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Haga cola en las taquillas del cine por... las acciones de las productoras
Por Antonio Santoyo
La compra de Lucas Films por Disney descubre que la industria del cine es una buena oportunidad.
En una galaxia muy, muy lejana, en un planeta azul (conocido popularmente como la Tierra) a mediados del siglo XIX, y con antecedentes como el la cámara oscura o el taumatropo, uno de los hombres que forjó lo que hoy llamamos 'modernidad', Thomas Alba Edison, inventó el kinetoscopio. Un dispositivo, limitado, que intentaba reproducir imágenes en movimiento. Y aunque no tuvo éxito, sirvió como punto de partida e inspiración para dos hermanos, de apellido Lumière, creadores del cinematógrafo.
El 28 de diciembre de 1895, en París, se conoce como fecha inicial para el cine como espectáculo después de que los hermanos Lumière proyectaran públicamente imágenes de un tren que se precipitaba hacia la cámara. Dice la leyenda que cuando se proyectaron las imágenes, la gente corrió de sus asientos, y es que realmente pensaban que la locomotora se abalanzaba sobre ellos. Quizá le llamaron la fábrica de sueños después de que George Mèliés tras*portara a su público, al infinito y más allá, gracias a su filme: Viaje a la luna en el año 1902.
Poco faltó para que el cine se convirtiera en un espectáculo con gran potencial lucrativo, por lo que no fue raro que nacieran pequeños estudios en la Costa Este de EEUU y Europa. En América las pequeñas firmas productoras se encontraban situadas en Nueva York y Nueva Jersey, y eran tan pequeñas que Edison, tras no haber logrado inventar el cine, las compró todas y las fusionó en algo que se conoció como Motion Pictures Patents, por lo que todo aquel que quisiera hacer cine tenía que acudir a él. Sin embargo, algunas firmas independientes, en su mayoría hijos de judíos europeos emigrados tras ser perseguidos por los rusos y austrohúngaros, prefirieron buscar una localización con mejor luz natural y donde la cuota de lluvia anual fuera relativamente baja. Y lo encontraron cerca de la frontera con México, en los arrabales de una ciudad conocida como Los Ángeles. El valle donde se instalaron pasaría a la historia con el nombre de Hollywood.
Fábricas de sueños
Así nacieron las Majors, aunque se hicieron grandes con el tiempo. Carl Laemle fundó Universal, Adolph Zukor emprendió bajo el nombre Paramount y en 1924 la fusión de tres estudios vio nacer a MGM. Poco más tarde William Fox trasladó su empresa al valle y David Sarnoff echó a andar RKO. En 1927, Warner Brothers estrenó la primera película sonora, El Cantor de Jazz.
La época de oro estuvo marcada por la estructura empresarial de las grandes productoras, y es que eran un oligopolio en toda la extensión de la palabra. Las firmas controlaban desde la preproducción hasta la posesión de las salas de cine, pasando por la exclusividad de los artistas. Las películas se vendían en bloque, así una mega producción iba acompañada de otras menos espectaculares para darles salida. Incluso Washington les apoyaba, el Presidente Hoover nombró un comisionado en Europa cuya tarea era defender los intereses del cine americano.
La fiesta terminó en 1948, pues las leyes antitrust alcanzaron a los magnates de la fábrica de sueños. El gobierno prohibió que los estudios fuesen también propietarios de las salas de exhibición e ilegalizó las ventas en bloque. Los tiempos cambiaban, tras la guerra la creciente clase media emigraba en busca de un chalet con jardín, lejos de los diminutos pisos y lejos de las salas de cine. El séptimo arte sufría para sobrevivir y cedió ante las ofertas de grandes corporaciones. Warner pasó a ser parte de Kinney Corporation; Paramount fue comprada por Gulf-Western petroleum; y 20th Century Fox fue absorbida por el petrolero Martin Davis.
En 1972 el cine resucitó de la mano de las súper producciones y de una nueva idea, el merchandising. Tiburón, producción de Universal, acuñó un nombre que se mantiene hasta nuestros días, blockbuster, que significa: revienta manzanas. La cola de la taquilla para ver el filme daba la vuelta a la manzana en varias salas. Gracias a esto, Warner logró independizarse y Rupert Murdoch se hizo con 20th Century Fox, y con un proyecto llamado: La Guerra de las Galaxias.
Aunque no es la primera saga cinematográfica, sí ha sido de las más rentables tanto dentro de las salas como fuera. En 1977 Luke Skywalker recaudó más de 450 millones de dólares en taquilla, una cantidad estratosférica si consideramos que hoy por hoy News Corporation presenta un beneficio bruto de poco más de 6.000 millones de billetes verdes (poco menos del 10 por ciento). Así, las sagas se han convertido en la pauta a seguir; figuras de acción, derechos de tras*misión, publicidad y hasta los videojuegos han terminado de hacer al cine un producto rentable más allá de la pantalla.
