AAAAAAAAAAAAAAHHHHHHH!!!!
✟ Católico converso ✟
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Así es amigos. Sepan que en el pasado dediqué innumerables esfuerzos a tratar de ayudar a la gente de burbuja.info a desarrollar una sensibilidad artística pareja a la mía en lo referente al séptimo arte pero un día comprendí horrorizado que mis ademanes caían en saco rato viendo las malas reacciones y decidí colgar la pluma en este foro, amigos (naturalmente proseguí colaborando en innumerables proyectos y publicaciones aportando gran valor).
Pero tras revisitar esta insufrible cinta, por llamarla de alguna manera, comprendí que era mi deber jovenlandesal volver y explicarles porque la mayoría de la gente están equivocados con esta cinta y cómo les han engañado, amigos, de la manera más elemental y simple posible, de modo que mi educativo mensaje pueda llegar a al máximo de personas por simples que sean. Carpe diem.
Ya he apuntado en varias ocasiones que el cine es un "arte" bastante mediocre. Sometido a la industrialización masiva y a la dictadura del "vulgo" lo que más vende es cosa. Pero si uno quiere quedar bien ante un grupo de "culturetas" siempre habrá de señalar que "El Padrino" es un obra maestra.
El "culturetismo" es una tendencia, esencialmente, ególatra, que encontramos en algunos "borregos" incultos y simples que para ser más "guays" deciden considerarse a sí mismos muy cultos y eruditos. Encontramos un ejemplo nacional en la figura de "Sánchez Dragó" pero también existe a nivel de "calle" e, incluso, en burbuja.info. Los "culturetas" que, realmente, son unos pobres ignorantes van por la vida pretendiendo presumir de sus cualidades intelectuales y tienen cierta tendencia a citar "pensamientos profundos" de filósofos, nombrar poetas de vanguardia y acudir a ver películas de cine independiente iraní, todo en el mismo paquete. La forma más rápida de "cazar" a un "cultureta enterado" es preguntarle por su opinión sobre esta película, si te dice que es genial será el momento de terminar con la conversación.
Este película, a juicio de los "cultus", refleja de pobreza inherente a la propia humanidad y esconde una sabia jovenlandesaleja que dice así: "el poder no hace la felicidad". Esta enunciación tan "progre" (sobra decir que soy un pensador de izquierdas, para los que ven todo en blanco y neցro) esconde la absoluta ingenuidad del que lo dice. Que el poder no da la felicidad debería ser algo que ya no se debería enunciar en pleno siglo XX, por puro aburrimiento, pues viene siendo dicho desde la "Ética a Nicómaco" de Aristóteles, por situar una fecha no muy lejana (sólo un par de miles de años y pico). Que la jovenlandesaleja de este "film" sea tan pobre y tan explotada ya habla mal sobre él.
Esta película, como todo el cine que servidor ha visto, es una cosa poco buena más dentro de un arte que ha caído lo más bajo posible. Y no por falta de recursos, pues el cine, al mezclar sonido con imagen podría constituir una excelente herramienta artística pero, reitero, como debe vender y la gente quiere "cosa alienante" pues es necesario crear tal "cosa alienante" para que la gente viva feliz.
No quiero tener que insistir más en lo "bajo" y "degradante" de ese arte llamado cine que, por estar sometido al dictado de las masas sólo es capaz de generar cosa que es consumida masivamente. Sin embargo, encontramos personajes que, pensando lo mismo que yo, se dedican a disfrutar de las obras maestras de este "arte bajo": cine independiente iraní, "frikadas" independientes, "bodrios" hollywoodienses, son capaces de ingerir cualquier cosa que les haga peores personas y les "embrutezca" de tal manera que su visión del mundo quede lastrada para siempre. Entre estos "diletantes" encontramos los amantes de "El padrino".
"El padrino" es la típica película de tiros que nada aporta al conjunto de la masa humana salvo "embrutecimiento abyecto". La gente y, en especial, los "culturetas", la consideran genial por motivos que, francamente, desconozco. Quizá los diálogos que, filosóficamente no aportan nada, sean lo más destacado, junto con cierta atmósfera siniestra que, aún siendo ridícula, parece cautivar la ingenuidad de algunos cinéfilos. Pero no nos engañemos, "el padrino" no es más que una ridícula recreación del cine de tiros y mafiosos cargada de "cliches" y estereotipos sobre la naturaleza humana y la "familia".
El papel de Marlon Brando es penosamente ridículo (sólo le he visto hacer algo medianamente bueno en "el último tango en París" si es que era él el actor, que ya ni me acuerdo) , infantil y lamentable, con esas "patatas" metidas en la boca, cada vez que dice algo me "troncho" de risa. Al Pacino, como casi siempre, hace un papel lamentable, de "buenazo", como si tuviera sentimientos, cosa de la que todos adolecemos pero que estamos empeñados en reinvindicar. El director, que con ese apellido debería dedicarse al cine prono, es malo con ganas, yo creo que no sabe ni lo que es una cámara y, para colmo, ahora hasta la hija se dedica a esto de la degradación, superando al padre con creces en la creación y recreación de sarama multimedia.
