.


El Teniente Coronel García Esteban, Jefe de la Columna, se atraviesa en el torrente de huidas queriendo contener lo imposible. Le ignoran.
Al fin se cruza la frontera. Los hombres, derrengados, se arrojan en medio de «un bosquecillo»próximo a Hassi Uenzga, «sin que hubiese medio ni excitaciones para sacarlos», como recordaría el capitán Prats, «por lo que aquella noche desaparecieron». No pocos son muertos, a unos metros de los parapetos franceses, que guardan ominoso silencio. Son los casos del capitán Francisco Asensi Rodríguez, que con un grupo vuelve a cruzar para intentar proteger la retirada. Quedará muerto a pocos metros de la frontera.

De los 1566 hombres, cruzarán la frontera menos de 500. Algunos se quedaron atrás defendiendo posiciones para que la columna avanzara.

Uno de esos escapados de la fin es un recio aragonés, Pedro Campo, natural de Costean
(Huesca). Le han destinado a las Chafarinas tras el desastre. Lleva más de dos años de miseria y penurias en Africa. Y desde allí escribirá a su padre, Modesto, el 25 de agosto.
Pedro, analfabeto —como el 65-70 por ciento de la tropa—, escribe por mano de un compañero, cuya ortografía y sintaxis forman parte de las supervivencias de la época, y que se tras*criben tal cual: El escrito fue Abelardo Yebra Yebra, al que había salvado la vida en la retirada.

«Querido padre: Mis deseos son de que al llegar esta hasu poder los alle disfrutando la mas completa salud que es cuanto yo les deseo la mia es mediana que desde que sucidio lo que supongo que ustedes estaran enterados (...).» Y sigue: «Padre todo el terreno que
tenia España ganado desde el año nuebe hasta la fecha todo esta en poder de ellos. El dia 25 dia de Santiago tuvimos que abandonar los campamentos y echarnos a las posiciones de Francia dejando todo el camino lleno de Muertos (con mayúscula en el original). Salimos del campamento mil quinientos hombres y llegamos a francia (con minúscula) 4 cientos. Los demás se quedaron en
manos de los rebeldes y los pocos que quedamos se puede decir que quedamos rebentados...».


Esta es la carta completa con sintaxis y ortografía corregida..donde Pedro pide dinero para socorrer su miseria a sus padres. Le mandaron 10 pts y otras 10 al mes siguiente.

Sr. D. Modesto Campo
Querido padre: Mis deseos son que al llegar ésta a su poder los halle disfrutando la más completa salud que es cuanto yo les deseo, la mía es mediana que desde que sucedió lo que supongo que ustedes estarán enterados en el territorio de Melilla no disfruto completa salud ni puedo comer nada de lo que nos dan porque mi estómago no me lo admite por las fatigas que pasé y estoy pasando.
Padre si por casualidad ustedes no están enterados de lo que en ésta pasó les voy decir parte de lo sucedido que todo no me es posible que es muy larga la historia mía:
Padre todo el terreno que tenia España ganado desde el año nueve hasta la fecha todo está en poder de ellos, el día 25, día de Santiago tuvimos que abandonar los campamentos y echarnos a las posiciones de Francia dejamos todo el camino lleno de Muertos salimos del campamento mil quinientos hombres y llegamos a Francia 4 cientos.
Los demás se quedaron en manos de los rebeldes y los pocos que quedamos se puede decir que quedamos reventados que apenas podemos vivir con los alimentos que nos dan, con que les digo que si quieren y pueden mandarme no perjudicándoles a ustedes y al mismo tiempo les digo que el día 12 de éste les mandé una carta de la cual no tengo contestación y como son tantos los deseos que tengo de saber de ustedes les escribo ésta que quiero que me contesten a vuelta de correo; también les digo que hoy en Melilla hay mucha fuerza de España, hay arriba de cincuenta mil hombres y los que están llegando.


Sin más que decirles recuerdos de costumbre y ustedes reciben un fuerte abrazo que les envía este hijo que tanto les quiere y lucha por poder llegar a darles el abrazo prometido.
Pedro Campo
Regimiento África
6ª compañía, 2º Batallón. Chafarinas
 
Última edición:
Para que sirvió todo ese sacrificio? Ahora ellos vienen aquí y campan por sus respetos.

