España en busca de un rey

Redbull Vol. II

Madmaxista
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En los debates constitucionales de 1869 salió vencedora la opción monárquica y para designar al futuro rey se barajaban todas las posibilidades, descartados eso si los dos Borbones Don Alfonso y don Carlos, ya que la revolución se había hecho al grito de abajo los borbones, sería demasiado inconsecuente incluso para los políticos decimonónicos capaces de decir cosas distintas en días consecutivos.

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Montpensier presentaba su candidatura con las armas que tenía a mano, que era la prensa a sueldo para hablar maravillas de él, pero salvo los que recibían su dinero nadie apoyaba su candidatura con firmeza, los que como Topete la habían abrazado aunque no la abandonaron hasta el final enfriaron su entusiasmo ante la falta de apoyo popular. Montpensier era capitán general y vivía hacia 20 años en España, y nunca participo en ningún hecho de armas, eso el pueblo español amante de los valientes nunca se lo perdonaría, por esa misma razón nunca fue popular Francisco de Asís, si Montpensier hubiese en tiempo y forma demostrado valor como militar de seguro tendría más adeptos en las masas populares, a fin de cuentas esa y no otra era la fuente de la popularidad de Prim.

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Otro candidato a la corona era Don Fernando de Coburgo, rey consorte viudo de la Reina Maria de Portugal, hablaba español, era convencido liberal y conocía perfectamente la política española, y precisamente por eso no tenia ningunas ganas de ser rey de España, tras la regencia de su hijo vivía muy plácidamente retirado a sus asuntos particulares. Esa candidatura era además vista con suspicacia por el gobierno ingles que temía que tras la fin de Don Fernando se produjese una unión ibérica que les haría perder su influencia sobre Portugal.

La candidatura Coburgo tenía el inconveniente de su sucesión, si le sucedía su hijo Luis I, rey de Portugal se abriría un conflicto con Inglaterra y con el pueblo portugués que no deseaba la unión ibérica que en España si acariciaban los progresistas, se pensó en hacer sucesor a su hijo Augusto, Duque de Coímbra, que tenía fama de corto de luces, Montpensier que no daba puntada sin hilo pensó en casarlo con alguna de sus hijas, Don Fernando de Coburgo que a diferencia de su hijo no era orate alejo a Augusto de los encantos de las hijas de Montpensier, otra opción sucesoria eran las hijas de Don Fernando pero otra corona femenina no era vista con buenos ojos. Curiosamente una de ellas la infanta Antonia estaba casada con Leopoldo de Hohenzollern-Sigmaringen quien más adelante tambien sería candidato En realidad las condiciones para ser rey se limitaban a ser varón, católico y de estirpe regia.

A pesar de los desmentidos a su interés en la corona Montpensier no se fiaba y concentro sus armas periodísticas en desprestigiar su candidatura resaltando su relación con la cantante Elisa Hensler, maniobrando incluso para que se casara con ella, para disgusto de Montpensier esto no desanimo a sus partidarios progresistas, que eran muy modernos para la época y no rechazaban a la cantante como reina consorte a pesar de tener una hija de padre desconocido

Se propuso tambien a Espartero curiosa proposición, teniendo en cuenta que tenía ya 76 años, y no tenía hijos, ¿Quién le sucedería? Lo que no dejaba de animar a sus partidarios entre los que se contaba a Madoz como uno de los más firmes, no deja de ser curioso que la sucesión del mucho más joven Don Fernando Coburgo suscitase debates y sin embargo nadie parece plantear que sucedería tras la previsiblemente más temprana fin de Espartero ¿Esperaría alguno de nuestros políticos de la época ser adoptado por Espartero al estilo romano?

Algunos incluso propusieron a Serrano para más alegría de su esposa que de el mismo.

