En 1810 el gobierno virreinal de la Nueva España firmó la paz con los apaches con los que había estado en guerra

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Madmaxista
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Aunque ya tenía nociones de que ese año el Gobierno español había hecho la paz con ciertos grupos indígenas, no contaba yo con una fuente en la que pudiera ahondar, siquiera un poco, en el tema. Afortunadamente, ayer llegó a mis manos un libro titulado Las guerras indias en la historia de Chihuahua, en el cual se habla de ese tema y del que extraigo los siguientes e interesantes párrafos:

En 1810, después de más de tres décadas de guerra, el gobierno virreinal pudo concluir varios tratados de paz con los jefes apaches, en los que se obligaba a respetar ciertos espacios territoriales y a suministrar raciones, armas para la caza y aperos de labranza a los grupos de indígenas rebeldes. A los mezcaleros y los gileños (dos de las tribus que formaban la etnia apache y que más encarnizadamente hicieron la guerra a los novohispanos), se les reconoció un extenso territorio que comprendía parte de Chihuahua y parte de Nuevo México en las cuencas de los ríos Casas Grandes, Bravo, Mimbres y Gila.

Los burócratas y militares que entonces dirigían al gobierno español, se persuadieron de la imposibilidad de alcanzar una victoria definitiva en el terreno militar, contra un enemigo que tenía poquísimos puntos vulnerables. Ni pueblos, ni adoratorios, ni dioses que pudieran destruirse para sumirlos en el desamparo material o espiritual. Territorios inmensos cubiertos por bosques o formados por desiertos constituían el hábitat de los apaches y en ellos eran casi inexpugnables. Desde allí podían desplazarse con entera libertad y en una especie de guerrillas, causar terribles daños al enemigo sedentario dedicado a la explotación de las minas, la agricultura y la ganadería. Tan sólo una minúscula banda de apaches, dirigida por el indio Rafael o Rafaelillo, causó la fin de 298 personas, hirió a otras 53 y mantuvo bajo cautiverio temporal a 45 entre 1806 y 1810.

Nada podía por tanto costar más al tesoro real que la guerra y en estas condiciones se optó por la paz, aunque los términos en que se convino, hicieron aparecer al Estado español como tributario de los odiados bárbaros. Con vistas a la gigantesca destrucción de vidas y riquezas que dejó la guerra en esta fase los hombres del norte aprendieron a estimar la paz como el valor supremo de la sociedad.

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Como curiosidad: el indio gerónimo hablaba español y era católico. O sea: era un hispano. Me enteré en este video:

 
Como curiosidad: el indio gerónimo hablaba español y era católico. O sea: era un hispano. Me enteré en este video:


Pues en ese mismo libro que menciono se citan las siguientes palabras de Gerónimo:

Yo mismo maté a muchos mexicanos. No sé cuántos exactamente, porque muchas veces no los contaba. Algunos no valía la pena contarlos, ésa es la verdad. Ha pasado mucho tiempo, pero sigo sin querer a los mexicanos. Conmigo siempre se han mostrado desleales y criminales. Estoy viejo ahora —esto lo dijo en 1905—, y nunca más volveré a tomar el sendero de la guerra, pero si fuera joven y pudiera tomar el sendero de la guerra, me iría derecho hasta México.
 
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Y todo esto lo tenemos en la misma península Española, por ejemplo esta bandera no es ninguna casualidad

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Aunque ya tenía nociones de que ese año el Gobierno español había hecho la paz con ciertos grupos indígenas, no contaba yo con una fuente en la que pudiera ahondar, siquiera un poco, en el tema. Afortunadamente, ayer llegó a mis manos un libro titulado Las guerras indias en la historia de Chihuahua, en el cual se habla de ese tema y del que extraigo los siguientes e interesantes párrafos:

En 1810, después de más de tres décadas de guerra, el gobierno virreinal pudo concluir varios tratados de paz con los jefes apaches, en los que se obligaba a respetar ciertos espacios territoriales y a suministrar raciones, armas para la caza y aperos de labranza a los grupos de indígenas rebeldes. A los mezcaleros y los gileños (dos de las tribus que formaban la etnia apache y que más encarnizadamente hicieron la guerra a los novohispanos), se les reconoció un extenso territorio que comprendía parte de Chihuahua y parte de Nuevo México en las cuencas de los ríos Casas Grandes, Bravo, Mimbres y Gila.

Los burócratas y militares que entonces dirigían al gobierno español, se persuadieron de la imposibilidad de alcanzar una victoria definitiva en el terreno militar, contra un enemigo que tenía poquísimos puntos vulnerables. Ni pueblos, ni adoratorios, ni dioses que pudieran destruirse para sumirlos en el desamparo material o espiritual. Territorios inmensos cubiertos por bosques o formados por desiertos constituían el hábitat de los apaches y en ellos eran casi inexpugnables. Desde allí podían desplazarse con entera libertad y en una especie de guerrillas, causar terribles daños al enemigo sedentario dedicado a la explotación de las minas, la agricultura y la ganadería. Tan sólo una minúscula banda de apaches, dirigida por el indio Rafael o Rafaelillo, causó la fin de 298 personas, hirió a otras 53 y mantuvo bajo cautiverio temporal a 45 entre 1806 y 1810.

Nada podía por tanto costar más al tesoro real que la guerra y en estas condiciones se optó por la paz, aunque los términos en que se convino, hicieron aparecer al Estado español como tributario de los odiados bárbaros. Con vistas a la gigantesca destrucción de vidas y riquezas que dejó la guerra en esta fase los hombres del norte aprendieron a estimar la paz como el valor supremo de la sociedad.

Pues tiene cierto paralelismo con los de la ETA , que después de asesinar a cientos de inocentes y aterrorizar a toda la nación , han ganado puesto que ahora están en todas las instituciones ganando un pastizal y haciendo lo que les da la gana .
Los verdaderos líderes no han sufrido ninguna consecuencia de sus crímenes . Están en la guandoca unos cuantos demorados que son la carne de cañón a los que arengaron en su día con ideales absurdos y fanáticos , que por otra parte son los más básicos del instinto heredado de los primates.
 
Antes o después se les hubiera integrado. Los apaches, y otros como los comanches o los mapuches, entran en la categoría de los terroristas vascos o saharauis. Demasiado salvajes para comprender su necesario sometimiento al poder hispano, antes de que otros los destruyeran.
 
Dejo por aquí el Reglamento de Presidios de 1772. En el se da instrucciones a las autoridades de la frontera para que, a ser posible, integren a las poblaciones, que así lo quieran, de forma pacífica y mediante la política de regalos. A los apaches, sin embargo, había que "darles guerra" porque no se sometían bajo ningún concepto y hacían mucho daño.

 
Veo que la foto que puse ha desaparecido misteriosamente.

En ella aparecís la bandera del PNV llamada incuriña (palabra que nunca existió en vasco y se inventó Sabino Arana porque en vasco siempre se dijo bandera) junto a la bandera británica qué se le llama: Unión Jack.

La incuriña es un calco de la Unión Jack, y eso indica por dónde van los tiros del origen y razón de ser del nacionalismo vasco.
 
Veo que la foto que puse ha desaparecido misteriosamente.

En ella aparecís la bandera del PNV llamada incuriña (palabra que nunca existió en vasco y se inventó Sabino Arana porque en vasco siempre se dijo bandera) junto a la bandera británica qué se le llama: Unión Jack.

La incuriña es un calco de la Unión Jack, y eso indica por dónde van los tiros del origen y razón de ser del nacionalismo vasco.
Yo sí puedo verla en tu mensaje y en el de quien te citó.
 
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