Buscad info sobre el expediente picasso, un ejército y un régimen corrupto hasta la nedula, quiero creer que hoy las FFAA son algo distinto, porque si no...
 
4-INTERMEDIA "A", EL RAMO DE FLORES y EL SOLDADO TAVIRA.

La INTEMEDIA "A" era una posición, como tantas, en un alto..sin nada. Se llamaba Peña Tahuarda, una aglomeración de rocas y arenisca. Vigilaba y protegía el camino entre la entrada a Annual a través del desfiladero del Izzumar, la tumba para tantos, y Dar Drius.

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El capitán de Intermedia A es un veterano oficial, José Escribano Aguado, perteneciente a la promoción de 1909, año en el que realizó sangrientas campañas por los barrancos del Gurugú y los campos de Nador. Ostenta las insignias de capitán desde 1912. Este toledano de treinta y ocho años
es hijo de militar —el capitán Antonio Escribano Onsunbe—, y manda sobre ochenta y cinco hombres, tres de ellos oficiales.




Pasa la tarde del 22 de julio. Y la del 23. Intermedia A queda sola. Drius es sólo una señal de humazo neցro. Navarro se ha ido dejando atrás la que podía haber sido su mejor posición de defensa. Va camino de Arruit, martirio del ejército. A su espalda deja Intermedia A, sin respuesta a
sus peticiones de ayuda o de órdenes, «pues enviaba heliogramas dando cuenta de que el enemigo la rodeaba, y a los cuales no recibía contestación»81. Tres testigos, el médico Peña, y los tenientes de Artillería Reig y Gómez López, confirmarán ese tremendo abandono y el viril aguante de Escribano y los suyos.


Los han olvidado, increíblemente.

El 24 de julio, Escribano prepara la evacuación, que se intenta en la noche. Pero la reducida tropa es descubierta a poco de salir de la posición, por lo que el capitán «desistió de abandonarla en vista del numeroso enemigo que se disponía a impedirlo»
Y allí empieza la historia del Soldado Tavira jovenlandesales, que quedaría aislado en la salida. Se arrastrará en la noche y conseguirá llegar en varios días a Arruit....para una nueva mantanza..a la que volverá a escapar. Lo increíble es que confesaría posteriormente que DESERTÓ en la salida, viendo que no había escapatoria decidió abandonarlo todo e intentar salvarse por su cuenta. Y no solo eso..cuenta más cosas, ya que hubo, al parecer un superviviente de la posición que escapó al del combate final y contó en Arruit a Tavira como acabó todo. Este otro superviviente, del que sólo es capaz de dar el nombre de pila, morirá en Arruit. Tavira sobrevivirá a todo.

Se aguanta hasta el 27 de Julio con escaramuzas....La Intermedia A atrae sobre sí a las Harkas liberando de presión a otras posiciones ..de momento.

. Es el 27 de julio (según otros testimonios, el jueves 28), y aunque hablar de capitulación es cosa que repudia su ánimo, «el capitán sale de la posición a fin de concertarla». A Escribano le rodean varios notables —cuatro según testigos—, con los cuales va preparado a discutir como se discute en el Rif: con mucho tiempo por delante. Pero en un determinado momento, Escribano sospecha de alguna frase, de un gesto o una mirada. Y se apercibe de que algunos grupos de rifeños «comenzaron a arrancar los estacones de la alambrada». La traición está ya en el aire y el capitán la corta de raíz. Se desase de los negociadores, avanza rápido unos pasos hacia el parapeto y, resuelto, «ordenó hacer fuego a sus soldados». Es otro Noval. Muere por la descarga de los suyos o por mano artera que le golpea por detrás. Escribano cae, «mezclado con los
indígenas». Y es tal la descarga, y tan certera, que las filas rifeñas son barridas, pues se sabrá, por confidencias que llegan al teniente Reig, que «habían muerto ochenta indígenas». Pero la harka se rehace y, en oleada incontenible, se vuelca sobre la posición. Al parecer, hubo un superviviente, compañero de Tavira y con el que se encontró en Arruit, el cual relataría al desertor la epopeya.
Este soldado anónimo moriría en Arruit, mientras Tavira lograba escapar con vida de aquella hecatombe.