Y nadie se ha quedado atrás, cada una de las Major' tiene sus propias series: Warner controla el mundo de los superhéroes, Harry Potter y El Señor de los Anillos; Paramount será siempre recordada por llevar a Marlon Brando al papel de El Padrino; Universal fue responsable de clásicos como E.T., El Precio del Poder (Scarface), Regreso al Futuro o Jurassic Park; 20th Century Fox ha sido multi galardonada por mega-producciones como Titanic, Avatar y Star Wars. Aunque ahora los Jedi llevan al poder la fuerza a la castillo de Disneyland.
La productora conocida más por sus parques temáticos y sus películas infantiles, se ha hecho con Lucas Films esta semana por casi 4.000 millones de dólares. Mickey Mouse es ahora dueño del lado oscuro y toda su fuerza, sobre todo la fuerza de una de las firmas más importantes de efectos especiales y el poder de una de las ideas más rentables de la historia en merchandaising. Tanto, que en el castillo de Anaheim California ya ponen fecha a la séptima entrega de la Guerra de las Galaxias, 2014.
Rentabilidad más allá de la pantalla
Los analistas saben bien que cuando hablamos de cine, lo hacemos de muchos millones de dólares, y más si se trata de series cinematográficas. Titanic, Avatar, El Señor de los Anillos, Harry Potter, Piratas del Caribe, Shrek, Toy Story, Batman y los tres primeros episodios de las Guerras de las Galaxias, son cintas que han recaudado más de 1.000 millones de dólares. Si tomamos en cuenta que el beneficio neto promedio de los cinco grandes de la comunicación (que incluyen también prensa, radio y televisión) ronda los 3.000 millones, así podemos darnos cuenta de la importancia de las grandes producciones para sus compañías.
Los cinco grandes conglomerados de comunicación reciben la recomendación de compra por parte del consenso de firmas de inversión que recoge FactSet. Y si aún le caben dudas sobre si el cine es rentable, sólo basta con echar un vistazo a las valoraciones de los expertos sobre el precio de las acciones de estas empresas. En los últimos tres meses han aumentado el precio objetivo de todas ellas. Comcast, propietaria de Universal Studios, ha visto mejorada su valoración en un 20 por ciento en los últimos 90 días. Lo mismo sucede con Time Warner, donde los analistas mejoran su precio objetivo más de un 15 por ciento. Aunque si de recomendaciones hablamos, la mejor en 12 semanas la presenta News Corporation del magnate Rupert Murdoch y propietaria de 20th Century Fox. Sin embargo, en el último mes las mejores cifras las posee Walt Disney, a pesar de que cae ligeramente en bolsa desde anunciar la compra de Lucas Films.
El promedio de subidas en bolsa durante 2012 de las cinco grandes supera el 30 por ciento, siendo lideradas por los títulos de Comcast que gana casi un 60 por ciento, y Viacom (propietaria de Paramount) con un 15 por ciento es la más rezagada. Veamos por donde las veamos, las cifras del cine en 2012 hablan por sí solas, es un buen momento para invertir en comunicación. Y no lo decimos nosotros, lo dice la media de los que más saben al respecto. El cine es una oferta que no podemos rechazar.
Tal vez, lo que puede ser un poco preocupante es que las historias parecen haber llegado a su fin y no se ve que en el horizonte próximo otra serie cinematográfica importante. Luke ya sabe que Vader es su padre, Frodo ha destruido el anillo, Harry se ha enfrentado a Voldemort, Ironman se queda sin enemigos y los vampiros de Crepúsculo están por entregar el último espisodio de su historia. Aún así, las grandes casas productoras siempre han encontrado nuevos personajes, tanto creándolos como rescatándolos. Quizá, Warner tenga más tela de dónde cortar, pues los superhéroes son más que rentables, y si se trata de tiras cómicas aún hay muchos personajes a los que el cine no ha hecho justicia.
Este año en bolsa, el cine tiene todos lo semaforos en verde, desde Batman hasta Luke Skywalker, pasando por Harry Potter, Los Juegos del Hambre, tras*formers y Frodo Bolsón, en 2012 las palomitas saben más dulces que saladas para los inversores. La gran pantalla ofrece grandes beneficios y no es cuestión de confiar en la fuerza, ni en anillos mágicos: los números no mienten, es elemental hasta para nuestro querido amigo Watson.
