Entrevista a un vendedor de banderillas acerca de como se forró con el miedo de la gente.

Euron G.

Ojo de cuervo
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En la frontera
Repasando el libro de Guerra Mundial Z, me encuentro este fragmento EXTREMADAMENTE esclarecedor e ilustrativo para quien quiera entender. Los que no, que al menos disfruten la lectura. ¿Qué opinan? Cualquier parecido con la realidad, querido lidl escalopes, es pura coincidencia (Guiño, guiño)

ESTACIÓN VOSTOK: ANTÁRTIDA

[Antes de la guerra, este refugio era considerado el más remoto
de toda la Tierra. Situado cerca del polo geomagnético sur del
planeta, sobre la corteza de hielo de cuatro kilómetros de
espesor del Lago Vostok, las temperaturas aquí han alcanzado
un récord mundial de menos ochenta y cinco grados Celsius, y
rara vez suben más allá de los menos veintidós. El frío extremo,
y el hecho de que el tras*porte terrestre tarda más de un mes en
llegar a la estación, fueron las razones que hicieron de Vostok un
lugar tan atractivo para Breckinridge “Breck” Scott.
Nos reunimos en “El Domo,” el vivero geodésico reforzado que
obtiene su poder del generador geotérmico de la estación. Estas
y muchas otras mejoras fueron implementadas por el mismo
señor Scott cuando alquiló la estación del gobierno ruso. No ha
salido de allí desde el Gran Pánico.]

¿Usted sabe sobre economía? Hablo del gran capitalismo global de antes
de la guerra. ¿Entiende cómo funcionaba?


Yo no, y cualquiera que lediga que sí entiende, le está hablando cosa.
No hay reglas, no hayabsolutos científicos.
Uno gana o pierde, como lanzando unos dados. La única
regla que entendí alguna vez, la aprendí de un profesor de historia
en Wharton, no de uno de economía. “El miedo,” decía, “el miedo es el
producto más valiosos de todo el universo.” Eso me cambió la vida.

“Sólo enciende la televisión,” decía el. “¿Qué ves? ¿Gente vendiéndote
productos? No. Esa gente está vendiéndote el miedo de tener que vivir
sin sus productos.” El maldito loco tenía razón. Miedo de envejecer,
miedo a estar solo, miedo a la pobreza, miedo a fracasar. El miedo es la
emoción más simple que tenemos. El miedo es primitivo. El miedo
vende. Ese era mi lema: “El miedo vende.”

Cuando escuché por primera vez de la epidemia, cuando todavía la
llamaban Rabia del sur muy sur, ví la mayor oportunidad de toda mi vida.
Nunca voy a olvidar ese reportaje, la infección en Ciudad del Cabo, sólo
diez minutos de reportaje real, y más de una hora de especulaciones
sobre lo que pasaría si el bichito llegaba a Norteamérica. Dios bendiga a la
noticias. Estaba marcando un número telefónico apenas treinta
segundos después.

Me reuní con algunas de mis personas de confianza. Todos habían visto
el reportaje. Yo fui el primero al que se le ocurrió una idea rentable: una
banderilla, una banderilla contra la rabia. Gracias a Dios que la rabia no tiene
cura. Con una cura, la gente la compraría sólo cuando creyesen que
estaban infectados. ¡Pero una banderilla! ¡Eso es prevención! ¡La gente se
la seguiría aplicando mientras existiese el miedo de que algo seguía
todavía allá afuera!

Teníamos muchos contactos en la industria biomédica, y muchos más
en los laboratorios de Hill y Penn Avenue. Podríamos tener un prototipo
en menos de un mes, y una propuesta escrita en sólo un par de días.
Para cuando llegamos al hoyo dieciocho, todo eran apretones de manos
y felicitaciones.

¿Y qué harían con la FDA?

Por favor, ¿lo dice en serio? En ese entonces la FDA era una de las
organizaciones más pobres y más mal administradas de todo el país.
Creo que todavía estaban celebrando por haber sacado el colorante rojo
No. 2 de los M&Ms18. Además, estábamos en una de las
administraciones más ventajosas para los negocios de toda la historia
norteamericana. J. P. Morgan y John D. Rockefeller seguramente se
estaban masturbando en sus tumbas pensando en el tipo ese de la Casa
Blanca. Su gente ni siquiera se molestó en leer nuestro reporte de
estimación de costos. Supongo que ya estaban buscando una cura
milagrosa. Nos pasaron a través de la FDA en menos de dos meses.

¿Recuerda ese discurso del presi ante el Congreso, diciendo que ya
había sido probada en Europa, y que lo único que la estaba demorando
era nuestra “hinchada burocracia”? ¿Recuerda todo eso de que “la gente
no necesita un buen gobierno, sino buena protección, y la necesitan
ahora?” Jesucristo, creo que medio país se vino en los pantalones al
escuchar eso. ¿Qué tanto subió su popularidad esa noche? ¿60%, 70%?
¡Yo sólo sé que nuestra OPV subió 389% en un solo día! ¡Trágate eso,
Baidu punto com!

¿Y ustedes no sabían si funcionaba?

Sabíamos que funcionaba contra la rabia, y eso es lo que decían que
era, sí, que era una cepa extraña de rabia de la selva.

¿Quién dijo eso?