Escribano No recibiría la Laureda...no pasó el Juicio y la palabra de Tavira (un desertor), que a su vez era palabra de otro soldado sin identificar que murió no era suficiente.
En otros sitios se habla de dos supervivientes prisioneros..pero si existierno no fueron identificados en el proceso.

El capitán Escribano quedó sin su Laureada. A él nada le importaba, pero a su esposa, María de Loreto Ugarza Jurado, y a su hermano Ricardo, teniente de Infantería, sí.
Pero las palabras del fiscal, que supo respetarle, se elevan, en la perspectiva histórica, como un auténtico anexo jovenlandesal al
Expediente Picasso: «En medio de aquella flaqueza general, a la vista de tantas otras posiciones que se incendiaban, abandonándolas después sus defensores, se destaca con trazo vigoroso, en tan triste cuadro, la actuación del capitán Escribano, viendo alejarse los restos de aquellas tropas que, en deplorable estado, se afanaban por ganar lugares más seguros sin que nadie intentase reaccionar; y lejos de imitarlas, rechaza las condiciones que el enemigo impone para la rendición y queda solo, defendiendo con su fuerza la posición, convencido seguramente, por la forma en que se retiraban las tropas, de que todo lo tenía que esperar de sus propios recursos, que no habían de tardar en agotarse.»

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Capitán Escribano

EL RAMO DE FLORES....O UNA HISTORIA DE AMOR.

En la posición había un teniente con 11 artilleros, que la apoyaba. Era el teniente Antonio Medina de Castro, Vallisoletano, de Serrada, hijo del escritor y poeta ´Cesar de Medina, con novia y muy enamorado en Gerona-Rosa Margarita Barceló- con la que se escriben todos los días...

Lo que nunca se agotó fue el amor de Rosa Margarita por Antonio. Le guardó tan firmísima ausencia que no se casó. Jamás le olvidó. Los restos de Medina fueron hallados e identificados, en marzo de 1924, por el capitán Juan Díez Lizana, quien se preocupó de enterrarlos en Melilla.
Rosa lo sabía, pero novia eterna de Antonio, había marchado a Estados Unidos, en 1937.Desde Miami mantuvo correspondencia con los padres de Antonio.
Y. cincuenta y siete años después de Annual, Rosa volvió a España. Fue a Valladolid y luego a Melilla, donde el general Eduardo Represa encargó al comandante Manuel Carmona Mir que la acompañase hasta el único lugar donde aquella tenaz mujer anhelaba ir: la cima de Intermedia A. Dada su edad —setenta y siete años—, a Rosa le costó subir las pendientes del Rif.
Pudo más el deseo de llevar consigo, hasta lo alto, un ramo de rosas rojas. Quería besarlo delante de las rocas que defendió su amado, y dejarlo
allí, abrazado a ellas. Quedó afirmada en repetir la subida, pero la distancia y su vejez impedirían tal compromiso. No dudó en enviar, al año siguiente, un cheque en dólares americanos con los que el comandante debía comprar el ramo de flores y cubrir los gastos de depositarlo en las rocas de Tahuarda, o en el cementerio de Melilla. Así fue. Año tras año, por las fechas de Difuntos, llegaba el dinero, y ramo tras ramo de rosas rojas se yuxtaponían en el Panteón de los Héroes, que era tanto como depositarlas en las soledades de Peña Tahuarda. Hasta que un año, en 1991, dejó de venir la puntual remesa. Rosa Margarita, la novia de Intermedia A, había muerto. Pero su fidelidad al bravo Medina, como la de éste y sus camaradas a su palabra militar, allí permanecen para siempre.
 
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5-ARRUIT, ROBO DE TIERRAS Y TRES MIL VIDAS EN VENGANZA.


