Os contaré la historia, venga:
Resulta que Beyoncé, una muy amiga suya, era muy creyente y devota cristiana, y cantaba godspel en las iglesias de pequeñita.
Vieron que tenia potencia, y la dejaron en manos de productores musicales, un campo también abonado de alubio*s. Y estos le dijeron a la mujer entonces:
-Tienes que soltarte más, ser sexualmente más desinhibida, y cantar más sensual y guarrete y moverte como cortesana en celo. Y enseñar las carnes.
Y ella no podia, le costaba. Le daba apuro salir al escenario asi a hacer todo eso. Sufria mucho.
Asi que recurrió a un coach emocional, un entrenador personal pero no de físico, sino de motivación y etc... Esas cosas que se estilan allá.
Y este entrenador o coach emocional le dió la solución con una técnica que parece ser es muy efectiva: crearse una personalidad doble, eligiendo la personalidad que quieres doblar, y adoptándola solo para la performance. De esa manera el cerebro no salta al escenario con unas creencias o costumbres que le impidan el desarrollo de su show. Y al acabar el show recupera su personalidad real.
Y que le pusiera un nombre a esa personalidad. Lo siento, el nombre se me olvidó. Pongamos que fuera Amanda.
Pasado un tiempo, cuando ya era famosa, se volvió a ver con éste coach personal, por casualidad. Y éste le preguntó qué tal le iba con Amanda (su personalidad de fruta en el escenario). Y ella le dijo: "genial, ya no la necesito".
Es un entrenador cotizadísimo. Gana pastizales.
Pues bien, el West éste es un amigo muy amigo de la Beyoncé. Asi que muy posiblemente sepa de primera mano la sexualización que se les hace a las estrellitas ahora mismo por parte de los producers. Y resulta que todos o casi todos son alubio*s, mientras que alubio*s neցros no hay ni uno, que yo sepa.