SNB Superstar
F E L P U D E R O
- Desde
- 11 Abr 2010
- Mensajes
- 17.607
- Reputación
- 38.329
El Banco de Alimentos ya no admite más usuarios por falta de comida
. La portavoz de la entidad, Amadora Núñez, asegura que el alto coste de los alimentos está provocando que la entidad pase por su peor momento en sus veintiséis años de existencia
SABELA CORBELLE
26/ABR./23
El Banco de Alimentos tiene, ahora mismo, entre la capital lucense y A Mariña unos 2.100 usuarios y ya no admite ninguno más. Hay demanda, mucha, pero la entidad tiene que gestionar la comida que llega a sus instalaciones y no es suficiente para cubrir las necesidades de más personas.
En los veintiséis años de historia de esta entidad, nunca se vivió un momento peor. Ni en la crisis de la construcción —que provocó largas colas de usuarios por el cierre de empresas de este sector—, ni en la esa época en el 2020 de la que yo le hablo —cuando los Ertes en muchas empresas obligaron a muchos lucenses a ir al Banco de Alimentos ya que, en algunos casos, se tardaba días en cobrar la prestación estatal—.
Tanto en una situación como en otra, había necesidades pero no faltaba comida dado que el Banco de Alimentos tenía presupuesto suficiente y tanto la gente como las empresas se volcaban en hacer donaciones de comida.
Ahora, la situación es distinta. Sigue habiendo usuarios —incluso más que nunca— pero la comida no llega porque el presupuesto no alcanza para pagar la subida de los alimentos y porque también son menos las donaciones.
"Si antes con 10.000 euros comprabas un montón de cosas, aHora no llegan a nada. Por ponerte un ejemplo: un quilo de arroz le salía al Banco de Alimentos, hace unos años, a 70 céntimos y ahora está a 1,40 euros, y los bemoles pasaron de 70 céntimos a 1,5 euros. Encima, el número de personas que necesitan ayuda es mayor porque lo que ganan tampoco les llega para comprar comida", afirma Amadora Núñez, portavoz y fundadora del Banco de Alimentos.
Gastos
Amadora hace balance de las ayudas que recibe la ONG y de los gastos corrientes: "De la Diputación, 10.000 euros; de la Xunta, 25.000... pero pagamos 1.500 euros de alquiler (a ver si encontramos un sitio gratis) y hubo meses en que la luz llegó a 1.300".
Por este motivo, desde principios de marzo, el Banco de Alimentos no admite, por ahora, más altas de usuarios. "Queda mucha gente fuera que no recibe ayuda pero no llega para todos porque incluso ahora colaboramos con otras asociaciones como Aliad Ultreia, a donde mandamos lotes de emergencia, o con concejos que nos piden ayuda y no tenemos para todos", dice Amadora Núñez, quien añade que "en Sarria hay 900 personas que no podemos atender y en Monforte ya no atendemos tampoco".
. La portavoz de la entidad, Amadora Núñez, asegura que el alto coste de los alimentos está provocando que la entidad pase por su peor momento en sus veintiséis años de existencia
SABELA CORBELLE
26/ABR./23
El Banco de Alimentos tiene, ahora mismo, entre la capital lucense y A Mariña unos 2.100 usuarios y ya no admite ninguno más. Hay demanda, mucha, pero la entidad tiene que gestionar la comida que llega a sus instalaciones y no es suficiente para cubrir las necesidades de más personas.
En los veintiséis años de historia de esta entidad, nunca se vivió un momento peor. Ni en la crisis de la construcción —que provocó largas colas de usuarios por el cierre de empresas de este sector—, ni en la esa época en el 2020 de la que yo le hablo —cuando los Ertes en muchas empresas obligaron a muchos lucenses a ir al Banco de Alimentos ya que, en algunos casos, se tardaba días en cobrar la prestación estatal—.
Tanto en una situación como en otra, había necesidades pero no faltaba comida dado que el Banco de Alimentos tenía presupuesto suficiente y tanto la gente como las empresas se volcaban en hacer donaciones de comida.
Ahora, la situación es distinta. Sigue habiendo usuarios —incluso más que nunca— pero la comida no llega porque el presupuesto no alcanza para pagar la subida de los alimentos y porque también son menos las donaciones.
"Si antes con 10.000 euros comprabas un montón de cosas, aHora no llegan a nada. Por ponerte un ejemplo: un quilo de arroz le salía al Banco de Alimentos, hace unos años, a 70 céntimos y ahora está a 1,40 euros, y los bemoles pasaron de 70 céntimos a 1,5 euros. Encima, el número de personas que necesitan ayuda es mayor porque lo que ganan tampoco les llega para comprar comida", afirma Amadora Núñez, portavoz y fundadora del Banco de Alimentos.
Gastos
Amadora hace balance de las ayudas que recibe la ONG y de los gastos corrientes: "De la Diputación, 10.000 euros; de la Xunta, 25.000... pero pagamos 1.500 euros de alquiler (a ver si encontramos un sitio gratis) y hubo meses en que la luz llegó a 1.300".
Por este motivo, desde principios de marzo, el Banco de Alimentos no admite, por ahora, más altas de usuarios. "Queda mucha gente fuera que no recibe ayuda pero no llega para todos porque incluso ahora colaboramos con otras asociaciones como Aliad Ultreia, a donde mandamos lotes de emergencia, o con concejos que nos piden ayuda y no tenemos para todos", dice Amadora Núñez, quien añade que "en Sarria hay 900 personas que no podemos atender y en Monforte ya no atendemos tampoco".