Arruit, robo de tierras y de tres mil vidas

¿Porqué aquella matanza tras la rendición?. Los jovenlandeses de Beni Urriagel (los del Ab Del Krim) hubieron de proteger violentamente a los prisioneros principales de la furia de otros jovenlandeses. Para los primeros, los prisioneros eran moneda de cambio y negociación...pero para los Beni Bu Yahi, la cábila de aquella zona, simplemente querían sangre, venganza. Les daba igual el dinero....querían apiolar españoles.
Había un terrible repruebo acumulado...y tenían sus razones. Nunca las cosas son tan simples..tan de "buenos y malos".
Esta es la historia de un "robo" de tierras, de un rencor de años..y de un estallido final..de una venganza, que, como siempre, pagaron los pobres..los que no sabían ni de quien era aquello.

En junio de 1914, los españoles dominaron la desolada llanura del Garet. Fue allí donde la Compañía de Colonización —de la que el marqués de Valderrey fue socio— compró treinta mil hectáreas, motivada por la riqueza mineral y la remota posibilidad de convertir la zona en espacio
agrícola.

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Empezaron a llegar colonos. La mayoría eran de origen español, procedentes del Oranesado. Trataban de escapar del alistamiento francés y la casi segura fin en los frentes de la Gran Guerra. Pero los nuevos dueños de las tierras no les ofrecían un paraíso, sino la realidad de la
especulación, algo previsible tratándose de una empresa cuya «actividad consistió en comprar terrenos a cuatro para revenderlos a veinte». Muchos abandonaron: «La Compañía Colonizadora les trató con tal avaricia y con tanto despotismo que hubieron de renunciar a sus propósitos y volverse a Argelia.» Eso les salvaría la vida.
Los legítimos dueños de las tierras, los Beni Bu Yahi, se quedaron sin nada, porque nada eran los pocos miles de duros que recibieron sus jefes— como señuelo de un negocio de por sí maldito. Ni tenían derecho a trabajar en sus propios campos, ni se les miraba con simpatía en las minas, donde
los obreros españoles eran los preferidos. Los extranjeros les impedían llevarse a sus casas aquellas tres o cuatro pesetas diarias que significaban la diferencia entre vivir con dignidad o penar en la miseria tras llevar una carga de treinta kilos de leña a las espaldas, en trayecto de veinte kilómetros
de ida y otros tantos de vuelta, para venderla en Melilla por dos reales hassaníes.
El rifeño sabía lo que le quitaban, pues fuese mucho (las tierras) o poco (las minas, cuya riqueza había sido exagerada), lo era todo para él.

Las gentes de Beni Bu Yahi quedaron desnudas de bienes, de proyectos, de razones. Lo perdieron todo. Y sería maldito el Garet porque, años después, esos mismos campesinos matarían a los
colonos, violarían a las mujeres, incendiarían granjas y almacenes, y formarían dos filas de fusileros
a la salida de una guarnición rendida por la sed, las enfermedades y el desánimo de no haber sido rescatada por los suyos, quedando sólo confiada en las leyes de la guerra. No habría leyes. No habría perdón. Y acabarían con todos: 2.598 hombres, muertos en quince minutos. Culpables de robar unas tierras que nunca habían visto ni sabían de quiénes eran. Sería allí, en Monte Arruit, el martes 9 de agosto de 1921.
 
En el rift le volaron los bemoles a franco con artilleria,no?
Ya que quiere hacer un chiste, no confunda los significantes. El Rift es el gran valle que va de Mozambique hasta Djibuti. El Rif es la zona norte y montañosa de jovenlandia. Y no fue artillería, fue un disparo en el bajo vientre.
 
Ya que quiere hacer un chiste, no confunda los significantes. El Rift es el gran valle que va de Mozambique hasta Djibuti. El Rif es la zona norte y montañosa de jovenlandia. Y no fue artillería, fue un disparo en el bajo vientre.
Asaltando una posición...

