Mouguias
Madmaxista
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A falta de un subforo de historia escribiré aquí. Los datos vienen de este artículo:
Pausanias, en su "Descripción de Grecia", cuenta la expedición de los galos contra el santuario de Apolo en Delfos, año 279 A.C. Ojo al siguiente detalle:
Según dice Orosio los numantinos tampoco quisieron recibir ni sepultar los cadáveres de sus muertos en la batalla. Vamos ahora a Silio Itálico, autor del siglo I d.C. Hablando de los celtíberos dice lo siguiente:
Hay dos rituales: incineración para los muertos comunes y exposición a los buitres, el cual se reserva para los guerreros caídos en combate. Ahora Claudio Eliano, siglo II-III d.C. en su libro "De Natura Animalium". Hay confusión en la lectura del texto: no está muy claro si habla de los vacceos (actual Zamora) o los arévacos (Soria):
Existen además representaciones en cerámica donde se ve claramente a un guerrero muerto sobre el que caen las aves para devorarlo:
Cerámica Numantina
Estela del Palao de Alcañiz, Teruel.
Vemos que la misma creencia se extendía desde Celtiberia hasta la Galia. Lo curioso es que más al norte, los vikingos también creían que había un paraíso para los guerreros, el Valhalla, y una eternidad de sombras para los muertos comunes, el inframundo, el reino de Hel. Los antiguos nordicos creían que las valkirias recorrían el campo de batalla, llevando los muertos al banquete eterno. No mencionan a los buitres porque en Suecia no los hay, pero sí que existe una conexión evidente entre las valkirias y los carroñeros que descarnan los cadáveres tras la batalla, los lobos y los cuervos, llamados "los gansos de las hermanas de Gunn".
El paraíso de los guerreros es un elemento muy poderoso de la mentalidad guerrera y heroica de celtas y germanos, y sin duda servía para que los jóvenes luchasen sin miedo a la fin. Es muy curioso que esta creencia se extienda por la Celtiberia, Galia y Germania... Pero que no exista en el mundo grecorromano.
Pausanias, en su "Descripción de Grecia", cuenta la expedición de los galos contra el santuario de Apolo en Delfos, año 279 A.C. Ojo al siguiente detalle:
En las Termópilas, después de la batalla, los griegos enterraron a los suyos y despojaron a los bárbaros. Pero los gálatas no enviaron un heraldo para recoger a sus muertos, y les daba igual que la tierra los recibiera a ellos o que las bestias salvajes o las aves carroñeras los de*voraran.
Según dice Orosio los numantinos tampoco quisieron recibir ni sepultar los cadáveres de sus muertos en la batalla. Vamos ahora a Silio Itálico, autor del siglo I d.C. Hablando de los celtíberos dice lo siguiente:
Llegaron también los celtas, asociados en nombre a los íberos / Prez supone para ellos el haber caído en la lucha, pero quemar un cuerpo así / no es lícito. Al cielo y a los dioses creen ser conducidos / si un buitre hambriento desgarra sus miembros yacentes.
(Pun III, 340-343. Versión de Ángel Escobar)
Hay dos rituales: incineración para los muertos comunes y exposición a los buitres, el cual se reserva para los guerreros caídos en combate. Ahora Claudio Eliano, siglo II-III d.C. en su libro "De Natura Animalium". Hay confusión en la lectura del texto: no está muy claro si habla de los vacceos (actual Zamora) o los arévacos (Soria):
Los arévacos (un pueblo occidental) ultrajan los cadáveres de quienes han muerto por enfermedad y los exponen al fuego porque, en su opinión, han tenido una fin de fistro molicie. Sin embargo, a quienes dan su vida en la guerra los tienen por gallardos, nobles, de natural valeroso, y los arrojan a los buitres en la creencia de que éstos son animales sagrados.
Existen además representaciones en cerámica donde se ve claramente a un guerrero muerto sobre el que caen las aves para devorarlo:
Cerámica Numantina
Estela del Palao de Alcañiz, Teruel.
Vemos que la misma creencia se extendía desde Celtiberia hasta la Galia. Lo curioso es que más al norte, los vikingos también creían que había un paraíso para los guerreros, el Valhalla, y una eternidad de sombras para los muertos comunes, el inframundo, el reino de Hel. Los antiguos nordicos creían que las valkirias recorrían el campo de batalla, llevando los muertos al banquete eterno. No mencionan a los buitres porque en Suecia no los hay, pero sí que existe una conexión evidente entre las valkirias y los carroñeros que descarnan los cadáveres tras la batalla, los lobos y los cuervos, llamados "los gansos de las hermanas de Gunn".
El paraíso de los guerreros es un elemento muy poderoso de la mentalidad guerrera y heroica de celtas y germanos, y sin duda servía para que los jóvenes luchasen sin miedo a la fin. Es muy curioso que esta creencia se extienda por la Celtiberia, Galia y Germania... Pero que no exista en el mundo grecorromano.