Vlad_Empalador
Será en Octubre
No solo el Valle de los Caídos: el siniestro 'Tren de Negrín' o los trabajos forzados de la República
Entre 1937 y 1938, el presidente Juan Negrín ordenó construir una vía ferroviaria que conectara Madrid con Alicante con mano de obra de presos franquistas, la CAM usa ahora la Memoria Histórica para recordar su periplo
Construcción de la vía Negrín.
Por
Julio Martín Alarcón
03/09/2022 - 05:00
"En la última ofensiva ha habido unidades que pasaron hasta dos días sin comer y se ha cogido un documento al enemigo en el que el Jefe de una Brigada exhortaba a no ceder terreno pese al hambre y a la sed. Además, tratándose de individuos catalanes, y muchos movilizados forzosos, el efecto sería mayor...", el informe de noviembre de 1937 en frente de Aragón por parte del ejército de la II República daba cuenta de la situación extrema que generaba el corte de las líneas ferroviarias: "La paralización del tráfico ferroviario en el frente de Aragón, coincidiendo con una ofensiva nuestra, además de las dificultades de orden material que aquella lleva siempre consigo, originaría, en el caso particular de que se trata, una gran desmoralización, ya que, aun normalmente, se sabe que los servicios de abastecimiento son defectuosos a pesar de disponer de dos buenas líneas ferroviarias normales al frente".
Se ha tratado poco la cuestión del abastecimiento y la red ferroviaria en la Guerra Civil Española, que como casi todo lo demás quedó dividida al 50% al comienzo de la contienda, aunque con el avance de las tropas nacionales el bando de Franco fuera recuperando líneas para traslado de tropas, mercancías y demás que era una ventaja. Muy significativo resultó, en cambio, una de las operaciones más desconocidas de la contienda y que implicó la construcción en circunstancias dificilísimas de una vía de tren, sin apenas suministros ni capacidad técnica para conectar Madrid con Alicante y aliviar así a la capital de la extrema situación de escasez que se fue agravando con el tras*curso de la guerra.
La Batalla del Jarama interrumpe la comunicación entre Madrid y el Levante
Es la 'vía Negrín' o el 'Tren de los 40 días' —según la propaganda republicana de entonces— y que ahora quiere recuperar para la memoria la Comunidad de Madrid de Isabel Díaz Ayuso, aprovechando los fondos de la Ley de Memoria Democrática. Un movimiento que ha generado una gran polémica esta semana porque se construyó en gran parte con presos políticos obligados a realizar trabajos forzados, tal y como descubrió el investigador José María Olivera Marco. Es decir, no todo fue el Valle de los Caídos.
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El gran problema para la II República surgió con la Batalla del Jarama, que interrumpe las comunicaciones entre Madrid y el Levante. En general, las líneas ferroviarias de antes de la guerra, operadas por cuatro compañías, la de Caminos de Hierro del Norte, la de los Ferrocarriles de Madrid a Zaragoza y a Alicante, la Nacional de los Ferrocarriles del Oeste y la de los Ferrocarriles Andaluces quedaron de una forma u otra interrumpidas en su trazado original porque cada bando ocupó diversos tramos importantes aunque fuera el sublevado en inicio el que tuviera menos kilómetros.
Ferrocarril de emergencia
La que discurría entre Torrejón y Tarancón tenía el objetivo de asegurar la comunicación entre Madrid y Alicante. La línea había sido declarada por el Gobierno y por el Ministerio de Defensa Nacional y el Estado Mayor del Ejército como necesaria y de urgente construcción y puesta en servicio, lo que permitía una rápida construcción al poder prescindir del resto de la tramitación administrativa ordinaria una vez que el proyecto había sido aprobado.
Según María García Lozano: "La línea había quedado interceptaba en diversos puntos al sur de Getafe entre noviembre de 1936 y el verano de 1937, sobre todo en Ciempozuelos debido a los desplazamientos que se producían en el frente del Jarama. En este caso se diseñó una nueva línea, con nuevos tramos. El objetivo inicial era instalar un ferrocarril de emergencia que permitiera llevar trenes desde Madrid a la línea de Cuenca, y desde allí ir directos hasta Valencia, en previsión, eso sí, de la terminación de los trabajos en la línea Cuenca-Utiel".