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6- -. Berenguer navega frente a una costa incendiada

Dámaso Berenguer, el General de División -Alto Comisario de España en jovenlandia, jefe (en teoría) de Silvestre, con sede en Ceuta y que veía con preocupación las acciones de este. Aunque manifestó diferencia, en ningún momento le mandó parar. Tras Annual, fue separado del servicio y rehabilitado por Primo de Rivera. Fue ministro de la Guerra con Primo de Rivera.
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Tuvo que hacer el viaje más triste, de Ceuta a Melilla por mar, para intentar evitar la caída de la ciudad. Y vio desde el mar el desastre sin poder hacer nada. Había activado ya la legión y otras fuerzas, pero de momento, solo su presencia y el trato con las harkas proximas podría parar el golpe. Cuando llegó a Melilla se encontró con que todo era mucho peor de lo que esperaba. Derrota, desmoralización, pánico e ira.

Los españoles tenían dos posiciones en la costa..Sidi-Dris y Afrau, tomadas ese mismo año mediante desembarco, para servir de apoyo a la llegada por tierra posterior, desde Annual. Se había desembarcado y montado guarniciones, pero que en absoluto dominaban el interior. ´Se abastecían por mar...y cuando llegó la sublevación, una vez más, no había agua..pocos viveres y municiones.

A la caída de la tarde del 23 de julio, Berenguer sube a bordo del Bonifaz. Es un barco botado en 1911, de 800 toneladas de desplazamiento, sólo 1.084 CV de fuerza, y 127 hombres de tripulación para manejar cuatro piezas de 76,2 mm y dos ametralladoras.30 Por esa época, Gran Bretaña lanzaba los cañoneros de la clase Afridi, que daban un andar de ¡34 nudos!

Berenguer parte, al fin, hacia Melilla. El Bonifaz sale de la bocana ceutí y avanza todo lo que dan de sí sus máquinas: no mucho, poco más de doce nudos.
Desde la pasarela, Berenguer y sus oficiales ven discurrir la costa de Gomara, sumida en el crepúsculo.

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Al doblar la ensenada de Bades es cuando descubren los primeros destellos que anuncian la importancia de la sublevación rifeña. Los montes de Alhucemas muestran sus cimas en fuego. Las hogueras avisan de la total movilización bélica del Rif.
El Bonifaz rebasa el amplio arco geográfico de Alhucemas. El Peñón, que contiene la gran bahía en su fondo, está en calma. Pero al doblar los farallones de Cabo Quilates, los estampidos y señales de la guerra surgen en toda su violencia. Sidi Dris (1) es un centellear de fogonazos, de resistencias y de repetidas solicitudes de apoyos artilleros a dos barcos que le apoyan, el Laya y al Princesa de Asturias, que están allí mismo,
haciendo lo que pueden.
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Sidi-Dris. Montaña, roca, sin agua...


Saludos reglamentarios de puente a puente de los buques. El comandante del Princesa, capitán de navío Eliseo Sanchiz, advierte que no puede comunicar con la posición, de la que sólo sabe que está sin agua, pues la playa, con la aguada, son ya dominios de la harka. La gente del comandante Velázquez —unos trescientos hombres (sumando a sus 274 efectivos los supervivientes llegados de Talilit)— parece resistir bien. Pero sin poder beber, y pronto sin poder disparar —las municiones se acaban—, los trescientos de Sidi Dris saben que tienen un inapelable
plazo de condena. I
gueriben otra vez.
El Bonifaz sigue adelante.
Aparece el espolón de Ras (punta) Afrau (2). Otra posición cercada y atacada y sin apoyo naval aún, pues el Lauria, que viene desde Algeciras a toda máquina, no ha llegado a esas aguas rifeñas. Los casi ciento ochenta defensores, que manda el teniente Joaquín Vara de Rey, «ausente el capitán
(Francisco Reyes), con licencia en España», todavía aguantan. eso parece, ya que resulta imposible comunicar con ellos. Afrau queda en silencio, como el alto comisario.

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Afrau. Marzo de 1921. Desembarco y toma. Al igual... Montaña, roca, sin agua...


El Bonifaz deja atrás los fuertes del mar. Se aproxima a su objetivo, Melilla, a la que da vista tras superar el espolón del cabo Tres Forcas (3). Desde allí, Berenguer ve una montaña de fuego. Las hogueras del Gurugú se cuentan por docenas.

