entenderán que el día que se muera mi mascota estaré tan triste que no pagaré impuestos en todo el año...
por cierto, en este comunismo de cosa, ¿quién dicta los apegos emocionales admisibles y los que son de segunda categoría?...
porque si merezco duelo pagado por la fin de un gato ¿por qué no por la de un amigo?, ¿por la de mi cantante favorito?, ¿por la de mi lumi de confianza?...
¿quiénes sois los demás para despreciar la relación que tengo con mi geranio?, ¿con mi antiguo amstrad que hoy ha dejado definitivamente de funcionar?, ¿sabéis cuántas horas de buenos momentos pasé con él?...
antes usábamos un criterio objetivo: la sangre... ¿vinculo sanguíneo? pues tienes días pagados... no porque fuera infalible (hay quien tiene más apego a su amante que a su propio hijo), sino porque era objetivo... abierta la puerta de la subjetividad, pues ¿quién se atreve a ponerle límite?...
vaya planeta de gilipishas nos está quedando...