LordEntrophy
Madmaxista
Jajaja, la gente tiene tan metido que star wars les gusta que aceptarán cualquier cosa CUALQUIER COSA que le vendan a través de ese medio.
Borregos egoicos atrapados en sus elecciones egoícas es gracioso lo absurda que es la vida de muchos.
Discrepo. Disney ha conseguido lo imposible, que los viejos fans de las películas y el universo expandido de novelas/cómics aborrezcan todo lo nuevo (Salvo Rogue One y poco más) y que hayan perdido el interés y ni siquiera intenten tras*mitir la ilusión a sus hijos o sobrinos o, como mucho, en las viejas historias de los libros anteriores a Disney.
Tenía un post bastante largo al respecto:
Con SW el asunto es todavía más sangrante. Como dice, han demostrado que saben hacer cosas buenas para generar interés o al menos aceptables para que perdure el interés (pero si se fija, con historias que no entran en conflicto con el viejo lore establecido, o que al menos lo hacen muy tangencialmente).
Los "fans de toda la vida" ahora son padres o tíos, que disfrutarían horrores llevando a sus hijos o sobrinos a ver las pelis de su infancia y juventud, o las continuaciones de las mismas, sembrando y regando el mismo interés en las nuevas generaciones.
Pero el desastre creativo de los nuevos episodios han conseguido lo impensable, asquear hasta tal punto a los viejos fans de SW (matando sin sentido algunos personajes principales, anulando todo el viejo universo expandido, cambiando convenciones de base sobre el funcionamiento del universo SW, repitiendo planteamientos milimétricamente del EP. IV pero en un lapso temporal nuevo con un lore nuevo e incomprensible...), que no sólo han pasado a rechazar todo lo nuevo de SW, sino que se han refugiado en sus viejos recuerdos de años pasados y lo han dejado relegado a eso, viejos recuerdos "de críos/chavales" y han dejado no sólo de disfrutarlo, sino también de estar interesados en tras*mitirlo a los hijos o sobrinos, o, como mucho, de "la vieja SW" hasta que llegó Disney (salvando precisamente Rogue One, Han Solo, y Mandalorian).
Han conseguido aniquilar la posibilidad de que ocurriera exactamente lo que Nintendo ha conseguido con Mario Bros hace unos meses: que los padres, tíos y amigos de la vieja cuadrilla friki fueran al cine con sus respectivos hijos a ver y disfrutar todos la película, más incluso los mayores que los chavalillos, porque los viejunos reconocían todos y cada uno de los guiños que los guionistas les habían dejado, y los críos sólo los generales al Mario Kart o al universo Mario en general. Y ahora esos padres y tíos les ponen a los chicos los viejos juegos de la SNES o la Wii y les explican tal o cual guiño, desempolvan juegos "secundarios" de los que se hacía alguna escena, y mantienen y acrecientan la "cantera" de fans de Nintendo, alimentando entusiásticamente con su dinero de adultos la afición de los niños.
Nintendo ha conseguido que los padres estén dispuestos a gastar dinero por productos no sólo que les gusten a los niños, sino que especialmente les gustan a ellos -a los padres- y que quieren que les gusten a los hijos. Es un éxito seguro. A nuestros padres no les hacia excesiva gracia comprarnos juegos de NES o SNES porque no entendían el mundillo de los videojuegos o de Mario. Pero a nosotros nos encanta regalarles juegos de Mario a nuestros hijos porque nos sentimos conocedores y partícipes de ese mundillo. Y Nintendo con esta peli ha avivado y actualizado ése mecanismo.
Con todas las alternativas de ocio para chavales existentes en la actualidad, pantallas y móviles, tiktoks y demás historias, contar con el apoyo y la complicidad de una generación anterior de fans de tu producto/universo es una ayuda inestimable para que tu producto o historias lleguen a la siguiente generación y la enganche, o que al menos la tenga presente como una opción de ocio más o menos significativa.
Y Disney ha conseguido aniquilar eso con SW. En realidad tiene mérito, por lo difícil que era cagarla con algo tan sencillo que tenían hecho. Padres deseando regalar maquetas de X-Wings o Destructores Estelares a sus hijos y montarlas juntos. De ir al cine a ver películas de sus héroes de junventud. De comprar y jugar juntos a videojuegos en esa ambientación. De comprar libros y cómics con los que acrecentasen la afición por la lectura, tambaleante hoy en día con las pantallas. Se lo han cargado. Completamente. Con suerte, algunos quedan que enseñan las pelis clásicas en DVD, les animen a leer los viejos libros o cómics y conocer al Gran Almirante Thrawn (algo recularon y vieron desde Disney en él para ser de lo poco que recuperaron del viejo universo expandido), y compren algún muñeco o maqueta, pero es testimonial respecto a lo que podría haber sido (y de ahí la cifra astronómica de la compra a Lucas, el potencial de negocio era enorme, una vieja generación nostálgica con dinero queriendo aficionar a la siguiente generación para girar la rueda otro cuarto de siglo). Pues no. Es lamentable.