Para poder cumplir los plazos, la República usó a los presos políticos como mano de obra forzada
Sin embargo, tal y como explica María García Lozano —'Evolución y construcción de los ferrocarriles durante la Guerra Civil española'—, los éxitos militares de los nacionales revierten pronto la situación, especialmente a partir de 1937 con la Campaña del Norte. En ese contexto lo peor para la República era la desconexión entre el centro y el Levante, que generaba un gran problema logístico, por lo que se decide entre otras construir la famosa vía Negrín, una modificación de la línea de Torrejón a Tarancón, que reconectaría con el resto del trazado y serviría para abastecer Madrid. La línea ideada por el mismo presidente Juan Negrín y el ministro de Obras Públicas, Giner de los Ríos, se proyectó con gran optimismo y un exceso de propaganda al afirmar que se completaría en 40 días primero, aunque al final fueran 15 meses.
La investigación de las fosas
Para empezar carecían de suministros y además para poder cumplir los plazos usaron a los presos políticos como mano de obra forzada, que es lo que ha levantado la polémica entre el gobierno de la Comunidad de Madrid y los defensores de la Ley de Memoria Democrática. ¿Un proyecto de recuperación de la memoria de la Guerra Civil que en esencia sacará a la luz las fosas de los fallecidos presos franquistas durante su ejecución?
Juan Negrín.
Aproximadamente hace tres años, José María Olivera Marco, investigador de la Guerra Civil que además conocía la zona porque vive cerca de los restos del trazado, decide investigar la ruta del conocido como Tren de Negrín, del que existían pocos datos, tal y como relata él mismo a El Confidencial: "Había poca documentación, pero en los archivos militares descubrí que se había utilizado mano de obra forzada, aproximadamente en un 18% del total", concretamente, según su investigación que se plasmó en su obra 'El tren de los 40 días', los presos políticos que fueron obligados a participar correspondían a los de los campos de trabajo de Pozuelo del Rey y Ambite, además de prisioneros de guerra recluidos en El Carrizal (Cuenca) y a una unidad disciplinaria del ejército republicano denominada Batallón Auxiliar de Fortificación.
J. M. Olivera descubre los campos de trabajo, la lista de los presos políticos y las ejecuciones
"Me planteó un problema porque no sabía si sacarlo a la luz por lo comprometido y al mismo tiempo que era absolutamente necesario. Lo más relevante además es que de ahí salían además los campos de trabajo de presos políticos de Pozuelo del Rey y Ambite y con ellas hasta las listas nominales de las personas que fueron obligadas a trabajar en la línea, de forma similar a lo que hicieron los nacionales con la línea Madrid-Burgos y el campo de Bustarviejo", explica Olivera Marco.
Testimonios orales y documentales
La investigación acabó en la Comunidad de Madrid con el objetivo de recuperar y señalizar el trazado del antiguo tren como ruta turística y lo que ha resultado más polémico después de haber sido encajado dentro de los proyectos que contempla la ley de memoria, porque Olivera Marco descubre además por diversos testimonios orales y documentales que alrededor del cementerio de Ambite y del trazado se produjeron ejecuciones extraoficiales, sin que se conozca el número, aunque existe evidencia de fosas comunes "que deben ser investigadas para confirmarse por arqueólogos y científicos", según el investigador.
Uno de los tramos de la vía Negrín desmantelados que se quieren recuperar.
A pesar de todo, la conocida como vía Negrín, construida con parte de mano de obra forzada para la polémica actual, no sirvió al final para gran cosa. Tras el fin del conflicto, la línea que con tanto esfuerzo se había construido, fue desmontada. Pedro Corral, experto en Guerra Civil y miembro de la asamblea de Madrid por el PP, ha remarcado que el principal objetivo era recuperar una visita turística por el recorrido histórico, sin negar que "se ha sumado la búsqueda de fosas de represaliados ligadas a los campos de prisioneros utilizados por el gobierno republicano como mano de obra forzosa, incluidos los condenados a un batallón disciplinario de su propio ejército".
Es indudable que los límites de la Memoria Democrática no pueden estar suscritos a un solo bando de los contendientes en la Guerra Civil. Es lo que concluye José María Olivera Marco, que se aleja de cuestiones políticas: "los caídos en un bando son los mismos que en el otro, más allá de cualquier otra consideración, como también lo fueron los de Bustarviejo en el caso del bando nacional".
