Tradicionalmente se ha abordado esta pregunta desde un enfoque humanístico, esto es, desde el punto de vista de la historia y de la antropología cultural. En el presente artículo, sin embargo, se pretende abordar la cuestión desde un enfoque científico y complementario al de la antropología biológica, empleado entre otros, por el profesor de genética humana de la Universidad de Oxford, Dr. Bryan Sykes.
Sykes y su equipo recogieron muestras de ADN a 10.000 voluntarios de Gales, Irlanda y Escocia y seleccionaron un grupo de marcadores genéticos característicos de estas poblaciones que se consideran celtas según criterios históricos, culturales y lingüísticos. Estos marcadores genéticos se compararon con los de otras poblaciones europeas, con el objeto de generar un mapa del origen y evolución histórica de las poblaciones celtas. Una de las conclusiones de este estudio fue que los celtas de las Islas Británicas procedían de una población originaria del norte de la Península Ibérica que cruzó el Golfo de Vizcaya para asentarse en las islas hace unos 6.000 años...
Sin embargo, los marcadores genéticos empleados por el equipo de Sykes son comunes a todas las subpoblaciones de la cornisa cantábrica, por lo que a partir de el citado estudio no es posible determinar si el grupo humano que colonizó las Islas Británicas pertenecía a la étnia de los Astures, Galaicos, Cántabros o Vascones. En este artículo se pretende complementar dicho estudio en base a la hipótesis de partida de que el pueblo celta que migró hacia las islas llevó consigo sus razas de ganado doméstico.
un estudio sobre marcadores genéticos realizado en la Universidad de Oxford y dirigido por Brian Sykes, determinó que los celtas de las Islas Británicas procedían de una población originaria del norte de la Península Ibérica que se habría asentado en las islas. Para determinar cuál de los distintos pueblos que habitaban las costas cantábricas emprendió ese viaje, hemos partido de la hipótesis de que los pueblos llevan consigo sus razas de ganado doméstico, y que la existencia de un parentesco genético entre dos razas de ganado implica necesariamente un contacto físico entre los pueblos que las domesticaron y por tanto una coincidencia en un mismo marco espacio-temporal. Si las variedades autóctonas de Asturies estuviesen estrechamente emparentadas desde el punto de vista genético con las de los actuales pueblos celtas, estaríamos ante un indicio de que fueron los Astures quienes poblaron esas tierras. Además, este hecho también arrojaría luz sobre el eterno debate existente acerca de si los Astures eran celtas o no, ya que siguiendo este argumento no sólo si serían celtas, sino que serían los celtas que dieron origen a los actuales Irlandeses, Galeses, Escoceses etc.
Asturcón, Gochu'l País y Oveya Xalda se incluyen en los troncos raciales celtas de sus respectivas especies, habiéndose demostrado su parentesco genético con otras variedades de los actuales países celtas. Vaca Casina y Pita Pinta se incluyen dentro del tronco atlántico, de distribución geográfica más amplia, si bien hay que destacar que en estos casos, o bien no existen análisis genéticos que confirmen o desmientan su relación con las variedades de las Islas Británicas, o bien la inexistencia de razas autóctonas ancestrales en dichas islas hace que no sea posible un estudio de este tipo. (Ver casillas marcadas con un (2) en el cuadro). En mi opinión, resulta muy llamativo que mientras en una región geográfica pequeña como es Asturies existen hasta 6 especies de ganado autóctono ancestral, en un país como Irlanda, considerado el país celta por excelencia, tan solo exista una. Si bien hay que destacar que todas las variedades equinas y ovinas ancestrales que existen en las islas están emparentadas con las asturianas.
Como observamos en el cuadro, unicamente Escocia presenta una diversidad de variedades domésticas comparable a la de Asturies. En concreto las remotas Islas Shetland poseen, como hemos visto, dos variedades emparentadas genéticamente con las asturianas: El caballo Shetland, emparentado con el Asturcón y la oveja Shetland o North Ronaldsay, emparentadas con la Oveya Xalda. Sin duda su aislamiento geográfico pudo favorecer la conservación de estas razas hasta nuestros días, pero ¿Cómo pueden existir variedades emparentadas en lugares tan distantes?
Siguiendo nuestra hipótesis, la explicación es que los Astures llegaron a las Islas Británicas tras recorrer la costa cantábrica de la Península Ibérica y costa atlántica Francesa, cruzaron el Canal de la Mancha por un lugar indeterminado (ver entrada III) y llegaron hasta Escocia y la Islas Shetland llevando consigo sus caballos y ovejas, cuyos descendientes llegaron hasta nuestros días gracias al aislamiento de las Shetland
Sin embargo, ¿No sería de esperar que, además del parentesco genético entre sus habitantes y sus razas de ganado, existiesen al menos indicios de un vínculo histórico entre los Astures y los antiguos pobladores de Escocia?
Entre los siglos XII y III AC, Escocia estaba habitada por los Caledones. Este era el nombre dado por los historiadores romanos al pueblo que habitaba la parte de Britania situada al norte del muro de Adriano y, más tarde, del muro de Antonino. Caledones proviene del galo y britónico caled, con el significado de duro, piedra. Asi pues los Caledones serían el pueblo recio, duro. O bien el pueblo de las piedras. No en vano ni ellos ni sus descendientes, los Pictos, fueron nunca conquistados por los romanos.
Los Caledones eran, con toda probabilidad, un pueblo aborigen preindoeuropeo ¿Pero qué relación podrían tener los Caledones con los Astures? Como vimos en el primero de estos artículos, el historiador romano Plinio el Viejo escribía:
"Las tribus galaicas y astures del norte de Hispania crían una raza de caballos a los que llaman celdones (en su idioma); esta raza pequeña a la que (nosotros los romanos) llamamos asturcones, no trotan sino que poseen un paso fácil especial..."
(Historia naturalis, libro VIII, 166. Año 77 A.C.)
Así pues Plinio nos dice que los Astures llamaban celdones a sus caballos, en su propio idioma. Como hemos visto, celdones podría compartir raíz etimológica con el galés cel, con el significado de caballo. ¿Pero no podría también provenir del galo caled, duro, piedra, al igual que el nombre del pueblo de los Caledones y que los topónimos asturianos Caldones y Cares?