En Alemania la mayoría de burbujufos los habría detenido la policía

No hay que ser tolerantes con la intolerancia, apiolar a un nancy no debe ser un delito, es un deber de todo ciudadano decente
 
El ESTADO tiene su propia NATURALEZA, y es indiferente quién esté al frente. El ESTADO corrompe todo, dada su naturaleza, personas, animales y cosas. El ESTADO es actualmente un LEVIATÁN dado su tamaño.

Por lo demás, usted dice que Hitler convirtió "SU NACIÓN".... más bien, LA HIZO SUYA al alcanzar EL PODER. Lo mismo que haría Pablo Iglesias si llegara el poder. Son idénticos, y ambos FASCISTAS, en tanto que ESTATÓLATRAS, ESTATÓFILOS y TOTALITARIOS y en tanto que no admiten la libertad de expresión y pensamiento.

Además, Hitler era FILOISLAMISTA... Por eso ahora estamos ante el IV REICH, y por eso Europa está siendo islamizada:

El fascismo, el nacionasocialismo y el franquismo fueron ISLAMÓFILOS, como lo es la izquierda... Y esto es así porque TODOS SON TOTALITARIOS... y el mayor totalitarismo es la teocracia del ISLAM.

«Los únicos a los que considero dignos de confianza son los fiel a la religión del amores» Adolf Hitler

«Estoy convencido de que los pueblos gobernados por el Islam estarán siempre más próximos a nosotros que, por ejemplo, Francia, no obstante la familiaridad de la sangre que corre por nuestras venas». Adolf Hitler

«Es tan solo en el Imperio universal romano que podemos decir que la cultura fue un factor (en términos de Estado). También el gobierno de los árabes en España fue algo infinitamente distinguido: los más grandes científicos, pensadores, astrónomos, matemáticos, una de las épocas mas humanas, al mismo tiempo que una caballería colosal. Cuando mas tarde hizo su aparición el cristianismo, entonces sí podemos decir: los bárbaros. La caballería que nació en los castellanos fue en realidad una herencia de los árabes. Habría sido mejor que Charles Martel no hubiera vencido en Poitiers, ya que nuestra Europa, totalmente subyugada por los judíos, había convertido el cristianismo en algo tan insípido que hubiese sido preferible la victoria del Islam. La religión islámica recompensa al guerrero con la entrada al séptimo cielo. Con esta religión habríamos recuperado de nuevo el espíritu guerrero que nos había arrebatado el cristianismo y hubiéramos vuelto a conquistar el mundo». Adolf Hitler

«Basémonos siempre en esta verdad histórica: el legislador de los fiel a la religión del amores, hombre poderoso y terrible, establece sus dogmas con el coraje de sus armas, aún y la indulgencia y tolerancia de su religión. El legislador divino del cristianismo, viviendo en la humildad y la paz, y predicando el perdón de las ofensas, su santa y dulce religión se convirtió para nuestra ira, en la más intolerante y bárbara de todas». Adolf Hitler

Otro argumento extendido entre dichos neomilitantes es acusar al Islam de ser una «religión falsa» o «anti-europea» por no tener imágenes, cuando los atlantes, los pelasgos, los persas mazdeístas, los indoarios de la primera edad védica o los propios romanos durante los dos primeros siglos, tampoco representaron a sus divinidades. El Canciller alemán tampoco nunca objetó nada al respecto, sino que nuevamente lo consideró un rasgo superior de su religión:

«Por desgracia para la iglesia, ella ha delimitado el misterio al explicarlo de manera precisa… No tenemos ninguna luz sobre el misterio cuando aprendemos que los sacerdotes se asemejan a Dios bajo lo rasgos vulgares de un hombre. Los discípulos de Mahoma, en este aspecto, son muy superiores, ya que no necesitan representarse físicamente a Allah. […] El mayor peligro en que ha caído el cristianismo es que su representación de la otra vida sometida a un cambio eterno, ha sido ligada a tantas pequeñas cosas terrestres, que si una vez éstas se rompen, los hombres estarán maduros para el retorno del materialismo marxista. Es lo angustiante, pues con ello el hombre pierde toda restricción, y se imagina el amo de la naturaleza, y entonces es cuando todo termina». Adolf Hitler

Léon Degrelle explica dicha admiración del Führer por el Islam:

«Hitler tenia una debilidad indiscutible por la religión islámica. Él, que era de origen católico y de pequeño había cantado en el coro de su parroquia, manifestó siempre un gran respeto por el Islam y su civilización». Léon Degrelle

El ex general belga también relata cómo Hitler ordenó fabricar collares con un diminuto Corán abierto, que colgaba personalmente a los cuellos de los soldados voluntarios fiel a la religión del amores. Cabe recordar la efusiva amistad que mantuvo siempre Degrelle con el Gran Mufti y con sus hijos, quienes en los años 70 fueron a visitarle personalmente a Cartagena durante sus años de exilio en España.