Entre 1937 y 1938, el presidente Juan Negrín ordenó construir una vía ferroviaria que conectara Madrid con Alicante con mano de obra de presos franquistas, la CAM usa ahora la Memoria Histórica para recordar su periplo
Construcción de la vía Negrín.
Por
Julio Martín Alarcón
03/09/2022 - 05:00
"En la última ofensiva ha habido unidades que pasaron hasta dos días sin comer y se ha cogido un documento al enemigo en el que el Jefe de una Brigada exhortaba a no ceder terreno pese al hambre y a la sed. Además, tratándose de individuos catalanes, y muchos movilizados forzosos, el efecto sería mayor...", el informe de noviembre de 1937 en frente de Aragón por parte del ejército de la II República daba cuenta de la situación extrema que generaba el corte de las líneas ferroviarias: "La paralización del tráfico ferroviario en el frente de Aragón, coincidiendo con una ofensiva nuestra, además de las dificultades de orden material que aquella lleva siempre consigo, originaría, en el caso particular de que se trata, una gran desmoralización, ya que, aun normalmente, se sabe que los servicios de abastecimiento son defectuosos a pesar de disponer de dos buenas líneas ferroviarias normales al frente".
Se ha tratado poco la cuestión del abastecimiento y la red ferroviaria en la Guerra Civil Española, que como casi todo lo demás quedó dividida al 50% al comienzo de la contienda, aunque con el avance de las tropas nacionales el bando de Franco fuera recuperando líneas para traslado de tropas, mercancías y demás que era una ventaja. Muy significativo resultó, en cambio, una de las operaciones más desconocidas de la contienda y que implicó la construcción en circunstancias dificilísimas de una vía de tren, sin apenas suministros ni capacidad técnica para conectar Madrid con Alicante y aliviar así a la capital de la extrema situación de escasez que se fue agravando con el tras*curso de la guerra.
La Batalla del Jarama interrumpe la comunicación entre Madrid y el Levante
Es la 'vía Negrín' o el 'Tren de los 40 días' —según la propaganda republicana de entonces— y que ahora quiere recuperar para la memoria la Comunidad de Madrid de Isabel Díaz Ayuso, aprovechando los fondos de la Ley de Memoria Democrática. Un movimiento que ha generado una gran polémica esta semana porque se construyó en gran parte con presos políticos obligados a realizar trabajos forzados, tal y como descubrió el investigador José María Olivera Marco. Es decir, no todo fue el Valle de los Caídos.
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El gran problema para la II República surgió con la Batalla del Jarama, que interrumpe las comunicaciones entre Madrid y el Levante. En general, las líneas ferroviarias de antes de la guerra, operadas por cuatro compañías, la de Caminos de Hierro del Norte, la de los Ferrocarriles de Madrid a Zaragoza y a Alicante, la Nacional de los Ferrocarriles del Oeste y la de los Ferrocarriles Andaluces quedaron de una forma u otra interrumpidas en su trazado original porque cada bando ocupó diversos tramos importantes aunque fuera el sublevado en inicio el que tuviera menos kilómetros.
Ferrocarril de emergencia
La que discurría entre Torrejón y Tarancón tenía el objetivo de asegurar la comunicación entre Madrid y Alicante. La línea había sido declarada por el Gobierno y por el Ministerio de Defensa Nacional y el Estado Mayor del Ejército como necesaria y de urgente construcción y puesta en servicio, lo que permitía una rápida construcción al poder prescindir del resto de la tramitación administrativa ordinaria una vez que el proyecto había sido aprobado.
Según María García Lozano: "La línea había quedado interceptaba en diversos puntos al sur de Getafe entre noviembre de 1936 y el verano de 1937, sobre todo en Ciempozuelos debido a los desplazamientos que se producían en el frente del Jarama. En este caso se diseñó una nueva línea, con nuevos tramos. El objetivo inicial era instalar un ferrocarril de emergencia que permitiera llevar trenes desde Madrid a la línea de Cuenca, y desde allí ir directos hasta Valencia, en previsión, eso sí, de la terminación de los trabajos en la línea Cuenca-Utiel".
