También se puede optar por el reciclaje de dispositivos electrónicos, lo cuál obviamente tampoco estaría exento de impacto ambiental (que se lo digan a los jovenlandeses que reciben barcos de chatarra electrónica), pero sería una actividad de mayor valor añadido que la minería en bruto en la medida en la que se generan productos procesados.
Hablamos de tierras raras que siguen siendo tales tras emplearlas en dispositivos electrónicos, no de petróleo o gas que una vez que lo quemas no vuelve a ser lo mismo. La minería por sí sola es de bajo valor añadido, alto impacto ambiental y está sujeta a fuertes fluctuaciones coyunturales.