Pero en absoluto el filoislamismo era una idea personal de Hitler, sino una convicción compartida por casi toda la cúpula dirigente del Reich. Nadie ignora el interés y respeto que Himmler sentía por la religión islámica, cuya cosmovisión valoraba como «la más cercana al nacionalsocialismo», o que el Corán fuera uno de sus libros de cabecera, del que se valían sus suntuosos discursos y ovaciones a las tropas fiel a la religión del amoras. Ludwig Heiden, oficial de los Servicios Centrales de Seguridad del Reich, se hizo célebre por haber traducido el 'Mein Kampf' al árabe y haber editado una versión al mismo idioma de 'Los Protocolos de los Sabios de Sión', además de convertirse al islamismo con el nombre Al Hadj. El ilustre antropólogo Dr. Ludwig Ferdinand Klauss, importante teorizante de estudios raciales del NSDAP y gran entusiasta de alianzas con el mundo islámico, también se hizo adepto de la religión del amor. Oskar Ritter von Niedermayer, conocido por sus antiguas hazañas en la primera guerra mundial, en las que medió con Afganistán para liberar a la India de las colonias británicas, fue otro convertido al islamismo. Niedermayer tuvo uno reconocida labor durante el Reich como general de unidades de legionarios turcomanos y otros pueblos del este, así como de voluntarios afganos e iraníes. El también experto alemán en cuestión judía y alto rango del NSDAP, el Dr. Johannes von Leers, dirigió los servicios de propaganda antisionista del gobierno de Egipto y abrazó la fe islámica bajo el apelativo de Omar Amin. El celo de la religión del amor y ahínco con el que von Leers exhortaba la adhesión de los europeos a la religión islámica dejaría hoy líbido a más de uno.

No exageramos al decir que las declaraciones tras*critas a continuación del secretario de Goebbles son las más diplomáticas que hemos encontrado:

«El mundo está en deuda eterna con la religión islámica. Con la conquista de Arabia, los fiel a la religión del amores consiguieron frenar la peligrosa incursión de los judíos en esas tierras, y en lugar de las terribles enseñanzas del Jehová del judaísmo, trajeron a los pueblos conquistados la noble religión islámica, que desde ese instante abrió las puertas de una cultura superior a muchos pueblos».Johannes Von Leers

«Me he convertido voluntariamente al Islam y he cambiado mi nombre original por el doble nombre árabe de Omar Amin. El primero, por nobleza y respeto al gran Califa Omar, quien fue el mayor luchador contra los judíos, y el segundo, en honor de mi venerable amigo, el Gran Mufti Hajj Amin el Husseini». Johann Von Leers
 