A las once de la noche del 23 de julio, el Bonifaz cruzaba la bocana melillense. La capital del Rif español cree estar viviendo sus últimas horas bajo esa bandera. Las noticias de la fin de Silvestre confirmadas por su propio hijo, más la llegada de los cientos —pronto, miles— de colonos
escapados del Garet y el área minera de Beni Bu Ifrur, habían arrebatado a la población cualquier ápice de confianza. El puerto estaba tomado por el pánico y la ciudad, inerme, como rendida.

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Cañonero Bonifaz


La fuerza disponible apenas llegaba a los mil ochocientos efectivos. Se esperaba un ataque masivo del enemigo en la madrugada. La línea del Kert había sido rebasada con apabullante facilidad por los rifeños. Los bastiones de la plaza carecían de artillería moderna, y las piezas más
potentes o miraban al mar o eran inservibles modelos Krupp y Ordóñez de los tiempos de Margallo.
Los cañones apenas tenían municiones. Y de jovenlandesal no quedaba nada.
La angustia popular se desata cuando se comprueba que el Bonifaz llega solo, no como cabeza de un gran convoy de tropas. ¿Para qué quieren los habitantes de Melilla un general con su escolta? Se necesita un ejército, no un alto comisario.
Y el motín estalla: los pocos soldados y marineros de guardia en el muelle son arrollados por la muchedumbre. Unos a otros se atropellan, se golpean. Se cruzan los insultos más soeces, las amenazas de fin más rabiosas, en el afán de muchos por saltar a bordo de los lanchones o barcazas amarradas, frente al apuradísimo empeño de la tropa y
marinería en impedirlo.
Berenguer asiste al penoso espectáculo mientras inclina la cabeza, desalentado, ante las noticias que le tras*mite Sánchez Monje, que ha subido a bordo del cañonero. No hay comunicación con Navarro en Drius; las posiciones van cayendo una tras otra; por descontado el Gurugú puede
perderse; ni siquiera hay tropas para cubrir el perímetro, menos aún para enviarlas al auxilio de Nador y Zeluán; si se subleva la cábila de Beni Sicar, la tribu que guarda las espaldas de Melilla será el fin

Al alto comisario le esperan los notables de Guelaya, a los que citó, por telegrama, antes de salir de Ceuta. Tiene que verlos sin demora.
Berenguer recordará esos durísimos momentos, aquellas «emocionantes horas, de abrumadora responsabilidad, en que pude darme cuenta de lo que pesa un pueblo que espera su salvación de un gobernante...» El gentío se dispersa. Es madrugada y nada hay que esperar. El milagro queda para mañana, si es que los rifeños no atacan en las horas próximas. Y Berenguer recordará: «Sensación dolorosa la de contemplar el triste desfile de aquella congregación, dispersándose silenciosa, lúgubre, camino de sus hogares, con la esperanza inconcreta...» Berenguer vive una noche peor que
la de Cortés en Otumba. La integrará en la crónica de España y en su rango más desolador: «Noche trágica, de cuya semejanza quizá no registre otra nuestra historia.».
 

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5-ARRUIT, ROBO DE TIERRAS Y TRES MIL VIDAS EN VENGANZA.


Arruit, robo de tierras y de tres mil vidas

¿Porqué aquella matanza tras la rendición?. Los jovenlandeses de Beni Urriagel (los del Ab Del Krim) hubieron de proteger violentamente a los prisioneros principales de la furia de otros jovenlandeses. Para los primeros, los prisioneros eran moneda de cambio y negociación...pero para los Beni Bu Yahi, la cábila de aquella zona, simplemente querían sangre, venganza. Les daba igual el dinero....querían apiolar españoles.
Había un terrible repruebo acumulado...y tenían sus razones. Nunca las cosas son tan simples..tan de "buenos y malos".
Esta es la historia de un "robo" de tierras, de un rencor de años..y de un estallido final..de una venganza, que, como siempre, pagaron los pobres..los que no sabían ni de quien era aquello.

