Mouguias
Madmaxista
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Ojo a la leyenda que tiene más chicha de lo que parece (abajo, traducción):
[YOUTUBE]ugtC2VtCoSg[/YOUTUBE]
Las leyendas de mouras encantadas (en Asturias xanas, en Cantabria Injanas, etc) son muy corrientes por amplias zonas de la Península. El hada está sometida a un encantamiento, llega el héroe, la libera y ella le concede su tesoro... O todo lo contrario, el tipo resulta ser un fistro y ella le castiga.
En esta leyenda orensana, en cambio, el "tesoro" que otorga es un nuevo cultivo. Lo de enseñar a cultivar es un rasgo típico de los dioses en muchas mitologías: la moura del vídeo, de hecho, me huele de lejos a diosa pagana. Cuando se zampa bueyes como si fuesen rosquillas me recuerda a las divinidades celtas como el Dagda, Fergus o Medb, criaturas desmesuradas en sus apetitos para simbolizar que rebosan vida, para simbolizar la abundancia y la fertilidad. En esta leyenda los campesinos ofrecen su ganado a la moura y ella les recompensa, como una diosa que acepta los sacrificios de sus fieles. Al casarse con el guerrero ella está renovando el pacto con la tribu: el rey sagrado, esposo de la Tierra, garantiza la fertilidad de las cosechas y la renovación del cosmos.
Es un mito muy extendido en culturas de todo el mundo, pero me parece asombroso que haya sobrevivido a casi quince siglos de cristianización en la Península Ibérica.
[YOUTUBE]ugtC2VtCoSg[/YOUTUBE]
Aquí, en este castro, que es el Castro do Muro da Cidade, así le llaman, al lado de Medeiros, cuenta la leyenda que había una moura (un hada) que pretendió una vez a un soldado que venía de la guerra. Entonces el soldado aceptó la proposición y le dijo que quedarían en un sitio para consumar el trato. Ella tenía que tras*formarse primero en serpiente, él tenía que besar los labios de la serpiente para que ella se tras*formase en una mujer que fuese capaz de casarse con un hombre. Así sucedió, entonces ella se casó con el chaval, y vinieron a vivir a este sitio. Pero, ¿Qué pasó? Que ella tenía un hambre por lo visto descomunal. Se zampaba un buey o una vaca cada día, aquello era completamente insostenible, de manera que decidieron marchar y se marcharon para un sitio al que llaman A Quinta do Perú, por lo visto, que está ahí abajo en el valle del Támega. Pues, ¿Qué sucedió? Que en agradecemiento al buen trato recibido por los vecinos de Medeiros y de este contorno, ella les regaló nada más y nada menos que la planta de la que se hace el vino, la vid.
Las leyendas de mouras encantadas (en Asturias xanas, en Cantabria Injanas, etc) son muy corrientes por amplias zonas de la Península. El hada está sometida a un encantamiento, llega el héroe, la libera y ella le concede su tesoro... O todo lo contrario, el tipo resulta ser un fistro y ella le castiga.
En esta leyenda orensana, en cambio, el "tesoro" que otorga es un nuevo cultivo. Lo de enseñar a cultivar es un rasgo típico de los dioses en muchas mitologías: la moura del vídeo, de hecho, me huele de lejos a diosa pagana. Cuando se zampa bueyes como si fuesen rosquillas me recuerda a las divinidades celtas como el Dagda, Fergus o Medb, criaturas desmesuradas en sus apetitos para simbolizar que rebosan vida, para simbolizar la abundancia y la fertilidad. En esta leyenda los campesinos ofrecen su ganado a la moura y ella les recompensa, como una diosa que acepta los sacrificios de sus fieles. Al casarse con el guerrero ella está renovando el pacto con la tribu: el rey sagrado, esposo de la Tierra, garantiza la fertilidad de las cosechas y la renovación del cosmos.
Es un mito muy extendido en culturas de todo el mundo, pero me parece asombroso que haya sobrevivido a casi quince siglos de cristianización en la Península Ibérica.
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