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Merrill Lynch adelgaza en España el 10 de la plantilla despedida | Noticias de Empresa

Merrill Lynch adelgaza en España: el 10% de la plantilla, despedida
La semana pasada dimitió su presidente en Madrid
27/01/2009 - 08:05
- ENRIQUE UTRERA

Una quincena de profesionales, en torno al 10% de la plantilla de Merrill Lynch en Madrid, van a abandonar o lo han hecho ya la filial española del banco de inversión adquirido en septiembre de 2008 por Bank of America (BOA). El ajuste coincide con la dimisión, la semana pasado, del presidente David Jiménez Blanco. Aún no ha sido sustituido.

Según fuentes cercanas al grupo, que cuenta con unos 160 profesionales en España, los despidos afectan de forma equitativa al conjunto de las áreas de negocio. Algunos de los afectados han abandonado ya las oficinas de Madrid, aunque el proceso sigue en marcha y terminará en los próximos días. Fuentes oficiales de Merrill Lynch han declinado comentar esta información y se remiten al comunicado oficial de Bank of America en el que se anuncia que el grupo trabaja en un plan global para eliminar un número significativo de puestos de trabajo tras la fusión con Merrill Lynch. Este plan podría afectar a entre 30.000 y 35.000 personas en todo el mundo.

El objetivo principal del ajuste es, siempre según el comunicado de BOA, adaptar la plantilla a las necesidades que provoca la crisis económica internacional y eliminar las redundancias generadas por la fusión. Unas duplicidades muy relativas en el caso español, ya que Bank of America no tiene -la tuvo hace varios años, pero fue desmantelada- estructura en España.

El ajuste en España es proporcional al que BOE está acometiendo a nivel mundial. Los recortes previstos afectarán a entre el 9,7% y el 11,3% sobre los 260.000 empledos que suma la plantilla de la entidad resultante de la fusión. A finales de 2008, Bank of America contaba con 243.000 trabajadores, mientras que Merrill Lynch empleaba a 58.500 personas.

El despido de una quincena de personas en España coincide en el tiempo con la dimisión, la semana pasada, del máximo responsable de la filial española de Merrill Lynch, David Jiménez Blanco. El directivo deja el sector bancario después de pacificar la firma tras varios años de zozobra por las diferencias del anterior presidente, Jaime Bergel, primero con el entonces responsable de banca de inversión para Europa, Claudio Aguirre -el hombre que trajo a Merrill a España con la compra en 1996 de FG Inversiones- y luego con Eva Castillo, hoy máximo responsable de banca privada para Europa, Oriente Medio y África y consejera de Telefónica.

Ajuste duro

Los movimientos en el nuevo grupo han sido incesantes en este comienzo de año. El pasado viernes, el ex consejero delegado de Merrill Lynch, John Thain, presentó su dimisión como director de banca global y de inversión de Bank of America. Thain dirigió el proceso de venta de Merrill Lynch a Bank of America, pero los malos resultados del banco y las reticencias a renunciar al bonus se lo han llevado por delante.

Ayer mismo, la cadena CNBC destapó que en plena crisis de Merill Lynch, Thain se gastó 760.000 euros en redecorar su despacho, lo que ha provocado un nuevo escándalo en la opinión pública estadounidense.

Tras estudiar a fondo la posible compra de Lehman Brothers, que el Gobierno estadounidense acabaría dejando morir provocando una hecataombre bursátil de primer orden en el último trimestre del año pasado, BOA adquirió Merrill Lynch en septiembre por 31.000 millones de euros. La operación, que parecía un bocado apetitoso para BOA, ha acabado, sin embargo, en indigestión.

Merrill ha registrado unas pérdidas de 11.902 millones de euros en el cuatro trimestre, lo que a obligado a BOA a solicitar la ayuda urgente del Tesoro estadounidense. Éste le ha inyectado 105.000 millones de euros -15.000 de liquidez más una garantía federal contra 90.000 millones en activos tóxicos- para poder digerir la integración de Merrill. Estas cifras se suman a los 19.000 millones que ya había recibido anteriormente.