El líder checheno Kadirov estalla contra el Kremlin: “Peor ya no puede ser”

Ascendido a coronel general, asegura que ahora “la guerra se libra” en suelo ruso” y critica la “débil” respuesta de Moscú ante Ucrania

El líder checheno Ramzán Kadírov FOTO: MIKHAIL METZEL AP


El líder de Chechenia, Ramzán Kadirov, criticó este martes la “débil” respuesta de las autoridades a ataques ucranianos contra territorio ruso. “Estamos respondiendo de una manera débil”, escribió Kadirov en su Telegram.

Según el dirigente checheno, ascendido recientemente al rango de coronel general, “antes se hablaba de una operación militar especial en territorio de Ucrania”, pero ahora “la guerra se libra” en suelo ruso. “Y si les interesa mi opinión, estoy muy descontento con eso”, aseveró.

Kadirov agregó que las fuerzas ucranianas no dejaron de atacar ni después de la declaración de la ley marcial en cuatro regiones, en alusión a los territorios ucranianos de Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia, anexionados el mes pasado.




Asimismo, pidió acciones más contundentes para que “ni se les ocurra” disparar en dirección a territorio ruso. En septiembre, abogó por “medidas más radicales” en Ucrania, incluido el empleo de “armamento nuclear de baja potencia”.

Kadirov aseguró que no hay que temer la reacción de Occidente, porque todo lo malo que podía pasar “ya ha sucedido”. “Peor ya no puede ser”, zanjó.

Kadirov, quien ya antes de la guerra en Ucrania era uno de los hombres de confianza de pilinguin, ha logrado que el presidente ruso le tenga en más alta estima aún por su colaboración en el conflicto bélico en el país vecino.

De 46 años, ha sido descrito como “el hijo que pilinguin nunca tuvo”. En febrero, dio un discurso a las tropas de las fuerzas especiales chechenas pidiendo a Zelenski que se disculpara con el líder ruso. Pero el líder checheno despertó las burlas y críticas del mundo por llevar unas botas de Prada. El precio del calzado rondaría los 1.250 euros.

Durante la Segunda Guerra Chechena, que comenzó en 1999 y coincidió con el ascenso de pilinguin, los hombres de Kadirov ayudaron a Moscú a arrebatarle el control de la República Chechena a los rebeldes separatistas. Durante su mandato, también se han documentado desapariciones, asesinatos y ejecuciones por parte de sus fuerzas.