El médico falleció tras las heridas causadas durante un forcejeo con su presunto agresor
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El asesinato del doctor Piorno parece extraído de un guion de cine, con una trama que el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Roquetas de Mar ha descrito como un "plan orquestado". Este jueves por la mañana, las autoridades han confirmado los detalles preliminares de lo que parece ser una conspiración cuidadosamente planeada.
Todo apunta a que el principal arquitecto de este crimen habría sido José Javier F.M., quien fue detenido por la Guardia Civil hace algunos días. Parece ser que este agente de la Policía Nacional tendría una relación de amistad o de confianza con el doctor Piorno, aunque no se ha precisado la naturaleza exacta de esta conexión. Según fuentes cercanas a la investigación, José Javier F.M. habría solicitado la colaboración de Óscar F.S., un hombre llegado desde León, el cual salió en agosto de un centro terapéutico para drogodependientes.
Ambos habrían acordado presuntamente el plan para ejecutar el robo en la casa del médico. Óscar F.S. sería el encargado de entrar en la vivienda de Piorno en Aguadulce, inmovilizarlo y tomar el control de la situación, mientras que José Javier F.M. llegaría después para recoger y tras*portar los objetos robados.
Días antes del homicidio, Óscar F.S. contactó previamente con Piorno bajo la excusa de estar interesado en comprar la propiedad. Sin embargo, durante su primer encuentro, algo en la actitud de Óscar despertó sospechas en el médico. Según fuentes cercanas a la investigación, Piorno acudió al encuentro de compraventa del inmueble "con un cuchillo, oculto bajo su asiento". Además, habría alertado a sus contactos en la Policía Local de Roquetas de Mar, anticipando que la situación podría complicarse.
Cuando Óscar F.S. intentó asaltar al médico, Piorno intentó defenderse. Como consecuencia del forcejeo, el doctor afincado en Roquetas resultó gravemente herido y posteriormente maniatado con bridas por el agresor. El plan inicial de robo quedó frustrado, y cuando José Javier F.M. llegó a la escena para completar el robo, se encontró una imagen dantesca, al médico agonizando y atado.
Ante el giro inesperado de los acontecimientos, ambos hombres decidieron no llevar a cabo el robo, optando por limpiar la escena para evitar que pareciera un asalto. Finalmente, abandonaron al médico malherido, dejándolo a su suerte en su hogar.