Un hilo muy bueno y sin apenas comentarios, hay que ver... Intento reflotar.
Es que si tienes derecho a una vivienda eso implica el deber de que alguien la haga, ya seas tú o ya sea otro. Más fácil sería reconocer que no existe tal derecho, porque es incompatible con la existencia del IBI. Y antes se cambia la prespitación que se quita un impuesto.
Por lo demás, es eso. España es un país pobre que haría bien en reconocerlo. La única vez que hemos salido de la miseria fue justo así, reconociendo que éramos la última cosa de Europa. No estamos tan mal ahora (existen Moldavia o Albania para recordárnoslo) pero sí que hay que mirarse al espejo y ser sinceros: nuestra liga no son las socialdemocracias ñórdicas y ni siquiera los "tigres" de Europa Central y Oriental "excomunistas" (en unos pocos años llevarán más tiempo de capitalismo europeísta que de comunismo pero los boomers que determinan nuestra mentalidad seguirán pensando que Praga es la fruta Urs hasta que se mueran).
Nuestra liga es Turquía o Bulgaria. Y al paso que vamos por paro y sustitución étnica, Culombia.
Tochos muy largos niño. Los foreros quieren un par de berzas y ya verás como se te llena el hilo.
O pon "de derechas" en el título.
También.
Volviendo al tema.
Salió antes de ayer un artículo. Más de 1 millón de viviendas en manos de grandes propietarios (más de 10 viviendas). Los 10 mayores propietarios tienen juntos más de 200 mil viviendas. Esto es al menos 20 mil viviendas por barba.
20 mil viviendas es una fruta ciudad.
No sé cuanto es en porcentaje del total, pero esta gente es capaz de jugar con el precio a su antojo.
Y mira, por más liberal que seas, hay cosas que no pueden estar en el mercado: la energia, la comunicación, la infraesttuctura, la vivienda, la salud, la educación, la administración.
Muchos van a saltar a la yugular. Antes hay que pensar.
Yo no estoy diciendo que uno no pueda consumir o producir la energía eléctrica que se puede permitir. Ni que se compre un iPhone, Ni que vaya en su Ferrari, ni tener una casa de 30 dormitorios, ni comer marisco día y noche, ni ser atendido en un hospital de lujo, ni una guardería o universidad de pijos, ni pagarse un abogado o un gestor. Siempre que se lo pague y siempre que no interfiera con unos límites legales y con el derecho a los demás de tener esos servicios básicos con una calidad mínima que YA ESTÁN PAGANDO a través de los impuestos.