El velo de Maya

Extracto de "El mundo como voluntad y representación" de Arthur Schopenhauer (1819)

"Sin embargo, el conocimiento, tal como se manifiesta en cuanto puesto al servicio de la voluntad y tal como se le alcanza al individuo en cuanto individuo, no concibe el mundo tal como lo concibe el observador, o sea como la objetivación de una voluntad de vivir que constituye una sola cosa con él. La vista del individuo está enturbiada, como dicen los indios, por el velo de Maya; no ve la cosa en sí, sino un fenómeno en el tiempo y en el espacio, en el principio de individuación y en las otras formas del principio de razón. Dado este modo de conocer el individuo no descubre la unidad de la esencia de las cosas; no ve más que los fenómenos en su múltiple variedad, en su aislamiento, en su número inagotable y en su oposición. Entonces cree que el placer y el dolor son cosas radicalmente distintas; considera a unos hombres como verdugos y a otros como víctimas; la perversidad es para él una cosa y otra distinta el dolor. Y al ver al uno colmado de dichas, disfrutando de la abundancia y de la voluptuosidad, y al otro morir de hambre y de frío a sus puertas, se pregunta: ¿dónde está la justicia? Y él mismo, arrastrado por el impulso ciego de esa misma voluntad que constituye su esencia, se lanza a los goces de la vida, abrazándolos con todas sus fuerzas sin saber que por ese mismo acto ha vinculado en sí todos los dolores de la existencia y todos los tormentos que un momento antes le estremecían de horror. Ve el dolor y la maldad en el mundo; pero, lejos de comprender que ambas cosas no son sino los dos lados del fenómeno único de la voluntad de vivir, le parecen cosas contrarias y con frecuencia recurre a la malicia, es decir, trata de mortificar a los demás para librarse de los dolores y afecciones de su propia individualidad extraviado por los errores de la individuación y engañado por el velo de Maya. Pues así como el marino, cuando el mar irritado ruge furiosamente levantando monstruosas olas que cubren el horizonte, permanece sentado en su barco tranquilo y confiado en su débil embarcación, así el hombre en un mundo lleno de dolores, permanece aislado y sereno porque pone su confianza en el principio de individuación o sea en la manera que como individuo tiene de ver las cosas considerándolas en su mera fenomenalidad."

Textos en Ideasapiens. El mundo como voluntad y representacin. Arthur Schopenhauer (9-10)
 
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