I. de A.
Madmaxista
- Desde
- 10 Oct 2012
- Mensajes
- 7.327
- Reputación
- 15.711
En el pasado octubre, Netanyahu prometía "hacer realidad la profecía de Isaías”.
El Estado de Israel es el más extraordinario que ha existido nunca.
Siempre, desde un núcleo, se han extendido los pueblos, culturas, reinos, imperios, etc. En este extraño caso, gentes de todas las naciones y partes del mundo, y que nada tienen que ver con la zona, confluyen en un núcleo, invadiendo, expoliando, expulsando y asesinando a sus habitantes por motivos supuestamente religiosos, en pleno siglo XX, gracias a la influencia del sionismo (talmúdicos) en las muy laicas, si no ateas, potencias mundiales.
Y sin ninguna legitimidad, como no sea la esgrimida por Netanyahu; o por Golda Meir (nacida en Kiev, Imperio ruso; desde los 8 años vive en EEUU; con 23 se traslada a Palestina, durante el Mandato británico; Primer Ministro de Israel, 1969-1974) en un influyente y oficioso periódico de la muy laica y dócil Francia: "Este país existe para cumplir una promesa del mismo Dios. Sería ridículo pedirle que lo legitimara" (Le Monde, 15 de octubre de 1971).
El Estado de Israel es el más extraordinario que ha existido nunca.
Siempre, desde un núcleo, se han extendido los pueblos, culturas, reinos, imperios, etc. En este extraño caso, gentes de todas las naciones y partes del mundo, y que nada tienen que ver con la zona, confluyen en un núcleo, invadiendo, expoliando, expulsando y asesinando a sus habitantes por motivos supuestamente religiosos, en pleno siglo XX, gracias a la influencia del sionismo (talmúdicos) en las muy laicas, si no ateas, potencias mundiales.
Y sin ninguna legitimidad, como no sea la esgrimida por Netanyahu; o por Golda Meir (nacida en Kiev, Imperio ruso; desde los 8 años vive en EEUU; con 23 se traslada a Palestina, durante el Mandato británico; Primer Ministro de Israel, 1969-1974) en un influyente y oficioso periódico de la muy laica y dócil Francia: "Este país existe para cumplir una promesa del mismo Dios. Sería ridículo pedirle que lo legitimara" (Le Monde, 15 de octubre de 1971).