Para poder cumplir los plazos, la República usó a los presos políticos como mano de obra forzada
Sin embargo, tal y como explica María García Lozano —'Evolución y construcción de los ferrocarriles durante la Guerra Civil española'—, los éxitos militares de los nacionales revierten pronto la situación, especialmente a partir de 1937 con la Campaña del Norte. En ese contexto lo peor para la República era la desconexión entre el centro y el Levante, que generaba un gran problema logístico, por lo que se decide entre otras construir la famosa vía Negrín, una modificación de la línea de Torrejón a Tarancón, que reconectaría con el resto del trazado y serviría para abastecer Madrid. La línea ideada por el mismo presidente Juan Negrín y el ministro de Obras Públicas, Giner de los Ríos, se proyectó con gran optimismo y un exceso de propaganda al afirmar que se completaría en 40 días primero, aunque al final fueran 15 meses.
La investigación de las fosas
Para empezar carecían de suministros y además para poder cumplir los plazos usaron a los presos políticos como mano de obra forzada, que es lo que ha levantado la polémica entre el gobierno de la Comunidad de Madrid y los defensores de la Ley de Memoria Democrática. ¿Un proyecto de recuperación de la memoria de la Guerra Civil que en esencia sacará a la luz las fosas de los fallecidos presos franquistas durante su ejecución?
Juan Negrín.
Aproximadamente hace tres años, José María Olivera Marco, investigador de la Guerra Civil que además conocía la zona porque vive cerca de los restos del trazado, decide investigar la ruta del conocido como Tren de Negrín, del que existían pocos datos, tal y como relata él mismo a El Confidencial: "Había poca documentación, pero en los archivos militares descubrí que se había utilizado mano de obra forzada, aproximadamente en un 18% del total", concretamente, según su investigación que se plasmó en su obra 'El tren de los 40 días', los presos políticos que fueron obligados a participar correspondían a los de los campos de trabajo de Pozuelo del Rey y Ambite, además de prisioneros de guerra recluidos en El Carrizal (Cuenca) y a una unidad disciplinaria del ejército republicano denominada Batallón Auxiliar de Fortificación.
J. M. Olivera descubre los campos de trabajo, la lista de los presos políticos y las ejecuciones
"Me planteó un problema porque no sabía si sacarlo a la luz por lo comprometido y al mismo tiempo que era absolutamente necesario. Lo más relevante además es que de ahí salían además los campos de trabajo de presos políticos de Pozuelo del Rey y Ambite y con ellas hasta las listas nominales de las personas que fueron obligadas a trabajar en la línea, de forma similar a lo que hicieron los nacionales con la línea Madrid-Burgos y el campo de Bustarviejo", explica Olivera Marco.
Testimonios orales y documentales
La investigación acabó en la Comunidad de Madrid con el objetivo de recuperar y señalizar el trazado del antiguo tren como ruta turística y lo que ha resultado más polémico después de haber sido encajado dentro de los proyectos que contempla la ley de memoria, porque Olivera Marco descubre además por diversos testimonios orales y documentales que alrededor del cementerio de Ambite y del trazado se produjeron ejecuciones extraoficiales, sin que se conozca el número, aunque existe evidencia de fosas comunes "que deben ser investigadas para confirmarse por arqueólogos y científicos", según el investigador.
Uno de los tramos de la vía Negrín desmantelados que se quieren recuperar.
A pesar de todo, la conocida como vía Negrín, construida con parte de mano de obra forzada para la polémica actual, no sirvió al final para gran cosa. Tras el fin del conflicto, la línea que con tanto esfuerzo se había construido, fue desmontada. Pedro Corral, experto en Guerra Civil y miembro de la asamblea de Madrid por el PP, ha remarcado que el principal objetivo era recuperar una visita turística por el recorrido histórico, sin negar que "se ha sumado la búsqueda de fosas de represaliados ligadas a los campos de prisioneros utilizados por el gobierno republicano como mano de obra forzosa, incluidos los condenados a un batallón disciplinario de su propio ejército".
Es indudable que los límites de la Memoria Democrática no pueden estar suscritos a un solo bando de los contendientes en la Guerra Civil. Es lo que concluye José María Olivera Marco, que se aleja de cuestiones políticas: "los caídos en un bando son los mismos que en el otro, más allá de cualquier otra consideración, como también lo fueron los de Bustarviejo en el caso del bando nacional".