Tanto el Departamento de Conservación Ambiental de Nueva York como la Junta Regional de Control de Calidad de Agua de California para la Región Costera Central criticaron la utilización de agua de ríos y costas para refrigerar centrales nucleares. Las autoridades estatales llegaron a la conclusión de que la operación rutinaria de centrales nucleares está matando a miles de millones de peces, destruyendo hábitats acuáticos y marinos al extraer inmensas cantidades de agua cada día para devolverla como agua caliente.
Las centrales nucleares como Indian Point, de la nucleoeléctrica Entergy, sobre el Río Hudson en Nueva York, y Diablo Canyon, de Pacific Gas & Electric (PG&E), en la costa central de California, sustraen más de 2,5 mil millones de galones (9,5 millones de metros cúbicos) de agua diaria por planta, para enfriar el vapor generado utilizado para hacer girar turbinas para la producción de electricidad.
En un sistema de refrigeración de paso único, el agua fluvial se utiliza para refrigerar el vapor del circuito de la turbina y luego se vuelve a arrojar directamente al río. La alternativa a la refrigeración de paso único es la utilización de torres de refrigeración. El agua que circula en una torre de refrigeración se extrae mediante aire exterior, requiriendo menos agua de ríos y liberando así menos agua caliente. No obstante, las torres de refrigeración grandes aumentan el impacto visual de una central nuclear y "arruinan" los planes de la industria nuclear de ser "libres de emisiones".
Un estudio realizado por el Departamento de Conservación Ambiental de Nueva York, publicado el 11 de julio de 2003, analizó no solo los dos reactores que Entergy posee en Indian Point, fuentes de la mayor contaminación térmica del Río Hudson, sino los reactores sexto y séptimo más grandes alimentados por combustible fósil que utilizan sistemas de refrigeración de paso único en el mismo río.
Las instalaciones de energía eléctrica combinadas extraen 1,69 billones de galones (6,4 mil millones de metros cúbicos) de agua anualmente, más de tres veces el agua utilizada cada año por 9 millones de habitantes de la ciudad de Nueva York y dos condados vecinos. El estudio halló que el daño mayor se produce cuando miles de millones de peces y larvas son succionados (arrastrados) hacia los condensadores de refrigeración de la central y luego mueren al ser arrojados al río con el agua calentada a 35° Fahrenheit (19° centígrados) más que la temperatura del agua sustraída.
El estudio estatal concluyó además que el agua que se volvía a arrojar al estuario con régimen de marea del Hudson producía más daños de los que se suponía. El vertido térmico combinado de las tres plantas generadoras de electricidad, 220 billones de BTUs por año (232 millones de gigajulios), es la cantidad equivalente al calor generado por la detonación de una bomba nuclear del tamaño de la de Hiroshima cada aproximadamente dos horas (1). Como resultado, especies enteras de peces y vegetación están desapareciendo de los mayores tramos del río, víctimas de los vertidos de agua caliente.
El 10 de julio de 2003, la Junta Regional de Control de Calidad de Agua de California para la Costa Central hizo referencia al mismo tipo de destrucción en el ambiente marino costero de Caleta Diablo, proveniente de dos reactores de 1000 megavatios de la central nuclear Diablo Canyon. La comisión de agua costera le retiró su apoyo a un convenio propuesto con anterioridad, según el cual PG&E tendría que conservar 2000 acres de terreno al norte del reactor y desembolsar US$ 4 millones para proyectos de restauración marina, que contemplaban la alimentación de abulones (orejas marinas) y la repoblación de las aguas costeras.
Al final, la junta de agua rechazó la propuesta luego de que organizaciones ecologistas como Earth Corp, Mothers For Peace y NIRS, junto con un equipo estatal de biólogos marinos, criticaran el hecho de que el convenio no compensaría los constantes daños marinos productos de la operación continua del sistema de refrigeración. La zona de impacto termal de la costa resultó ser mayor de lo previsto. Field’s Cove, destinada a ser una zona de control costero para estudiar el impacto de los vertidos de la central nuclear sobre Caleta Diablo, recibe periódicamente la contaminación térmica de los reactores situados a alrededor de dos millas.
El actual impacto de los vertidos implica importantes reducciones de hábitats y especies de peces, y la pérdida casi completa de algunas especies marinas e importantes aumentos de "roca pelada" en Caleta Diablo. Las autoridades estatales y PG&E deben volver a empezar para encontrar una solución que pueda incluir una orden de cesar y abstenerse emitida por el estado respecto a la operación de Diablo Canyon.
En ambos casos, conforme a la Ley Agua Pura, las autoridades estatales podrían ordenarles a las centrales nucleares dejar de utilizar el río y las aguas costeras como fuente primaria para refrigerar los reactores y cambiar el sistema de refrigeración por torres de refrigeración. Tal ejecución resulta poco probable sin un considerable aumento de la presión pública. Aunque las torres de refrigeración utilizan un caudal de agua mucho menor (30 millones de galones diarios), las empresas de energía nuclear argumentan categóricamente que su construcción y reducida eficacia de refrigeración son económicamente prohibitivas.
Tal oposición de carácter financiero, basada en los "análisis de costo/ganancias", bloqueó en repetidas oportunidades el mejoramiento de las centrales nucleares que dependen del nocivo y poco económico sistema. Con todo, la creciente destrucción de los medios acuáticos y marinos es potencialmente irreversible si se permite que continúe la operación de sistemas de refrigeración de paso único sin ningún tipo de controles. Esto brinda un motivo más para exigir la eliminación de la energía nuclear.
En febrero de 2001, NIRS y el Safe Energy Communication Council publicaron el infome Licensed to Kill: how the nuclear power industry destroys endangered marine wildlife and ocean habitat to save money (Licencia para apiolar: cómo destruye la industria nuclear la fauna y flora marina en peligro de extinción y los hábitats oceánicos para ahorrar dinero) (ver WISE News Communique 544.5252: "Cooling water systems kill marine wildlife"). El informe relata las devastadoras consecuencias de los vertidos de agua caliente sobre la fauna y flora marina