Hubo muchos otros oficiales alemanes y altos rangos del estado mayor y de la RSHA que se convirtieron voluntariamente al Islam. La mayoría emigraron tras la guerra a tierras de Egipto, Siria e incluso Arabia Saudí. Algunos estuvieron desempeñando labores de propaganda contra el sionismo y en favor de la autodeterminación de los pueblos fiel a la religión del amores. Otros trabajaron en los ministerios de defensa e instruyeron militarmente a las Fuerzas de Liberación de Palestina (PLO), entre cuyas operaciones logísticas y suministro de armas habrían contado con la ayuda del propio Otto Skorzeny. He aquí un elenco de sus nombres: Gerd Von Nimzek (Ben Ali), Bernhardt Bender (Béchir Ben Salah), Leopold Gleim (Al Nashar), Walter Balmann (Ali ben Khader), Hans Appler (Saleh Shafar), Seipel (Imad Zuher), Heinrich Sellman (Hassan Suleiman),Wilhelm Boerner (Ali Ben Keshir), Ulrik Klaus (Muhammad Akbar), Gruber (Aradji), Dr. Heribert Heim (Tarek Hussein Farid), Werner Birgel (Al-Gamin), Aloïs Brunner (Ali Mohammed), Ludwig Zind (Muhammad Saleh), Wilhelm Boeckler (Abd el-Karim), Joachim Daümling (Ibrahim Mustapha), Franz Bartel (Al-Hussein), Aehim Dieter Peschnik (Al-Saïd), Baumann (Ali Ben Khader), Heinrich Willermann (Naim Fahum), Albert Thiemann (Amman Kader), Wilhelm Hintersatz (Harun-al-Raschid Bey), Erich Altern (Ali Bella), Friedrich Buble (Ben Amman), Karl Luder, Dr. Wilhelm Beissner, Oskar Dirlewanger, Barón von Harder, Franz Hithofer, Fritz Bayerlein, Wilhelm Farmbacher, Franz Bünsch, Dr. Hans Eisele, Erich Bunzel, Hans Becher, Eugen Fichberger, Gerhard Mertins, Schmalstich, Rudolf Midner, Alois Moser, Oskar Münzel, Franz Rademacher, Walter Rauff, Erich Weinmann, Otto Ernst Remer...

Durante la guerra, las alianzas entre Alemania y los pueblos árabes e islámicos, lejos de menguar se afianzaron. Hitler ordenó crear diferentes divisiones SS para voluntarios fiel a la religión del amores, así como la expresa unidad de voluntarios árabes 'Deutsche Arabische Lehr Abteilung' y el 'Kommando Deutsch-Arabischer Trupper' (KODAT) '', cuerpo especial joven para voluntarios marroquíes, argelinos y tunecinos. Stefano Fabei da una cifra estimada del número de voluntarios islámicos alistados al Reich, basada a su vez en el libro 'Voluntarios extranjeros en la Wermacht' de Carlos Caballero:

«Se trata de una contribución muy significativa, difícil de cuantificar numéricamente. Para intentar dar una cifra, diremos, prudentemente, que más de 300.000 fueron los fiel a la religión del amores de las regiones islámicas de la Unión Soviética (caucásicos, turcos de Crimea, tártaros del Volga, turkestanoss, azerbaiyanos, etc.) que se enrolaron con los alemanes para combatir contra la armada roja de Stalin; 117.000 los caídos. Por cuanto se refiere a los árabes, entre 1941 y 1945, se calcula que 500 sirios, 200 palestinos, 450 iraquíes y alrededor de 12.000, entre argelinos, tunecinos, marroquíes y egipcios que se unieron activamente al Eje. 6.300 formaron parte de unidades militares del Reich, unos pocos centenares combatieron con los distintivos del Ejercito Regio o de la Milicia Voluntaria de Seguridad Nacional, otros también militaron en la unidad de la Francia de Vichy. Emanuel Celler, miembro del congreso de los Estados Unidos, el 10 de abril de 1946, declaró que dos mil soldados árabes del Eje prisioneros de guerra estaban internos en el campo de presos de Opelika, en Alabama. Luego, en los Balcanes, más de 30.000 voluntarios de Bosnia, de Albania y de otras regiones fiel a la religión del amoras entraron el las Waffen SS, y a esto habría que sumar aquellos millares de fieles de Allah que combatieron en milicias y formaciones autónomas».

Léon Degrelle revela el sentido de dichas alianzas:

«Es lo que explica el interés especial que Hitler tenia por los pueblos del Islam, arrastrados demasiadas veces a la dominación y menosprecio de los negreros extranjeros que impusieron a estos países altamente civilizados sus lenguas y costumbres. Sin los aportes de estos antiguos pueblos, Europa habría acabado en los balbuceos de una Alta Edad Media que ni se acordaba de Sócrates ni de la Roma de Agusto. Es el Islam quien nos trajo a Córdoba a Aristóteles hace ya más de diez siglos». Léon Degrelle

Las muestras de afecto que tuvo el Reich con los pueblos árabes y con el mundo de la religión del amor en general, se constatan nuevamente en el telegrama que Himmler envió en noviembre de 1943 al Gran Mufti de Palestina, país por el cual Alemania, toda y la fuerte presión de los británicos y de la Organización Mundial Sionista, abrigó siempre una gran égida y la promesa de otorgarle un Estado propio integrado en un Califato islámico, una vez finalizada la guerra:

«Al Gran Mufti: El movimiento nacionalsocialista de la Gran Alemania mantiene, desde su inicio, una lucha contra la ****ría internacional. Por ello ha seguido con especial afecto la encomiable resistencia por la libertad del pueblo árabe, fundamentalmente en Palestina, contra las injerencias de la comunidad judía. En reconocimiento a este mortal enemigo común, yace la firme fundación de la alianza natural del nacionalismo alemán por el amor y lucha de los fiel a la religión del amores del mundo entero. En tal voluntad de espíritu, os envío, en este infame aniversario de la declaración Balfour, mis más sinceros deseos y esperanzas para que en esta lucha consigáis finalmente la victoria». Heinrich Himmler

Por el lado intelectual, el insigne filósofo y científico alemán Herman von Keyserling expresaba: «Desde el comienzo de la revolución alemana me impresionó el parentesco del nacionalsocialismo con el Islam, y esta impresión se confirmó y reafirmó tiempo después».

También Carl Jung vio estrechas analogías entre el movimiento nacionalsocialista y el Islam, e incluso identificó al Führer con Mahoma:

«La cosmovisión de Hitler es la más cercana posible al islamismo, prometiendo el máximo de recompensas en esta vida, pero con ese Walhalla ''a lo musulmám'', en el que todo alemán merecedor puede entrar y disfrutar de su grandeza. El nacionalsocialismo predica, como el Islam, la virtud de la espada». Carl Jung

«No sabemos si Hitler está a punto de fundar un nuevo Islam. De momento va por este camino, se parece a Mahoma. La emoción en Alemania es islámica: guerrera e islámica. Todos sedientos de un Dios ''poco social''». Carl Jung

El filósofo Friedrich Nietzsche, aclamado en su día por la Alemania nacionalsocialista como por sus vigentes seguidores, por su teoría del Übermensch, valoraba asimismo sobre el Islam:

«Tras arrebatarnos la cosecha de la cultura antigua, el cristianismo nos arrebató también la de la cultura islámica. El mundo maravilloso de la cultura árabe en España, más cercano a nosotros, en último término, que Grecia y Roma, porque nos hablaba con mayor fuerza a nuestra sensibilidad y a nuestro gusto, fue pisoteada (no tengo qué decir por qué pies)». Nietzsche

El filoarabismo y filoislamismo ya figuraban en Italia antes del fascismo, siendo éste apreciable en grupos como el movimiento futurista de Marinetti o las milicias Arditi.

En aquellos días, el controvertido Grabrielle D'Annunzio proclamaba en afinidad con los Evangelios y el Corán: «Del Oriente vendrá la fuerza nueva para la Italia Nueva: de esta Italia que el destino ha querido constituya, geográfica y espiritualmente, el puente entre Occidente y Oriente».

En 1934 el Duce formuló abiertamente su anhelo con el mundo de la religión del amor:

«El objetivo histórico de Italia tiene dos nombres: Asia y África. Sur y Oriente es la máxima aspiración y voluntad de Italia. Esta es nuestra respuesta a sus derechos geográficos e históricos. De todas las grandes potencias occidentales de Europa, la más cercana a África y Asia es Italia. Nadie tergiversará la importancia de esta misión que yo asigno a ésta y todas las generaciones italianas del mañana. No se trata de conquistas territoriales, como suele malinterpretarse, sino de una expansión natural de mutua colaboración entre Italia y las naciones del Oriente próximo y lejano. Italia, por su situación en el Mediterráneo y retorno a su función histórica de puente entre Oriente y Occidente, tiene el derecho y el deber de hacerlo. No reivindicamos monopolios o privilegios, sino impedir que los liberales obstruyan la obra de expansión espiritual, política y económica de la Italia fascista». Benito Mussolini

