Chimpu
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- La proyección de la OCDE muestra que hasta 11 países pueden superar a España
- España se enfrenta a años de un crecimiento de la productividad muy débil
- El PIB per cápita de España no convergerá con el de la zona euro ni EEUU
Qué le pasa a España?
Aunque España no es el único país cuyo crecimiento de la renta per cápita se ve relativamente estancado, sí es cierto que es el único que sufre este parón de forma tan prematura. Que países como Dinamarca, Suiza o Luxemburgo vean ralentizado el avance su PIB per cápita resulta lógico, puesto que estas economías han alcanzado un estadio de desarrollo muy avanzado (el más alto del mundo), lo que no parece del todo corriente es que España, cuya renta per cápita aún está en la banda media o media-baja dentro de las economías desarrolladas, sufra este tipo de estancamiento.
Dinamarca o Suiza tienen unos sistemas productivos que ya incorporan la tecnología más avanzada y las técnicas más sofisticadas, mientras que sus mercados laborales están funcionando a pleno rendimiento (empleo pleno). Su margen para seguir creciendo es reducido. Sin embargo, España tiene mucho espacio en ambos campos.
Los datos que proyecta la OCDE dejan insisten en los problemas que lleva sufriendo la economía de España desde hace años, pero también alerta de los problemas a los que se enfrentará en el futuro. Por un lado, aparece el bajo crecimiento de lo que la OCDE denomina eficiencia del trabajo, que viene a ser la productividad de una forma sencilla. La productividad apenas ha crecido un 0,1% anual en el periodo 2007-2020. El organismo internacional confirma que el periodo 2007-2020 ha sido una década (y tres años) casi perdidos. La baja productividad y competitividad de las empresas españolas (muy centradas en sectores de bajo valor añadido) es uno de los lastres del crecimiento.
La productividad apenas crece
Aun así, la OCDE se mostraba optimista y preveía en el informe publicado a finales del año pasado que este indicador se incremente en un 0,4% anual durante esta década y en un 0,9% por año entre 2030 y 2060. Esta previsión da por hecha una mejora notable respecto a lo que se viene viendo en la economía de España en los últimos 20 años. Aun así, el incremento de la productividad sería del todo insuficiente para que España logre converger con la zona euro o EEUU. Más bien sucederá lo contrario.
Por otro lado, aparece el problema de la demografía. La OCDE prevé en la porción de población en edad de trabajar se incremente de media un 0,1% anual esta década. Sin embargo, para el periodo 2030-2060 prevé una contracción anual del 0,5%, siendo España (junto con Grecia) el país más castigado de toda la muestra (38 países y dos bloques económicos). De hecho, la OCDE cree que la caída de la población en edad de trabajar será el principal factor que detraerá crecimiento del PIB per cápita en las próximas décadas. La ONU muestra en sus proyecciones base que la población (general, no solo la que tiene edad para trabajar) de España comenzará a caer en 2025, llegando a perder incluso la zona de los 40 millones de habitantes en 2060.
Los motores que impulsan la economía a largo plazo están gripados en España, aunque en el corto plazo puede haber movimientos al alza por factores cíclicos. Habrá años peores y mejores, pero el escenario de varias décadas vista es tenebroso. El crecimiento económico viene determinado por un incremento de los factores de producción (tierra, capital y trabajo) o por un aumento de lo que se conoce como productividad total de los factores (PTF). Salvo que se produzca una revolución, la productividad, un nuevo baby boom, una avalancha migratoria o alguno otro hecho poco probable, la economía de España parece condenada a sufrir décadas de mediocridad económica.
Además, España tiene una desventaja importante también respecto a varios de los países que van a posicionarse por delante en el ranking de renta per cápita: la deuda pública y el déficit estructural. Otra vía para estimular el crecimiento, al menos en el corto plazo, es el gasto público. Sin embargo, España tiene una deuda sobre PIB del 110%. Ahora que la marea de la inflación se ha reducido, parece poco probable que este ratio se vaya a reducir, sobre todo porque el déficit estructural (no tiene en cuenta el ciclo económico) es de los más altos de los países avanzados.
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