Ya se ha dicho que la choni es la hija de la Maruja de toda la vida (mujer sin formación, cotilla y chillona, mantenida por el currito de turno). Lo que pasa es que Marujas y Charos coexistieron, en una época de bonanza económica, habían curritos y universitarios de sobra para pagar caprichos a princesas de barrio y de familia acmodada. A las Marujas las mantenía un currante sin formacion superior, las Charos entraban a la Universidad por primera vez animadas por sus madres (para encontrar un buen partido, médico, arquitecto, abogado, ingeniero...) y allí encontraban a una pareja de su nivel socioeconómico. Las Marujas, al ver que las Charos se llevaban a los mejores partidos a nivel económico y laboral, quisieron para sus hijas que fueran Charos y las mandaron a la Universidad.
De lo anterior se explica por qué las Charos reemplazaron a las Marujas, unas envejercieron y las otras cada vez fueron más numerosas. Las chonis que hoy perduran son las hijas de las balas perdidas, las carruseleras premium, fiesteras, madres solteras, de las mujeres más superficiales y promiscuas que no se adaptaron a las premisas del feminismo, porque estudiar era un esfuerzo al que no estaban dispuestas, auténticas edonistas superficiales. Muchas de las chonis actuales se han metido al prono con el apoyo de sus madres y se declaran "circunstancialmente" feministas, otras muchas acaban como cortesanas o preñadas de un viejo con pasta.
@sepultada en guano, resulta curioso que desde una perspectiva masculina, muchas chonis sean fisicamente auténticas diosas, sobre todo si son jovencitas. Más de un abogado con despacho propio pierde los papeles con una cría chabacana y sin cultura alguna, porque al final el deseo sensual los enagena, eso resume la realidad del varón.