Ya sabe, “ellos,” los de la ONU y... todos los demás. Así es como todo el
mundo la llamaba, la “Rabia del sur muy sur.”

¿Alguna vez la comprobaron en una víctima real?

¿Por qué? La gente se hacía banderillar contra la gripe todo el tiempo, y
nunca sabían si la banderilla era para la cepa correcta. ¿Por qué iba a ser
diferente esta vez?

Pero el daño...

¿Quién iba a pensar que llegaría tan lejos? Usted recuerda todas las
alarmas por epidemias que había en ese entonces. Dios, uno pensaría
que la Peste de color barría el globo cada dos o tres meses... ébola, SARS,
gripe aviar. ¿Sabe cuánta gente consiguió dinero con esas alarmas?
cosa, yo me gané mi primer millón de dólares vendiendo pastillas
antirradiación falsas cuando todo el mundo tenía miedo a un
bombardeo.

Pero si alguien descubría...

¿Descubría qué? Nunca le mentimos a nadie, ¿entiende? Nos dijeron
que era una rabia, así que hicimos una banderilla contra la rabia. Dijimos
que la habían probado en Europa, y las drojas en las que se basaba
habían sido probadas todas en Europa. Técnicamente, no mentíamos.
Técnicamente, no hicimos nada malo.

Pero si alguien descubría que no se trataba de una rabia...

¿Y quién iba a hacer el anuncio? ¿Los médicos? Nos aseguramos de que
fuera un medicamento de prescripción, así que los médicos habrían
quedado tan mal como nosotros. ¿Quién más? ¿La FDA que nos dio el
visto bueno? ¿Los congresistas que votaron para su implementación? ¿El
Ministerio de Salud? ¿La Casa Blanca? ¡Era un tiro seguro! Todos
quedamos como héroes, todos hicimos buen dinero. Seis meses después
de que el Phalanx salió al mercado, comenzaron a salir todas esas
copias de marcas baratas, y todas se vendían igual de bien, así como
todos los demás productos complementarios, como los purificadores de
aire.

Pero el bichito no se contagiaba por el aire.

-¡Eso no importaba! ¡Lo importante era que tenía la misma marca! “De
los creadores de...” Todo lo que yo tenía que decir era que “puede
prevenir algunas infecciones virales.” ¡Eso era todo! Ahora entiendo por
qué es ilegal gritar “fuego” en un teatro. La gente no vá a decir “Hey, no
huele a quemado, no hay ningún fuego,” no, la gente dice “¡cosa, un
incendio! ¡Corran!” [Se ríe.] Conseguimos más dinero todavía con los
purificadores de aire para el hogar y el auto; ¡El que más se vendió fue
esa cosita que se ponía alrededor del cuello antes de subir a los aviones!
No sé qué diablos era capaz de filtrar, pero se vendió.

Las cosas iban tan bien, que comencé a crear todas estas empresas de
de derechasda, ya sabe, con planes para construir fábricas en todo el país. Las
acciones de esas se vendieron casi tan bien como las de la verdadera.
Ya ni siquiera era por la ilusión de la seguridad, ¡era la ilusión de tener
una ilusión de seguridad! ¿Recuerda cuando comenzaron los primeros
casos en los Estados Unidos, ese tipo en Florida que dijo haber sido
mordido, pero que sobrevivió gracias a que estaba tomando Phalanx?
¡Vaya! [Se pone de pié, e imita un movimiento de fornicación.]
Que Dios bendiga a ese fulastre, quienquiera que sea.

¿Y luego? ¿Qué pasó cuando los contagios se agravaron y la
prensa reveló que no existía un medicamento para evitarlo?


¡Exactamente! Es a esa cortesana presumida a la que deberían acabar,
¿cómo se llamaba? ¡Esa que dio la noticia por primera vez! ¡Mire lo que
hizo! ¡Nos movió el piso a todos! ¡Ella fue la que inició el desastre! ¡Ella
causó el Gran Pánico!

¿Y usted no se hace responsable de nada?

¿Por qué? ¿Por sacar un poco de dinero de todo el maldito asunto?...
bueno, para nada. [Se ríe] Lo único que hice fue lo que se supone que
todos deberíamos hacer. Perseguí mi sueño, y saqué mi tajada. Si
quiere culpar a alguien, culpe a los que dijeron que era un brote de
rabia, o a los que sabían que no era rabia pero igual nos dieron luz
verde. cosa, si quiere culpar a alguien, ¿por qué no empieza con todos
esos corderos que entregaron sus verdes sin molestarse en preguntar
primero? Yo no les apunté con una pistola a la cabeza. Ellos mismos
hicieron su elección. Ellos son los malos, no yo. Yo nunca le hice daño a
nadie, y si fueron tan estúpidos como para dejarse engañar por todo el
mundo
, pues sniff-jódanse-sniff. Claro que...

Si existe el infierno... [se ríe mientras habla]... No quiero ni pensar en
cuántos de esos fulastres están esperándome allá abajo. Sólo espero
que no me pidan un reembolso.
 
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Comentas una fruta película de ficción y no lo pones en el título???
Ya hay que ser memo para comparar una fruta peli con lo de ahora.

Ya veo que no has leído ni las 3 primeras palabras de mi post, literal roto2 A oligofrénicos como tú sólo puedo mandarlos directamente al ignore.
 
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