Es muy triste lo que se ha hecho con los servicios de inteligencia en España. Se ha primado, como siempre, a la oligarquía rancia y bien conectada por encima del serio pragmatismo que requieren estas cosas. La secretaria general es nada menos que hermana del secretario de estado para la Unión Europea, ambos pertenecen a una familia de aristócratas con vínculos. Su cuñada es prima del ministro de defensa y también está emparentada con el presidente de Endesa. Luego nos sorprendemos de esperpentos como el caso Nicolás o el ridículo internacional.