Puedo contar con los dedos de las manos las veces en que fui a una discoteca. E iba a lo de siempre, conocer tias. Mi tasa de fracaso fue del 100%, obviamente. Con la musica a toda pastila no hay manera de hablar a alguien si no es gritando. Lo bueno es que a mi me gusta la musica y bailar, aunque ahora lo encuentro ridiculo. A veces, en fiestas internacioanles, los guiris se iban como mucho a las 2 mientras que los espanyoles se quedaban hasta las seis, borrachos como una cuba, sin una tia decente a la que ni siquiera mirar. Patetico.