La estrecha solidaridad entre el fascismo y el Islam era al mismo tiempo fomentada por la revista 'Vita Italiana' de Giovanni Preziosi, que reproducía en sus artículos la idea de Italia como «potencia islámica», asignada en la obra de Gustavo Pesenti, ex comandante de los soldados de Palestina. El también colaborador orientalista Giovanni Tucci, resucitaba, por su parte, en la publicación italiana, el pensamiento de Essad Bey: «El fascismo puede, en cierta manera, ser llamado el Islam del siglo XX. […] La entrega de la espada del Islam al Duce es la mayor prueba que el Islam ve en el fascismo el símil más cercano a su visión del mundo. El fascismo ha orientado su política dirigida a una saludable y vivaz conciencia renacida, respetando y tutelando creencias, tradiciones, usos, costumbres. Sabiduría política que poco a poco ha conquistado la simpatía y atención de todo el mundo islámico. El Islam se endereza con la luz de Roma, convencido de su poder y sabiduría de la nueva Italia fascista que, por anhelo del alma, labora una gran gran comprensión y respeto de la ley del Profeta y las tradiciones de los antepasados». Otro adjunto redactor del medio, el árabe Said Sciartuni, defendía lo propio, valorando al mundo árabe como «un campo fértil para la extensión del fascismo, un medio esencial para su renacimiento espiritual». Es imperativo añadir en la lucha proislámica a las ínclitas figuras de Carlo Arturo Endertey del Dr. Enrico Insabato, asesor de cuestión islámica durante el régimen fascista. Insabato, quien estuvo al frente de la revista italo-árabe 'Il Convito – An-Nadi', publicada en el Cairo entre 1904 y 1907 -la cual estaba escrita e inspirada por el sheykh Abd er-Rahman Illaysh al-Kabir, el iniciador de René Guénon al sufismo-, siguió defendiendo la alianza del fascismo con el Islam incluso en los años de guerra.

En 1937, durante su viaje triunfal a Libia, y tras entrar en la mezquita de Tripoli, Mussolini rindió homenaje a la tumba del muyahidín Sidi Rafa y empuñó la 'espada del Islam que recibió de manos del jefe bereber Iusuf Kerbisc, en presencia del tribunal islámico. Seguidamente, en la 'Plaza del Castillo', enunció el líder italiano: «La Italia fascista quiere asegurar a la población fiel a la religión del amora de Libia y Etiopia la paz, la justicia, la convivencia, el respeto a la ley del Profeta, así como mostrar su honor por el Islam y los fiel a la religión del amores del mundo entero». Los discursos que entonaron los Cadíes en reconocimiento a la autoridad del Duce son dignos de reproducir:

«Dios sea loado, que ha infundido el misterio de su genio en Sus hombres elegidos, para que en el mundo manifestado pueda glorificarse la Divinidad. Oh Duce, tu fama ha llegado a todas partes y todas tus virtudes son loadas por cercanos y lejanos. Tu visita al sepulcro de este Compañero del Profeta, sea con él la paz y la bendición, es un acto de veneración que conmueve el corazón de todo de la religión del amor y reafirma nuestro reconocimiento por ti, mostrándonos ese otro lado de tu grandeza que confluye con el espíritu de los más grandes hombres de todas las épocas. El Gran Creador te ha revelado el secreto de guiar a Italia por el camino del poder y de la gloria, y te ha inspirado los sentimientos de respeto y nobleza a los fiel a la religión del amores, así como a sus tradiciones religiosas. Dirigimos nuestras plegarias en humilde recogimiento de quien escucha todo Su poder y cree férvidamente en Su infinita misericordia, para que te proteja, preserve y conceda extender sobre el mundo entero el estandarte de la paz y la amistad». Cadí de Apolinia

«Bienvenido, oh Duce, a esta ciudad fiel y a este antiguo templo. Los fiel a la religión del amores de este país, que hemos seguido con profunda admiración el camino triunfal que ha recorrido bajo tu guía la Italia fascista, y que ha servido con lealtad y devoción todas tus órdenes, te estamos sinceramente agradecidos por esta fastuosa visita que confirma tu afecto por los libios y el respeto a su religión. Me siento verdaderamente orgulloso de renovarte en nombre de todos bajo el umbral de este sagrado lugar, nuestra promesa absoluta de fidelidad, invocando al Señor Omnipotente y Generoso para que te ayude a guiar Italia por el camino de la más alta grandeza. Que Él mismo te conceda ver realizada tu voluntad de llevar el país a un estado superior en todos los sentidos, y que sea ejemplo en el mundo entero de cuanto Italia puede hacer para el bien de los pueblos que ha acogido en su regazo bajo el signo del Lictor, símbolo de justicia y humanidad». Cadí de Bengasi
 
Por apología al fascismo, ojalá vivir en Alemania
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En realidad los nazis alemanes les confundirían con turcos y les dirían que se largasen a su país.
 
