En estos tiempos estamos encontrando cada vez a más personas que buscan significado, lo que lleva a muchos a caer en narrativas obsoletas que prometen un regreso a un paraíso perdido que ni siquiera conocieron sus tatarabuelos. Algunos se sumergen en teorías evolianas sobre el Kali Yuga y las Edades de Oro, otros creen que Blas de Lezo iba a misa diaria, y otros ven en el terraplanismo un último anclaje, como un náufrago a punto de ahogarse. Los abrahamismos han envejecido fatal, y la mitología judía en salsa romana, como diría Pío Baroja, está al borde del colapso. Mientras tanto, la casa sigue sin barrer, y muchos esperan al rabí Yeshua entre ángeles.