Haga cola en las taquillas del cine por... las acciones de las productoras - elEconomista.es
Por Antonio Santoyo
La compra de Lucas Films por Disney descubre que la industria del cine es una buena oportunidad.
En una galaxia muy, muy lejana, en un planeta azul (conocido popularmente como la Tierra) a mediados del siglo XIX, y con antecedentes como el la cámara oscura o el taumatropo, uno de los hombres que forjó lo que hoy llamamos 'modernidad', Thomas Alba Edison, inventó el kinetoscopio. Un dispositivo, limitado, que intentaba reproducir imágenes en movimiento. Y aunque no tuvo éxito, sirvió como punto de partida e inspiración para dos hermanos, de apellido Lumière, creadores del cinematógrafo.
El 28 de diciembre de 1895, en París, se conoce como fecha inicial para el cine como espectáculo después de que los hermanos Lumière proyectaran públicamente imágenes de un tren que se precipitaba hacia la cámara. Dice la leyenda que cuando se proyectaron las imágenes, la gente corrió de sus asientos, y es que realmente pensaban que la locomotora se abalanzaba sobre ellos. Quizá le llamaron la fábrica de sueños después de que George Mèliés tras*portara a su público, al infinito y más allá, gracias a su filme: Viaje a la luna en el año 1902.
Poco faltó para que el cine se convirtiera en un espectáculo con gran potencial lucrativo, por lo que no fue raro que nacieran pequeños estudios en la Costa Este de EEUU y Europa. En América las pequeñas firmas productoras se encontraban situadas en Nueva York y Nueva Jersey, y eran tan pequeñas que Edison, tras no haber logrado inventar el cine, las compró todas y las fusionó en algo que se conoció como Motion Pictures Patents, por lo que todo aquel que quisiera hacer cine tenía que acudir a él. Sin embargo, algunas firmas independientes, en su mayoría hijos de judíos europeos emigrados tras ser perseguidos por los rusos y austrohúngaros, prefirieron buscar una localización con mejor luz natural y donde la cuota de lluvia anual fuera relativamente baja. Y lo encontraron cerca de la frontera con México, en los arrabales de una ciudad conocida como Los Ángeles. El valle donde se instalaron pasaría a la historia con el nombre de Hollywood.
Fábricas de sueños
Así nacieron las Majors, aunque se hicieron grandes con el tiempo. Carl Laemle fundó Universal, Adolph Zukor emprendió bajo el nombre Paramount y en 1924 la fusión de tres estudios vio nacer a MGM. Poco más tarde William Fox trasladó su empresa al valle y David Sarnoff echó a andar RKO. En 1927, Warner Brothers estrenó la primera película sonora, El Cantor de Jazz.
La época de oro estuvo marcada por la estructura empresarial de las grandes productoras, y es que eran un oligopolio en toda la extensión de la palabra. Las firmas controlaban desde la preproducción hasta la posesión de las salas de cine, pasando por la exclusividad de los artistas. Las películas se vendían en bloque, así una mega producción iba acompañada de otras menos espectaculares para darles salida. Incluso Washington les apoyaba, el Presidente Hoover nombró un comisionado en Europa cuya tarea era defender los intereses del cine americano.
La fiesta terminó en 1948, pues las leyes antitrust alcanzaron a los magnates de la fábrica de sueños. El gobierno prohibió que los estudios fuesen también propietarios de las salas de exhibición e ilegalizó las ventas en bloque. Los tiempos cambiaban, tras la guerra la creciente clase media emigraba en busca de un chalet con jardín, lejos de los diminutos pisos y lejos de las salas de cine. El séptimo arte sufría para sobrevivir y cedió ante las ofertas de grandes corporaciones. Warner pasó a ser parte de Kinney Corporation; Paramount fue comprada por Gulf-Western petroleum; y 20th Century Fox fue absorbida por el petrolero Martin Davis.
En 1972 el cine resucitó de la mano de las súper producciones y de una nueva idea, el merchandising. Tiburón, producción de Universal, acuñó un nombre que se mantiene hasta nuestros días, blockbuster, que significa: revienta manzanas. La cola de la taquilla para ver el filme daba la vuelta a la manzana en varias salas. Gracias a esto, Warner logró independizarse y Rupert Murdoch se hizo con 20th Century Fox, y con un proyecto llamado: La Guerra de las Galaxias.
Aunque no es la primera saga cinematográfica, sí ha sido de las más rentables tanto dentro de las salas como fuera. En 1977 Luke Skywalker recaudó más de 450 millones de dólares en taquilla, una cantidad estratosférica si consideramos que hoy por hoy News Corporation presenta un beneficio bruto de poco más de 6.000 millones de billetes verdes (poco menos del 10 por ciento). Así, las sagas se han convertido en la pauta a seguir; figuras de acción, derechos de tras*misión, publicidad y hasta los videojuegos han terminado de hacer al cine un producto rentable más allá de la pantalla.
