Pues estaba yo pensando que puede que además de la exposición del todas prespitadoras y tal, y el sueño de esas caraduras por salir del la miseria, haya una segunda interpretación.
Porque ya es casualidad que en tantas películas, óperas y novelas sean unas meretrices las protagonistas, salvadas por el hombre que se enamora de ellas, algunos más pobres que las ratas y otros bohemios sin una lechuga que llevarse a la boca. Porque Audrey Herpburn en Desayuno con diamantes, Violeta en la Traviata o Nicole Kidman en Moulin Rouge eran todas cortesanas, pero sin embargo ellos variaban entre la nobleza y el pobre bohemio, todos consiguiendo el imposible de enamorar a una mujer que lo tiene prohibido ... romper la numantina oposición de ellas, conseguir lo que ninguno había conseguido antes ... ¿no me digais que no os poneis palotes?.
Así que menos todas prespitadoras y tal, y a mirarse más al espejo, que esto es para consumo masculino y para tener la conciencia tranquila cuando vamos a un club creyendo que allí va a estar la mujer de nuestra vida a la que rescataremos y le pondremos un pisito.
La explicación a eso en negrita es mucho más simple. Las mujeres se limitan a hacer el mismo papel en la vida (Julia=Audrey=Nicole=tdspts) mientras que en los hombres hay más variedad y no son tan lineales, los hay de todos los tipos (noble, bohemio, pobres,...).