En junio de 1914, los españoles dominaron la desolada llanura del Garet. Fue allí donde la Compañía de Colonización —de la que el marqués de Valderrey fue socio— compró treinta mil hectáreas, motivada por la riqueza mineral y la remota posibilidad de convertir la zona en espacio
agrícola.

Ver archivo adjunto 433339


Empezaron a llegar colonos. La mayoría eran de origen español, procedentes del Oranesado. Trataban de escapar del alistamiento francés y la casi segura fin en los frentes de la Gran Guerra. Pero los nuevos dueños de las tierras no les ofrecían un paraíso, sino la realidad de la
especulación, algo previsible tratándose de una empresa cuya «actividad consistió en comprar terrenos a cuatro para revenderlos a veinte». Muchos abandonaron: «La Compañía Colonizadora les trató con tal avaricia y con tanto despotismo que hubieron de renunciar a sus propósitos y volverse a Argelia.» Eso les salvaría la vida.
Los legítimos dueños de las tierras, los Beni Bu Yahi, se quedaron sin nada, porque nada eran los pocos miles de duros que recibieron sus jefes— como señuelo de un negocio de por sí maldito. Ni tenían derecho a trabajar en sus propios campos, ni se les miraba con simpatía en las minas, donde
los obreros españoles eran los preferidos. Los extranjeros les impedían llevarse a sus casas aquellas tres o cuatro pesetas diarias que significaban la diferencia entre vivir con dignidad o penar en la miseria tras llevar una carga de treinta kilos de leña a las espaldas, en trayecto de veinte kilómetros
de ida y otros tantos de vuelta, para venderla en Melilla por dos reales hassaníes.
El rifeño sabía lo que le quitaban, pues fuese mucho (las tierras) o poco (las minas, cuya riqueza había sido exagerada), lo era todo para él.

Las gentes de Beni Bu Yahi quedaron desnudas de bienes, de proyectos, de razones. Lo perdieron todo. Y sería maldito el Garet porque, años después, esos mismos campesinos matarían a los
colonos, violarían a las mujeres, incendiarían granjas y almacenes, y formarían dos filas de fusileros
a la salida de una guarnición rendida por la sed, las enfermedades y el desánimo de no haber sido rescatada por los suyos, quedando sólo confiada en las leyes de la guerra. No habría leyes. No habría perdón. Y acabarían con todos: 2.598 hombres, muertos en quince minutos. Culpables de robar unas tierras que nunca habían visto ni sabían de quiénes eran. Sería allí, en Monte Arruit, el martes 9 de agosto de 1921.


Ya que gusta tanto de citar la obra de Juan Pando podia poner tambien lo que dice sobre la cesion de soberania de la cabila de Beni Bu Yahi:

Pero la idiosincrasia hispana ofrecería una alternativa individualista y desde luego honrosa.
Ejemplo de ello sería el caso del capitán Juan Redondo, de la Policía Indígena. Este militar, al llegar con su destacamento frente a la cábila de los Beni Bu Yahi, recorrería a pecho descubierto las tierras de Arruit, objeto de su jurisdicción.
El Mir, un notable de la región, alarmado ante la osadía del capitán, le hizo llegar por un rakkas (mensajero) un repentino desafío personal: duelo entre jefes. Del choque —a fin— se decidiría el resultado de la campaña. El español aceptó el guante, y sorprendió a su enemigo, pues llegó hasta el mismo campamento rifeño, donde se presentó solo y sin armas. Admirado de aquel valor, el kaid de los Beni Bu Yahi no pudo por menos que rendir honor a la gesta: «Por esto que haces, porque eres un valiente, desde este momento mi cábila queda por entero sometida al dominio de España y puedes mandar en ella.»


La corrupcion inmensa - mucho mayor que la de los españoles - de los caides rifeños tuvo una importancia promordial en la perdida de la independencia de las cabilas, independencia que por otra parte no les servia mas que para robarse y matarse entre ellas. Despues de la independencia de jovenlandia en los años cincuenta, hubo un movimiento en el Rif que abogaba por la vuelta a la soberania española. Su recien estrenada independencia tambien les sirvio para ser bombardeados con napalm por su propio ejercito.