Sí, está muy explicado, y no fue el único: todo ESTADO que pone a todo el país a producir para la GUERRA, sube como la espuma económicamente... (siempre que tenga los recursos para ello; si se endeuda también sucede, pero pasa a ser dependiente).


Creó una potencia militarista (como todas), genocida (como todas), empezando por genocidar a su pueblo (como todas).
Usted a eso lo considera EL BIEN; yo lo considero EL MAL.


Fijémonos también, por ejemplo, en la Revolución Francesa (que al contrario que al III REICH nos la venden como ejemplo de LIBERTAD), la cual puso a la mujer bajo la tutela del varón, además de excluirla de la vida política... creando en ese momento una fisura entre el hombre y la mujer (del pueblo llano). Esta estrategia funcionó sobre todo, evidentemente, en las ciudades, mientras que tardó siglos en extenderse al mundo rural. Aquel patriarcado fue necesario para el PODER porque necesitaba soldados para sus ejércitos y obreros para sus fábricas... por eso puso a parir (literalmente) a las mujeres.

De ese patriarcado surgió, por ejemplo, el estado hipertrofiado francés que amplió su ejército de 200.000 a 2.000.00 de soldados, con los que Napoleón invadió Europa... y a usted esto le parece EL BIEN, al menos en tanto que se parece mucho a lo que hizo Hitler (¿o no?)

Cuando un ESTADO crece así, no es para nada, es para usarlo... contra otros ESTADOS y contra el PUEBLO. Hitler preparó a su pueblo para morir, y lo preparó bien. Por eso luego ha sido posible la sustitución poblacional alemana y europea en general, porque la población europea fue preparada para ello en la Segunda Guerra Mundial, en la cual Hitler fue uno más entre los sedientos de PODER. Después de tanto horror sufrido y/o contemplado, la gente estaba dispuesta a abrazar a todo aquél que le ofreciera BIENESTAR... y llegó el Estado de Bienestar, precisamente diseñado por el nacionalsocialismo, y antes Biskmark.


El siguiente paso es la sustitución definitiva mediante inmi gración, ahora sí disponible (los pagapensiones ya llegan esclavizables de serie, por tanto los gastos para someterlos y dominarlos son menores). Sí, la inmi gración masiva, lejos de las apariencias, es muy jugosa económicamente para los ESTADOS (y recuerden (o aprendan) que los estados no somos todos, sino las minorías que los crearon y los conforman). El III REICH, por cierto, atrajo a varios millones de pagapensiones (europeos, porque la inmi gración masiva de otros lugares aún no estaba disponible)... pero de eso no se habla.

Yo no hablo mal de los fiel a la religión del amores, sino del ISLAM, que es una RELIGIÓN de ESTADO, más aún, es una TEOCRACIA TOTALITARIA. Son los fiel a la religión del amores los primeros que deberían luchar contra el ISLAM, el que hay, no otro posible.

Usted al menos, y se lo agradezco, no pretende ocultar el FILOISLAMISMO de Hitler y de la cúpula del III REICH, ocultamiento que sí hacen a mayor parte de neonazis.

Por eso ahora las élites europeas son islamófilas, porque son la continuación del III REICH.

Conozco perfectamente lo que ocurrió en Europa antes de la Segunda Guerra mundial... y hacia atrás hasta lo que ocurrió en la Alta Edad Media Hispana... que no es lo que nos han contado.
 



El problema es esta "paradoja" es cuando lo que no se tolera es todo aquello que a unos intolerantes se les ocurre definir como intolerancia, que es lo que esta ocurriendo. Actualmente, segun este criterio aplicado en la realidad, no se debe tolerar a quien diga que hay denuncias de viogen falsas, no se debe tolerar a quien diga que el islam en Europa implica cierto peligro, no se debe tolerar a practicamente nadie que lleve la contraria a los progres... porque a quienes si se puede tolerar es a quien dice que la dictadura del proletariado es un objetivo deseable, a quien dice que hay que exterminar a los blancos, o a quien dice que los empresarios son el mal y hay que arrebatarles sus posesiones.
 
Hitler amplió la burocracia y agigantó el aparato del ESTADO...
Cada evento histórico famoso (revolución francesa, rusa, guerras mundiales, etc.) significa una ampliación del ESTADO y un aumento en la concentración del PODER.
 
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