paco jones
Madmaxista
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El líder de CCOO que no se jubila porque el sindicato no pagó la seguridad social
Durante diez años el sindicato que él lideró no le pagó las cotizaciones de la Seguridad Social. Por eso no está jubilado pese a tener edad
•"Estamos dirigidos por malvados o necios", sostiene Antonio Gutiérrez, el ex sindicalista que ha dicho "no'' a Podemos
La cita es a las once de la mañana en el McDonald's de la Gran Vía esquina con Montera. El edificio, de principios del siglo XX, era una de las relojerías más bonitas de Madrid antes de que el olor a hamburguesas lo impregnara todo. A Antonio Gutiérrez le parece un buen sitio: queda cerca de su trabajo.
Llega con polo y americana, gafas de sol, buena planta, maneras exquisitas. Retiene, a punto de cumplir los 65, el magnetismo de quien fue el guapo de la izquierda española. Aunque se resiste a las fotos; le dan vergüenza. Como cuando le quemaban en las manos las cintas VHS con sus entrevistas en televisión: "Toma, Clarita", le decía a su hija, "para que grabes una película". Por el mismo pudor ha callado bastantes cosas. "No quiero ser ejemplo de nada. Me da mucho ardor de estomago la gente que va de pura. Detrás siempre hay algún hipócrita...".
Hace mucho que Antonio Gutiérrez ya no sale en la tele. Quien lideró Comisiones Obreras durante 13 años (1987-2000), quien desairó primero a Felipe González uniendo a la izquierda sindical en tres huelgas generales y después a Rodríguez Zapatero votando no a su reforma exprés de la Constitución y augurando al PSOE una "larga travesía por el desierto", dedica hoy sus días a "asesorar a startups". "Soy autónomo dependiente. Vivo de un contrato mercantil. Ni puertas giratorias ni tarjetas black ni nada. Más bien zancadillas", responde, sentado en una de las sillas del imperio yanqui. La pregunta obligada:
-¿Qué ha pasado con España?
-No he alcanzado el punto de cinismo que a veces da la edad. Pero me desasosiega, me cabrea... Estamos dirigidos por malvados o por necios. Y no hago maniqueísmo: están en todas las familias políticas, en la derecha y en la izquierda.
En la segunda tras*ita su historia. Empezó, como muchas, en el sindicalismo clandestino de la dictadura (palizas, calabozos), pero no acaba en retiro dorado de chófer y secretaria. Las razones están en un currículum de altibajos en la Seguridad Social. Empezando por la etapa franquista, cuando lo que hizo fue coleccionar despidos. Tras ayudar a su padre "trapicheando con sacos de harina y aceite" en Orihuela, la tierra de Miguel Hernández, y metido ya hasta las trancas en el Partido Comunista, le echaron de su primera obra (entre escombros y zanjas se le ocurrió pedir 25 minutos para el bocadillo), de Maggi (al menos, de aquella huelga de caldos salió "casado"), de la Michelin en Valladolid (cuando "la empresa iba a buscar a los empleados en taxis custodiados por la Guardia Civil")...
En 1977 el sindicato le hizo liberado (21.000 pesetas al mes), secretario general una década después y ex en abril de 2000. Igual que el carné de CCOO, que siempre ha mantenido, de aquella época arrastra "una laguna" que aún le pesa. Lo cuenta con voz profunda, segura, la sonrisa asomando cada poco y los ojos tímidos.
"En CCOO Marcelino Camacho [su antecesor] consideró que no teníamos que pagar la Seguridad Social porque decía que no éramos una empresa. Aquello nos dejó una laguna que para algunos, como es mi caso, fueron diez años sin Seguridad Social. Mi hija, de hecho, nació sin ella... Para recuperarla, ya avanzados los 80, tuvimos que aceptar pagar con una jovenlandesatoria 2.500 millones de pesetas, al precio de ponernos, yo el primero, como auxiliar administrativo, la categoría más baja. Así que cuando me fui del sindicato cobraba 207.000 pesetas [unos 1.700 euros actuales]".
Sin paro (los ex sindicalistas carecían de este derecho), tiró de colaboraciones en prensa hasta que, un año y medio después, tras cerciorarse de que le contrataban "estrictamente" por sus cualidades profesionales y no por CCOO, con cuya nueva dirección había roto, aceptó la oferta del ex presidente de Caja Madrid Miguel Blesa para encargarse del programa de colaboración entre la fundación bancaria y las universidades públicas de Madrid.
Allí regresaría en 2011, tras casi dos legislaturas como diputado socialista, aunque por poco tiempo: entonces "el patrón" era Rodrigo Rato; el barco, la nueva Bankia y el ERE, una palabra común. Fue despedido en 2013, "con 37.700 euros". Y, de nuevo, el paro.
En sus tiempos al frente de CCOO. Lo dirigió entre 1987 y 2000
Hoy podría jubilarse, pero no quiere: su pensión sería "baja", calcula que inferior a los "2.000 euros"... "Prefiero seguir trabajando mientras el cuerpo aguante. Y por suerte no tengo problemas: mi mujer y mi hija están bien. Gente que se busca la vida, que se levanta a las seis menos cuarto de la mañana, hay millones en España".
Su último no ha sido a un cargo con Podemos, al que, dice, "cualquier demócrata debe reconocer" que "ha encauzado inquietudes" que el resto olvidó. Lo revela pasado el mediodía, ajeno al ritmo machacón que inunda el McDonald's.
-Podemos me llamó en septiembre. Estuve con Íñigo Errejón y Nacho Álvarez. Querían que fuera en sus candidaturas por Madrid. Lo agradecí muchísimo.
-¿Pero...?
-Pero les expliqué que yo había tomado dos decisiones en mi vida.
La primera: no renunciar a su "libertad individual". "Les dije: Me encontraré con una decisión vuestra que no voy a compartir y no la votaré. Seré el viejo reincidente e irredento que la lía, no haré gracia a nadie y os sacarán cantares".
La segunda: "No me quiero morir como un viejo refractario y estoy abierto a ideas nuevas, pero volver a las viejas ideas con las que la izquierda ha generado confusión y que algunos han utilizado para alguna tragedia es un error. El derecho de autodeterminación no corresponde en España. (...) En el cuadro de Goya Duelo a garrotazos, dos españoles luchan con sendos garrotes en las manos, pero nadie gana porque incluso el virtual vencedor la termina palmando por los golpes. La tras*ición fue encomiable sobre todo por un logro: que ese cuadro se quedara en las paredes del Prado".
-¿Se está equivocando Pablo Iglesias?
-La izquierda debe preguntarse cómo lo ha hecho tan mal para que un partido corrupto e ineficiente pueda volver a ganar las elecciones.
-¿Y el PSOE?
-El PSOE, que tantas veces ha defraudado, no está en condiciones de liderar el cambio. Y, sin embargo, los demás componentes de la izquierda deben tener una cosa clarísima: es igualmente menso creer que puede promoverse un cambio marginando al socialismo, tan arraigado en España. Lo decía la copla: ni contigo ni sin ti.
Es otro doliente de la izquierda, sólo que él sonó como ministro de Trabajo y cita a Azaña y a Brecht. Escéptico, pronostica un nuevo Gobierno popular. El "estigma" fratricida de la izquierda sigue coleando.
El líder de CCOO que no se jubila porque el sindicato no pagó la seguridad social | Crónica | EL MUNDO