Revuelta del Rif (1958-1959) - Wikipedia, la enciclopedia libre
 
Ya que gusta tanto de citar la obra de Juan Pando podia poner tambien lo que dice sobre la cesion de soberania de la cabila de Beni Bu Yahi:

Pero la idiosincrasia hispana ofrecería una alternativa individualista y desde luego honrosa.
Ejemplo de ello sería el caso del capitán Juan Redondo, de la Policía Indígena. Este militar, al llegar con su destacamento frente a la cábila de los Beni Bu Yahi, recorrería a pecho descubierto las tierras de Arruit, objeto de su jurisdicción.
El Mir, un notable de la región, alarmado ante la osadía del capitán, le hizo llegar por un rakkas (mensajero) un repentino desafío personal: duelo entre jefes. Del choque —a fin— se decidiría el resultado de la campaña. El español aceptó el guante, y sorprendió a su enemigo, pues llegó hasta el mismo campamento rifeño, donde se presentó solo y sin armas. Admirado de aquel valor, el kaid de los Beni Bu Yahi no pudo por menos que rendir honor a la gesta: «Por esto que haces, porque eres un valiente, desde este momento mi cábila queda por entero sometida al dominio de España y puedes mandar en ella.»


La corrupcion inmensa - mucho mayor que la de los españoles - de los caides rifeños tuvo una importancia promordial en la perdida de la independencia de las cabilas, independencia que por otra parte no les servia mas que para robarse y matarse entre ellas. Despues de la independencia de jovenlandia en los años cincuenta, hubo un movimiento en el Rif que abogaba por la vuelta a la soberania española. Su recien estrenada independencia tambien les sirvio para ser bombardeados con napalm por su propio ejercito.

Revuelta del Rif (1958-1959) - Wikipedia, la enciclopedia libre

Creo que en el libro queda patente eso...los "miles de duros" que recibieron por las tierras..NO llegaron a los campesinos, o si llegaron, en cantidades insignificantes. Pero eso ellos no lo sabían..los que les habían robado eran LOS españoles, y contra ellos iba su repruebo.
Por supuesto, las cábilas se estaban robando y matando entre ellas. De hecho, Abdelkrim tenía un dominio "jovenlandesal" muy relativo. En parte, porque era jefe de la kábila más fuerte. Pero era consciente de que mientras fueran las cosas bien mandaba..en el momento que se torcieran, se acabó.
Creo que esa represión (años 50) la dirigió el príncipe, luego Hassan II. NUNCA volvió al RIF, región que detestaba. Sin embargo, Mohamed VI hizo creo que su primer viaje al Rif al subir al trono.
 
Creo que en el libro queda patente eso...los "miles de duros" que recibieron por las tierras..NO llegaron a los campesinos, o si llegaron, en cantidades insignificantes. Pero eso ellos no lo sabían..los que les habían robado eran LOS españoles, y contra ellos iba su repruebo.
Por supuesto, las cábilas se estaban robando y matando entre ellas. De hecho, Abdelkrim tenía un dominio "jovenlandesal" muy relativo. En parte, porque era jefe de la kábila más fuerte. Pero era consciente de que mientras fueran las cosas bien mandaba..en el momento que se torcieran, se acabó.
Creo que esa represión (años 50) la dirigió el príncipe, luego Hassan II. NUNCA volvió al RIF, región que detestaba. Sin embargo, Mohamed VI hizo creo que su primer viaje al Rif al subir al trono.

En las cabilas de Beni Tuzin y Tensaman (que rodeaban Annual) las posiciones respecto a los españoles estaban muy equilibradas a favor y en contra. Incluso en la de Beni Urriaguel la fraccion de los Ait Yusef u Ali era contraria a atacar a los españoles y se impuso el ataque porque el general Silvestre no atendió las sabias indicaciones de jovenlandesales y Davila e hizo caso al comandante de la policia Indigena Jesus Villar que le incitó a establecer la posicion de Abarran,
 
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