Y nadie se ha quedado atrás, cada una de las Major' tiene sus propias series: Warner controla el mundo de los superhéroes, Harry Potter y El Señor de los Anillos; Paramount será siempre recordada por llevar a Marlon Brando al papel de El Padrino; Universal fue responsable de clásicos como E.T., El Precio del Poder (Scarface), Regreso al Futuro o Jurassic Park; 20th Century Fox ha sido multi galardonada por mega-producciones como Titanic, Avatar y Star Wars. Aunque ahora los Jedi llevan al poder la fuerza a la castillo de Disneyland.
La productora conocida más por sus parques temáticos y sus películas infantiles, se ha hecho con Lucas Films esta semana por casi 4.000 millones de dólares. Mickey Mouse es ahora dueño del lado oscuro y toda su fuerza, sobre todo la fuerza de una de las firmas más importantes de efectos especiales y el poder de una de las ideas más rentables de la historia en merchandaising. Tanto, que en el castillo de Anaheim California ya ponen fecha a la séptima entrega de la Guerra de las Galaxias, 2014.
Rentabilidad más allá de la pantalla
Los analistas saben bien que cuando hablamos de cine, lo hacemos de muchos millones de dólares, y más si se trata de series cinematográficas. Titanic, Avatar, El Señor de los Anillos, Harry Potter, Piratas del Caribe, Shrek, Toy Story, Batman y los tres primeros episodios de las Guerras de las Galaxias, son cintas que han recaudado más de 1.000 millones de dólares. Si tomamos en cuenta que el beneficio neto promedio de los cinco grandes de la comunicación (que incluyen también prensa, radio y televisión) ronda los 3.000 millones, así podemos darnos cuenta de la importancia de las grandes producciones para sus compañías.
Los cinco grandes conglomerados de comunicación reciben la recomendación de compra por parte del consenso de firmas de inversión que recoge FactSet. Y si aún le caben dudas sobre si el cine es rentable, sólo basta con echar un vistazo a las valoraciones de los expertos sobre el precio de las acciones de estas empresas. En los últimos tres meses han aumentado el precio objetivo de todas ellas. Comcast, propietaria de Universal Studios, ha visto mejorada su valoración en un 20 por ciento en los últimos 90 días. Lo mismo sucede con Time Warner, donde los analistas mejoran su precio objetivo más de un 15 por ciento. Aunque si de recomendaciones hablamos, la mejor en 12 semanas la presenta News Corporation del magnate Rupert Murdoch y propietaria de 20th Century Fox. Sin embargo, en el último mes las mejores cifras las posee Walt Disney, a pesar de que cae ligeramente en bolsa desde anunciar la compra de Lucas Films.
El promedio de subidas en bolsa durante 2012 de las cinco grandes supera el 30 por ciento, siendo lideradas por los títulos de Comcast que gana casi un 60 por ciento, y Viacom (propietaria de Paramount) con un 15 por ciento es la más rezagada. Veamos por donde las veamos, las cifras del cine en 2012 hablan por sí solas, es un buen momento para invertir en comunicación. Y no lo decimos nosotros, lo dice la media de los que más saben al respecto. El cine es una oferta que no podemos rechazar.
Tal vez, lo que puede ser un poco preocupante es que las historias parecen haber llegado a su fin y no se ve que en el horizonte próximo otra serie cinematográfica importante. Luke ya sabe que Vader es su padre, Frodo ha destruido el anillo, Harry se ha enfrentado a Voldemort, Ironman se queda sin enemigos y los vampiros de Crepúsculo están por entregar el último espisodio de su historia. Aún así, las grandes casas productoras siempre han encontrado nuevos personajes, tanto creándolos como rescatándolos. Quizá, Warner tenga más tela de dónde cortar, pues los superhéroes son más que rentables, y si se trata de tiras cómicas aún hay muchos personajes a los que el cine no ha hecho justicia.
Este año en bolsa, el cine tiene todos lo semaforos en verde, desde Batman hasta Luke Skywalker, pasando por Harry Potter, Los Juegos del Hambre, tras*formers y Frodo Bolsón, en 2012 las palomitas saben más dulces que saladas para los inversores. La gran pantalla ofrece grandes beneficios y no es cuestión de confiar en la fuerza, ni en anillos mágicos: los números no mienten, es elemental hasta para nuestro querido amigo Watson.
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