Sin duda, el tipo de personas que aman este film son los mismos que cogen a Nietzsche y lo leen tan mal que han destruido su imagen para siempre, son amantes de "missreading", la mala lectura, el culturetismo de barrio. "El padrino", ya el título es una cosa, es una de esas películas que te trastornan para siempre. A mí me aburrió terriblemente, encima es larga y costosa, más dura que un fin de semana sin comer.
No la vean, amigos, si es que aún no la han visto y si la han visto no la vuelvan a ver. Y tampoco vean su secuela, pues en el caso de "El Padrino II" nuevamente estamos ante una "película" de género de "tiros", es decir, de proyectiles que emergen desde sus respectivos impulsores en forma de revólveres. Este género parece fascinar a la "masa", a la "muchedumbre", totalmente embrutecida por la cinematografía moderna, por el MHYV y el TikTok. Se unen estos tres factores para fabricar al sujeto moderno, un sujeto esencialmente carente de todo lo que nos diferencia estructuralmente del orangután africano.
Ya lo dijo Heidegger: "El padrino II no sirve ni para ser visionada por orangutanes" (Martin Heidegger, Gesamtausgabe, Tomo MMMMXXXXIII, p. 2340). Sin embargo, parece divertir, y hasta algunos la consideran estéticamente satisfactoria, a los seres humanos. Esta apreciación pone en cuestión la teoría evolutiva de Charles Darwin que situaba, cognitivamente, a los humanos por encima de los orangutanes. Estamos, por tanto, y gracias a esta película, a punto de sufrir un salto epistemológico, una evolución cognoscitiva hacia un nuevo paradigma biológico que situará a los orangutanes por encima del género humano como "reyes y señores" del planeta Tierra.
El padrino II no es más que una mezcla inconexa de imágenes y palabras que, con cierto encantimiento, parecen tener un hilo conductor que, desde la perspectiva "fenomenológica" aplicada por servidor, no existe. La gente queda estupefacta ante su visionado por cuestiones relacionadas con la "alienación hipnótica" del "neocortex spinozista". Pero, no nos engañemos, estamos ante un mal producto, mal rodado, mal filmado, con mal guión y ridículamente interpretado. Otra vez con una interpretación dantesca de Al Pacino y una bochornosa participación de Robert De Niro.
En definitiva, amigos, malas películas ambas, no las vean y si las han visto, olvídenlas.
Pero tras revisitar esta insufrible cinta, por llamarla de alguna manera, comprendí que era mi deber jovenlandesal volver y explicarles porque la mayoría de la gente están equivocados con esta cinta y cómo les han engañado, amigos, de la manera más elemental y simple posible, de modo que mi educativo mensaje pueda llegar a al máximo de personas por simples que sean. Carpe diem.
Ya he apuntado en varias ocasiones que el cine es un "arte" bastante mediocre. Sometido a la industrialización masiva y a la dictadura del "vulgo" lo que más vende es cosa. Pero si uno quiere quedar bien ante un grupo de "culturetas" siempre habrá de señalar que "El Padrino" es un obra maestra.
El "culturetismo" es una tendencia, esencialmente, ególatra, que encontramos en algunos "borregos" incultos y simples que para ser más "guays" deciden considerarse a sí mismos muy cultos y eruditos. Encontramos un ejemplo nacional en la figura de "Sánchez Dragó" pero también existe a nivel de "calle" e, incluso, en burbuja.info. Los "culturetas" que, realmente, son unos pobres ignorantes van por la vida pretendiendo presumir de sus cualidades intelectuales y tienen cierta tendencia a citar "pensamientos profundos" de filósofos, nombrar poetas de vanguardia y acudir a ver películas de cine independiente iraní, todo en el mismo paquete. La forma más rápida de "cazar" a un "cultureta enterado" es preguntarle por su opinión sobre esta película, si te dice que es genial será el momento de terminar con la conversación.
Este película, a juicio de los "cultus", refleja de pobreza inherente a la propia humanidad y esconde una sabia jovenlandesaleja que dice así: "el poder no hace la felicidad". Esta enunciación tan "progre" (sobra decir que soy un pensador de izquierdas, para los que ven todo en blanco y neցro) esconde la absoluta ingenuidad del que lo dice. Que el poder no da la felicidad debería ser algo que ya no se debería enunciar en pleno siglo XX, por puro aburrimiento, pues viene siendo dicho desde la "Ética a Nicómaco" de Aristóteles, por situar una fecha no muy lejana (sólo un par de miles de años y pico). Que la jovenlandesaleja de este "film" sea tan pobre y tan explotada ya habla mal sobre él.