Serrano es un personaje curioso varias veces tuvo en sus manos el destino de España y siempre lo dejo en manos de otro sin resistencia significativa, por otro lado es difícil ser mas errático que él, en el 40 estaba con Espartero contra Narváez, en el 43 con Narváez contra Espartero, siendo ministro universal dejo el poder en manos de Narváez y paso a segunda fila, en el 54 estaba otra vez con Espartero y O’Donnell contra el gobierno de San Luis y contra la reina, en el 56 con la reina y O’Donnell contra Espartero, en el 66 con O’Donnell y Narváez en defensa de la reina contra Prim y los progresistas, y en el 68 con Prim y los progresistas contra la reina y volvió a tener el mando del país para volver a delegarlo en Prim y después en Amadeo, fue ministro universal, presidente del gobierno, regente, y presidente del poder ejecutivo de la república (presidente de la república pero con otro nombre) y tambien ese poder lo dejo sin resistencia digna de tal nombre, parece que le gustaba más subir que permanecer arriba, y eso que nadie llego tan arriba como él.
Ante la negativa insistente de Don Fernando Coburgo, Prim se decidió a impulsar la candidatura del duque de Aosta, que tampoco es que tuviese muchas ganas, parece que nadie en España pensaba que los candidatos visto el trato que recibió la clemente Isabel II no esperaban recibir ellos otro mejor por parte de los españoles, la falta de lealtad para con la reina legitima era una razonable fuente de temor para los aspirantes que además carecían de esa legitimidad dinástica de siglos, vamos que en buena lógica pensaban ¿Si asi trataron a la buena de Isabel como me trataran a mí que además soy extranjero? Todos en España suponían que los candidatos debían estar encantados de ser reyes de España, pero la verdad es que todos preferían su tranquila vida privada a tener que tratar con los veleidosos españoles, que un día te aclaman y al siguiente te maldicen. En buena lógica debían pensar ¿Qué graves pecados a cometido la reina destronada que no pueda cometer yo? De haber sido Isabel II una reina cruel y sanguinaria se podría fácilmente suponer que siendo un rey magnánimo se podría obtener el amor del pueblo español, pero magnánima en grado sumo había sido la reina Isabel, y a pesar de eso estaba exiliada e insultada, yo de haber sido candidato tambien hubiese rechazado tal canonjía, autentica fruta envenenada.

El gobierno en su afán por encontrar rey se fijo en el duque de Génova, sobrino del rey italiano Víctor Manuel un joven de 15 años, lo que gustaba pues se le suponía manejable, pero no contaba con el apoyo de los unionistas que querían un rey de verdad y no una marioneta de Prim, aun no habían abandonado del todo la idea de Montpensier

Había que encontrar un rey pronto para salir de la interinidad y estabilizar el país, el duque de Génova parecía ahora el mejor colocado, apoyado por los progresistas que parece que ya comprendieron que su primer candidato Don Fernando Coburgo no cambiaria de opinión y que su rechazo era firme, aunque como era habitual en ese punto tampoco había unanimidad entre los progresistas, habiendo quien insistiese en la candidatura de Montpensier, los partidos buscaban un rey que fuese solo de ellos, alguien a quien poder manejar y que les debiese el trono, y que en pago de ese trono les otorgase el poder, y tal y como ocurrió en todo el reinado de Isabel II alcanzar un consenso constructivo era una entelequia

El año 1870 empezó con malas noticias para el gobierno, el rey de Italia comunicaba que la progenitora del duque de Génova se oponía firmemente a que su hijo fuese rey de España, decisión que cualquier progenitora del mundo con dos dedos de frente tomaría por otro lado, en consonancia se abandono esa candidatura. Era un segundo fracaso y dejaba en un lugar poco airoso a España.

Don Enrique creía en los cantos de sirena de algunos republicanos que le ofrecían una supuesta presidencia de república, es muy clarificadora esta carta que un republicano de Cádiz escribió a un general amigo de Prim
“Me dice usted que tengamos paciencia, y que el general Prim será al fin y al cabo de los nuestros. Participe antes de anoche sus esperanzas en el club, y todos están de acuerdo en que sustenta usted una ilusión. Si Prim nació demócrata, es aristócrata por instinto, no espere usted que se convierta al republicanismo, es en vano que le ofrezca usted la presidencia, cuando él lo crea conveniente se hará dictador, y más adelante emperador. Ese no es tan dócil ni tan loco como Don Enrique de Borbón, a quien tenemos embaucado y en la creencia de que será jefe nuestro, ¡Que cosas nos dice de la familia destronada ¡Ya le tenemos en el buen camino, hará la apología de su prima y de su hermano Paquito, Por ahora toda su saña esta con el naranjero, dejémosle, caminar en ese sentido, que poco a poco se va lejos.

