El otro día se me ocurrió entrar al DIA del pueblo donde ahora resido. Eran las 20:00, y ya estaban barriendo los pasillos como para decirte que te dieras prisa comprando, que ellos estaban ya en el proceso de cierre. Resulta de lo más desagradable estar comprando mientras un tío con cara de ardor de estomago está sacudiendo la escoba a tu lado. Después, al pagar, la cajera se estaba quejando de que "hoy no salimos a la hora". Y eso a las 20:15 aproximadamente. ¿Cómo puedes estar atendiendo al público mientras te quejas de que se te va a hacer tarde para salir? De la poca variedad de productos ya ni hablo.
Resultado: el otro supermercado céntrico del pueblo, BM, una cadena vasca, se está comiendo a DIA por los pies en el pueblo. Desde luego, ya pueden ponerse las pilas.