Esta película, como todo el cine que servidor ha visto, es una cosa poco buena más dentro de un arte que ha caído lo más bajo posible. Y no por falta de recursos, pues el cine, al mezclar sonido con imagen podría constituir una excelente herramienta artística pero, reitero, como debe vender y la gente quiere "cosa alienante" pues es necesario crear tal "cosa alienante" para que la gente viva feliz.
No quiero tener que insistir más en lo "bajo" y "degradante" de ese arte llamado cine que, por estar sometido al dictado de las masas sólo es capaz de generar cosa que es consumida masivamente. Sin embargo, encontramos personajes que, pensando lo mismo que yo, se dedican a disfrutar de las obras maestras de este "arte bajo": cine independiente iraní, "frikadas" independientes, "bodrios" hollywoodienses, son capaces de ingerir cualquier cosa que les haga peores personas y les "embrutezca" de tal manera que su visión del mundo quede lastrada para siempre. Entre estos "diletantes" encontramos los amantes de "El padrino".
"El padrino" es la típica película de tiros que nada aporta al conjunto de la masa humana salvo "embrutecimiento abyecto". La gente y, en especial, los "culturetas", la consideran genial por motivos que, francamente, desconozco. Quizá los diálogos que, filosóficamente no aportan nada, sean lo más destacado, junto con cierta atmósfera siniestra que, aún siendo ridícula, parece cautivar la ingenuidad de algunos cinéfilos. Pero no nos engañemos, "el padrino" no es más que una ridícula recreación del cine de tiros y mafiosos cargada de "cliches" y estereotipos sobre la naturaleza humana y la "familia".
El papel de Marlon Brando es penosamente ridículo (sólo le he visto hacer algo medianamente bueno en "el último tango en París" si es que era él el actor, que ya ni me acuerdo) , infantil y lamentable, con esas "patatas" metidas en la boca, cada vez que dice algo me "troncho" de risa. Al Pacino, como casi siempre, hace un papel lamentable, de "buenazo", como si tuviera sentimientos, cosa de la que todos adolecemos pero que estamos empeñados en reinvindicar. El director, que con ese apellido debería dedicarse al cine prono, es malo con ganas, yo creo que no sabe ni lo que es una cámara y, para colmo, ahora hasta la hija se dedica a esto de la degradación, superando al padre con creces en la creación y recreación de sarama multimedia.
Sin duda, el tipo de personas que aman este film son los mismos que cogen a Nietzsche y lo leen tan mal que han destruido su imagen para siempre, son amantes de "missreading", la mala lectura, el culturetismo de barrio. "El padrino", ya el título es una cosa, es una de esas películas que te trastornan para siempre. A mí me aburrió terriblemente, encima es larga y costosa, más dura que un fin de semana sin comer.
No la vean, amigos, si es que aún no la han visto y si la han visto no la vuelvan a ver. Y tampoco vean su secuela, pues en el caso de "El Padrino II" nuevamente estamos ante una "película" de género de "tiros", es decir, de proyectiles que emergen desde sus respectivos impulsores en forma de revólveres. Este género parece fascinar a la "masa", a la "muchedumbre", totalmente embrutecida por la cinematografía moderna, por el MHYV y el TikTok. Se unen estos tres factores para fabricar al sujeto moderno, un sujeto esencialmente carente de todo lo que nos diferencia estructuralmente del orangután africano.
Ya lo dijo Heidegger: "El padrino II no sirve ni para ser visionada por orangutanes" (Martin Heidegger, Gesamtausgabe, Tomo MMMMXXXXIII, p. 2340). Sin embargo, parece divertir, y hasta algunos la consideran estéticamente satisfactoria, a los seres humanos. Esta apreciación pone en cuestión la teoría evolutiva de Charles Darwin que situaba, cognitivamente, a los humanos por encima de los orangutanes. Estamos, por tanto, y gracias a esta película, a punto de sufrir un salto epistemológico, una evolución cognoscitiva hacia un nuevo paradigma biológico que situará a los orangutanes por encima del género humano como "reyes y señores" del planeta Tierra.
El padrino II no es más que una mezcla inconexa de imágenes y palabras que, con cierto encantimiento, parecen tener un hilo conductor que, desde la perspectiva "fenomenológica" aplicada por servidor, no existe. La gente queda estupefacta ante su visionado por cuestiones relacionadas con la "alienación hipnótica" del "neocortex spinozista". Pero, no nos engañemos, estamos ante un mal producto, mal rodado, mal filmado, con mal guión y ridículamente interpretado. Otra vez con una interpretación dantesca de Al Pacino y una bochornosa participación de Robert De Niro.
En definitiva, amigos, malas películas ambas, no las vean y si las han visto, olvídenlas.