El naranjero llamaban a Montpensier en Sevilla porque vendía las naranjas de los arboles del jardín de su palacio, lo que cimentaba su fama de tacaño, algo que no gustaba nada en Sevilla, la carta además de describirnos a Don Enrique hace un certero diagnostico de las intenciones de Prim, a quien ya todos tenían bien catalogado

El asunto del buscado rey estaba estancado, los unionistas empezaban asumir que Montpensier lo tenía casi imposible en las Cortes para ser aceptado, la parálisis en la cuestión del rey se contagiaba al resto de los asuntos y nada avanzaba, la hacienda marchaba de mal en peor, la única candidatura que parecía ya posible a pesar de todos los pesares era la de Montpensier, quien envió una carta a la prensa en la que decía no ser candidato, y manifestaba estar dispuesto a aceptar lo que las Cortes decidieran, pero al mismo tiempo que decía que los que promovían su candidatura lo hacen sin su consentimiento en ningún momento los desautorizaba y pedía que dejasen de hacerlo.

Esto ponía de los nervios a mucho y entre ellos al don Enrique de Borbón, su declarado enemigo, impulsado seguramente por malos consejeros Don enrique publico una carta contra Montpensier que provoco un duelo que como todos sabemos acabo con la fin del infante don Enrique, tampoco estuvo muy bien aconsejado Montpensier cuando acepto un duelo en el que nada tenía que ganar y bastante que perder.

Se suele decir que ese duelo supuso el fin de las posibilidades de Montpensier, pero yo creo que más bien sus posibilidades ya eran exiguas antes tambien casi tanto como las de el infante, solo tenía el apoyo decidido de algunos unionistas pero desde luego no unánime a estas alturas, solo se manifestaban enfáticamente a su favor las plumas que tenia a sueldo, pero este apoyo no se vio en absoluto modificado por el asunto del duelo.
Los hijos de don Enrique que era viudo quedaron bajo la protección de su tío don Francisco de Asís.

Tras escribir en Mayo de 1870 una carta a Espartero preguntado su disposición y respondiendo este que sus muchos años y su salud no le permitían desempeñar tal alto puesto, cosa que por otro lado ya había dicho repetidas veces, la interinidad ya era demasiado larga para todos, y a nadie satisfacía, algunos unionistas con tal de tener rey estaban dispuestos a votar incluso a Espartero.

Pero las dinastías europeas estaban escarmentadas de revoluciones en las que con culpa o sin ella siempre salían mal parados, y el espectro de Maximiliano no dejaba de sobrevolar sus mentes, lo que los hacía muy prudentes todos sabían que el Capitolio estaba muy cerca de la roca Tarpeya y no solo en Roma.
En Junio Prim desvelo que finalmente había un príncipe que si aceptaba ser rey de España era el príncipe Leopoldo de Hohenzollern-Sigmaringen, en cuanto Napoleón III se entero convoco a Olózaga entonces embajador en Francia para expresarle su decidida oposición, un prusiano por arriba y otro por abajo era demasiado para él, por mucho que Leopoldo fuese tambien su sobrino, el asunto era un ir y venir de embajadores y telegramas más o menos perentorios, al igual que Luis Felipe hizo con el asunto de la boda de la reina, los franceses no podían dejar pasar la oportunidad de inmiscuirse en los asuntos españoles, aunque hay que reconocer que su oposición algo de razón tenía, y Prim debió preverla, pero tras tantos fracasos ya le valía casi cualquier príncipe que fuese lo bastante atrevido como para aceptar, aunque este príncipe entre sus muchos apellidos llevase tambien el de Murat, el caso es que Leopoldo finalmente renuncio, pero como la renuncia le parecía poco clara Napoleón III tuvo la ocurrencia de provocar una guerra con Prusia que le costó la corona y algunos territorios a Francia, muy listo no era.
El caso es que era otro fracaso para España, seguíamos sin rey, se intento nuevamente convencer a Don Fernando Coburgo y nuevamente nos dio calabazas, resucito entonces la candidatura de Amadeo de Saboya quien inicialmente tambien había declinado el ofrecimiento. La desaparición del imperio francés facilito las cosas, los prusianos dijeron que ellos no pondrían objeción ninguna, al que España eligiese como rey, desde luego tratar con ellos era más fácil que tratar con Napoleón III.

En nombre de Amadeo de Saboya había sido uno de los primeros en sonar pero sus pocas ganas unidas a la oposición francesa habían descartado su candidatura, Amadeo era el tercer hijo del rey de Italia y hermano de la reina consorte de Portugal, era un guapo mozo de 25 años casado y con un hijo de veintiún meses

La aceptación de Amadeo supuso un balón de oxigeno para Prim cuya autoridad jovenlandesal si bien aun persistía, estaba en muy bajas horas comparada con la de septiembre de 68, todo los problemas de España se arreglarían como por encantamiento al tener rey, o al menos eso es lo que se parecía pensar, lo cual no era óbice para que se criticara a Amadeo aun sin saber sus hechos, a quien menos gustaba era a los carlistas dado las diferencias del rey de Italia con el Papa, ¿Qué pensaba el pueblo? El pueblo español era o carlista, o republicano o indiferente, ganando estos últimos por mayoría.

A pesar de todos los pesares Montpensier aun tenia partidarios entre los unionistas, y algunos como Topete aun levantaban su estandarte, pero si Amadeo provocaba indiferencia popular, Montpensier levantaba profundo rechazo, si en 20 años no fue capaz de alcanzar el aprecio de los sevillanos, en los dos últimos años su reputación entre los españoles no es que creciese, al contrario cada día era más impopular, y esto era algo ajeno al famoso duelo, en España batirse en duelo era muestra de valor y eso era un punto a favor y no en contra. En todo caso Topete y la mayor parte de los unionistas afirmaron que apoyarían al candidato que apoyase la mayoría, todo el mundo quería dejar atrás la interinidad.

Amadeo obtuvo el voto favorable de la Cortes y si bien no hubo algaradas de protesta protagonizadas por los republicanos, tampoco ocurrió ninguna manifestación de alegría popular en su favor, Amadeo no tenia partidarios fuera del congreso, el pueblo observaba indiferente tal y como observo la caída de Isabel II, todos los periódicos republicanos y tambien los partidarios de Montpensier pronosticaron toda clase de males para España, y en eso estaban acertados, lo que no aclararon es que serian ellos quienes los trajesen, lo de aceptar la derrota democráticamente era algo que en la época no se estilaba.

El 27 de Diciembre Prim sufre el atentado que le costó la vida dos días más tarde, nunca se supo quien fue el autor intelectual ni los materiales, la nomina de enemigos de Prim era tan larga que pocos eran los que no tenían motivos de agravio, y si aplicamos el principio de “Cui Prodest “ Quien se beneficia, pues la lista tampoco es más corta, el primer beneficiado de la fin de Prim fue el propio país que se libro de una más que previsible dictadura militar del salvapatrias de Prim, y a todos los políticos librarse de Prim les abría un campo de posibilidades que antes estaba cerrado, incluso Amadeo se puede decir que salió beneficiado, pues si bien perdió su principal apoyo tambien se libro de una tutela de la cual muy difícilmente se podría escapar, Amadeo se libro de ser una marioneta de Prim.
 
Última edición:
Lo he dicho otras veces, el s. XIX español ha hecho perder la paciencia a más de un historiador.

Y a más de un rey, si contamos con Amadeo.
 
La pena es que la monarquia estuvo en el aire entre unas cosas y otras prácticamente durante un siglo aquí estamos, todavía con monarquía, no nos la quitamos de encima ni con agua caliente.
 
La pena es que la monarquia estuvo en el aire entre unas cosas y otras prácticamente durante un siglo aquí estamos, todavía con monarquía, no nos la quitamos de encima ni con agua caliente.


Tras Amadeo vino una republica, y no es que las cosas mejorasen mucho :bla:
 
España siempre ha tenido un Rey

El Carlista


Afuera de España la lacra liberal y masona

Fuera anglomanos de aquí
 
España siempre ha tenido un Rey

El Carlista


Afuera de España la lacra liberal y masona

Fuera anglomanos de aquí


Eso de que el carlista era rey de España me recuerda a un amigo que una vez me señalo una tia muy buena y me dijo que era su novia, le mire extrañado y me dice " si es mi novia, pero ella aun no lo sabe"

Pues lo mismo, era rey de España pero España no lo sabia :D
 
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